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domingo, 12 de junio de 2011

Tres son multitud

Por Damian Verduga
Para los votantes porteños. Las encuestas de Carlos Fara y Ricardo Rouvier muestran como tendencia la consolidación de la polarización entre Daniel Filmus y Mauricio Macri. Fernando Pino Solanas bajó en la intención de voto y se alejó del segundo puesto.
La Ciudad de Buenos Aires está dejando de ser un distrito en el que disputan tres fuerzas políticas para transformarse en un escenario donde sólo quedan dos con posibilidades reales. La esperanza que tenía Proyecto Sur de abrir una brecha entre el kirchnerismo y el macrismo se desvanece. Las últimas encuestas de los consultores políticos que hablaron con Miradas al Sur coinciden: Fernando Pino Solanas bajó en la intención de voto y está tercero, lejos de poder disputar el ingreso al ballottage. Los consultores analizaron el descenso de Pino, los motivos de la polarización y los desafíos de Mauricio Macri y Daniel Filmus. Todo en el marco de una carrera electoral que recién arrancó y todavía tiene la temperatura de un frío día invernal.
Esta campaña electoral es la más breve que vivió la Ciudad en su corta historia autónoma. Carlos Fara sostuvo que esa brevedad explica, en parte, la polarización y la caída de Solanas: “En las campañas cortas, pesa mucho la instalación previa de los candidatos porque no hay tiempo para hacer ese trabajo”. Este periódico le preguntó al consultor si Pino no era una figura conocida por los porteños. Fara contestó: “Sí, es conocido, pero no pasa por ahí”. Luego remarcó los rasgos de los otros candidatos, describiéndolos como viejos habitantes de la escena política de la Ciudad: “Filmus ya fue candidato y Macri es el jefe de Gobierno. Ambos están muy asociados, en la cabeza del electorado, a los temas de la Ciudad. Pino, no”.
Ricardo Rouvier tuvo una opinión similar a la de Fara y le agregó un elemento: el posicionamiento de Solanas luego de la elección legislativa de 2009: “Se plantó como candidato nacional. No se dedicó a trabajar con el objetivo de conquistar la Ciudad”. Fara, por su parte, señaló que al discurso de Pino “le cuesta entrar en sintonía con lo que los porteños esperan de su jefe de Gobierno”. Subrayó el efecto paradojal que pueden tener sobre el mismo electorado los temas históricos de la agenda de Proyecto Sur: hidrocarburos, medio ambiente y ferrocarriles. “En una elección legislativa –remarcó Fara–, pueden ser ejes interesantes para la población. Pero no tienen el mismo resultado en una votación en la que se elige jefe de Gobierno”. El consultor agregó que hay dirigentes políticos, Pino entre ellos, a los que “el electorado ve como testimoniales” y que no los asocian con la gestión.
La que tuvo una visión diferente fue Doris Capurro. Habló con este medio y puso el acento en la puja macrismo-kirchnerismo, con una marcada influencia del escenario nacional. Sumó, en su análisis, a un viejo miembro de las contiendas electorales, el voto útil: “Al sector de la sociedad que quiere hacer un voto contra el Gobierno nacional le resulta más efectivo Macri, y a los que prefieren sacar al PRO de la jefatura porteña, Filmus”. La consultora señaló que “ Pino intenta una tercera vía”, entre el oficialismo nacional y el porteño. Y remató: “Está claro que por ahora no le dio resultado. La polarización lo tiene atrapado”.
Los números que ilustran este panorama son los siguientes: Fara tiene a Macri con un 37 por ciento de intención de voto, seguido por Filmus con 28 y bastante más atrás viene Solanas con 15. En las cifras de Rouvier, Filmus mide 30 y está más cerca de Macri que tiene 33. Pino aparece desplomado con 9. “Bajó mucho. Cuando empezó, Solanas llegó a medir 20 puntos”, dijo Fara. Los consultores coincidieron en que será muy difícil que en las cuatro semanas que faltan hasta la votación estas tendencias se modifiquen demasiado.
¿Quién es bienvenido? Los carteles empapelaron la Ciudad de Buenos Aires y en cada uno había una foto de “gente común”: un joven con barba candado y pelo rasta, una abuelita con vestido blanco y pelo blanco, un nene con una pelota de fútbol. En el mismo afiche había una consigna: “Vos sos bienvenido”. Los consultores que hablaron con Miradas al Sur coincidieron en que ese cartel del PRO “fue muy malo”. Fara dijo: “La primera pregunta que dispara es: por qué recién ahora soy bienvenido”. Capurro señaló que “era un mensaje que tenía implícita la idea de la exclusión porque si sólo algunos son bienvenidos, hay otros que no”. Otro cartel del PRO, más nuevo, también apela a una foto de “gente común”, sólo que aparecen acompañados por Macri. Y la consigna reza: “Juntos venimos bien”. Sobre este afiche, Capurro señaló: “Corrigieron el error del anterior”.
Los carteles PRO sirven para disparar el debate sobre el ánimo del electorado de la Ciudad, que plantea desafíos distintos para Macri y para Filmus. El clima podría ilustrarse con la siguiente frase: “No hagamos olas”. Capurro remarcó: “La gente está con mucho miedo de ir para atrás. Le pasa con la Ciudad y con la Nación. Hay una tendencia fuerte a querer preservar la situación actual. Hay muchas expectativas de continuidad”. Con esta premisa como base, Capurro remarcó que “lo mejor para Filmus –cuya campaña publicitaria no empezó– sería proponer más, sin generar una sensación de ruptura absoluta con la gestión PRO”. Rouvier ilustró la misma situación con la siguiente cronología: “La imagen de Macri está peor que cuando empezó y peor que hace un año, pero todavía tiene crédito en la población”. Luego, Capurro, arrojó una cifra: “La gestión PRO tiene una imagen positiva que ronda el 50 por ciento”.
Los desafíos de Filmus. Hace dos meses, Filmus, en su rol de precandidato del Frente para la Victoria, tuvo una cena con decanos y docentes de la UBA, en la sede de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu). Cuando la tira de asado se terminó y era la hora del helado y el café, Filmus le dijo a los que compartían su mesa que había que pelear cada voto en la Ciudad porque la elección sería muy cerrada. “Es una votación que se va a definir por dos o tres puntos”, dijo. La anécdota ilustra la conciencia que el candidato del FpV tenía –y tiene– sobre los recovecos del electorado porteño que deberá seducir.
Al respecto, los analistas que hablaron con este periódico señalaron que uno de los desafíos para la fórmula Filmus-Tomada es crecer en los sectores populares de la Ciudad. “El respaldo de Cristina será clave para ese objetivo –subrayó Rouvier–. En zona sur, por ejemplo, la Presidenta tiene una diferencia importante en los niveles de conocimiento e intención de voto si se la compara con sus propios candidatos.”
Otro segmento del electorado, para el que será más complejo encontrar un mensaje y al que Macri también apunta, son los votantes que ven con agrado el Gobierno Nacional, pero le temen a la “hegemonía K”. El número que representa esta franja no es nada despreciable. Según Capurro “es alrededor del 20 por ciento del electorado”. La consultora señaló que hoy se distribuyen entre los indecisos, los votantes de Pino y de otras fuerzas. Fara también se refirió a este tipo de voto, al que podría denominarse como “voto control”. Explicó: “Es un elector que piensa que la distribución de los cargos preserva la democracia. Les parece que no sería bueno para el país, a pesar de mirar con simpatía al Ejecutivo nacional, que la misma fuerza política gane la presidencia y la jefatura porteña”.
Y, a la hora del ballottage, más allá de que haya bajado en las encuestas, los votantes de Solanas también serán claves. Los consultores tiraron cifras diferentes sobre la inclinación que podrían tener. La encuesta de Fara señala que el 60 por ciento de los solanistas votaría por Filmus; el 25, a Macri y el 15 que resta aún no se decide. Capurro, en cambio, señaló que un 30 votaría por Filmus; un 20, a Macri, y que, para el ballottage, los indecisos ascienden al 50 por ciento entre los solanistas.
Con todas estas cifras en la mano, Fara negó una similitud del actual escenario electoral porteño con las últimas elecciones: “Más allá de que Macri vaya primero, el panorama es incomparable con el 2007. El jefe del PRO ya no puede vender sólo esperanzas, porque tiene su propia gestión a cuestas.” El consultor señaló que en 2007, Macri ganó la primera vuelta con una diferencia de 20 puntos y que hoy esa diferencia se achicó a menos de la mitad: “Todavía hay un 16 por ciento de los porteños que no sabe cómo votará en la segunda vuelta. Por eso, todos estos factores hacen que estemos frente a una elección muy peleada y con final abierto”.

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