Comieron tortilla y fueron juntos al baño. “Hoy el tema no es la inflación”, señaló el economista. Angel Rozas dijo: “González Fraga es lo que es, con sus más y con sus menos”.
Por Sebastian Abrevaya
El economista Javier González Fraga estaba el mediodía del jueves en su tambo de la provincia de Buenos Aires sin saber que a partir de esa noche se convertiría en el compañero de fórmula del diputado radical, Ricardo Alfonsín. Luego de un día intenso de reuniones y llamados telefónicos, González Fraga llegó cansado a Lalín, el mítico bunker gastrónomico de la UCR, donde compartió con el hijo del ex presidente su primer acto de campaña. Se sentaron a la mesa central, comieron la tradicional tortilla a la española y pollo al champiñón con papas al horno. Y justo cuando el anfitrión los invitó a subir al escenario a dar su primer discurso pidieron un minuto, se levantaron de sus sillas y enfilaron juntos al baño. “¿Por qué con el radicalismo? Porque hoy el tema no es la inflación, por que hoy la Argentina está en una emergencia republicana. ¿Y quiénes son los mejores capacitados para quebrar esto? Los radicales”, sostuvo González Fraga, en un tono tranquilo, lejos de la efervescencia de los correligionarios y del orador central: “El es el único economista que he visto subir y bajar de los colectivos”, relató Alfonsín como ejemplo de la “humildad” y de la estatura ética y moral de su nuevo compañero, que no usa “teléfono móvil”.
La decisión se tomó en una cumbre de cuatro dirigentes de la UCR, hace unos días. Fue en una reunión entre Alfonsín; el titular del Comité Nacional, Angel Rozas; el del bloque de Senadores, Gerardo Morales, y el del Comité bonaerense, Miguel Bazze. Después de la experiencia de la filtración, meses atrás, del acuerdo con el peronista Francisco de Narváez, no quisieron abrir más el juego. Esta mañana Alfonsín y De Narváez compartirán su primer acto. Será un plenario de Unión Celeste y Blanco, en La Plata, adonde viajará especialmente el radical, que se encuentra en Córdoba para el lanzamiento de Oscar Aguad como candidato a gobernador. En la Docta también se lo verá por primera vez junto a Julio Cobos y Ernesto Sanz.
Antes de descartar la sociedad con el socialista Hermes Binner, Alfonsín había empezado a analizar otros nombres. El que más le gustaba era el del ex ministro Roberto Lavagna, pero el dirigente rechazó el convite. Su objetivo era claro. Apuntalar al líder radical en dos de sus puntos débiles: el fantasma de la hiperinflación y su falta de experiencia de gestión. “Javier representa un conjunto de valores que son muy apreciados por la sociedad. Transparencia y vocación por el interés general. Los desafío a que encuentren otro economista que diga que la principal tarea en el país es terminar con la pobreza”, sostuvo Alfonsín frente a los militantes de la Red Federal, la agrupación juvenil alfonsinista que compite con La Cantera. En esa cena estaban, además, el titular de la UCR porteña, Carlos Más Vélez, la candidata a jefa de Gobierno, Silvana Giúdici, y a primer diputado, Hernán Rossi.
Esta decisión completó el golpe de timón que pegó el dirigente radical cuando vislumbró el naufragio del Frente Progresista con el socialismo y el GEN, de Margarita Stolbizer. Durante la cena, el chaqueño Rozas les dedicó un duro pasaje de su discurso a sus frustrados socios. “Es más sencillo –dijo– sentarse en el fundamentalismo ideológico, en el sillón testimonial para solamente custodiar lo que hacen otros. Que no nos vengan a correr los pseudoprogresistas por izquierda, que no tienen nada que ver con la búsqueda de un poder democrático.”
En Lalín, así como en dirigentes de segundas líneas de todo el país, la sorpresiva decisión del compañero de fórmula había caído como un balde de agua fría. Tras decir que estaba orgulloso del “coraje” de Alfonsín para definir su compañero, Rozas le demostró su pleno respaldo: “González Fraga es lo que es, con sus más y con sus menos. Y yo como presidente del radicalismo asumo su candidatura”.
03/06/11 Página|12
Por Sebastian Abrevaya
El economista Javier González Fraga estaba el mediodía del jueves en su tambo de la provincia de Buenos Aires sin saber que a partir de esa noche se convertiría en el compañero de fórmula del diputado radical, Ricardo Alfonsín. Luego de un día intenso de reuniones y llamados telefónicos, González Fraga llegó cansado a Lalín, el mítico bunker gastrónomico de la UCR, donde compartió con el hijo del ex presidente su primer acto de campaña. Se sentaron a la mesa central, comieron la tradicional tortilla a la española y pollo al champiñón con papas al horno. Y justo cuando el anfitrión los invitó a subir al escenario a dar su primer discurso pidieron un minuto, se levantaron de sus sillas y enfilaron juntos al baño. “¿Por qué con el radicalismo? Porque hoy el tema no es la inflación, por que hoy la Argentina está en una emergencia republicana. ¿Y quiénes son los mejores capacitados para quebrar esto? Los radicales”, sostuvo González Fraga, en un tono tranquilo, lejos de la efervescencia de los correligionarios y del orador central: “El es el único economista que he visto subir y bajar de los colectivos”, relató Alfonsín como ejemplo de la “humildad” y de la estatura ética y moral de su nuevo compañero, que no usa “teléfono móvil”.
La decisión se tomó en una cumbre de cuatro dirigentes de la UCR, hace unos días. Fue en una reunión entre Alfonsín; el titular del Comité Nacional, Angel Rozas; el del bloque de Senadores, Gerardo Morales, y el del Comité bonaerense, Miguel Bazze. Después de la experiencia de la filtración, meses atrás, del acuerdo con el peronista Francisco de Narváez, no quisieron abrir más el juego. Esta mañana Alfonsín y De Narváez compartirán su primer acto. Será un plenario de Unión Celeste y Blanco, en La Plata, adonde viajará especialmente el radical, que se encuentra en Córdoba para el lanzamiento de Oscar Aguad como candidato a gobernador. En la Docta también se lo verá por primera vez junto a Julio Cobos y Ernesto Sanz.
Antes de descartar la sociedad con el socialista Hermes Binner, Alfonsín había empezado a analizar otros nombres. El que más le gustaba era el del ex ministro Roberto Lavagna, pero el dirigente rechazó el convite. Su objetivo era claro. Apuntalar al líder radical en dos de sus puntos débiles: el fantasma de la hiperinflación y su falta de experiencia de gestión. “Javier representa un conjunto de valores que son muy apreciados por la sociedad. Transparencia y vocación por el interés general. Los desafío a que encuentren otro economista que diga que la principal tarea en el país es terminar con la pobreza”, sostuvo Alfonsín frente a los militantes de la Red Federal, la agrupación juvenil alfonsinista que compite con La Cantera. En esa cena estaban, además, el titular de la UCR porteña, Carlos Más Vélez, la candidata a jefa de Gobierno, Silvana Giúdici, y a primer diputado, Hernán Rossi.
Esta decisión completó el golpe de timón que pegó el dirigente radical cuando vislumbró el naufragio del Frente Progresista con el socialismo y el GEN, de Margarita Stolbizer. Durante la cena, el chaqueño Rozas les dedicó un duro pasaje de su discurso a sus frustrados socios. “Es más sencillo –dijo– sentarse en el fundamentalismo ideológico, en el sillón testimonial para solamente custodiar lo que hacen otros. Que no nos vengan a correr los pseudoprogresistas por izquierda, que no tienen nada que ver con la búsqueda de un poder democrático.”
En Lalín, así como en dirigentes de segundas líneas de todo el país, la sorpresiva decisión del compañero de fórmula había caído como un balde de agua fría. Tras decir que estaba orgulloso del “coraje” de Alfonsín para definir su compañero, Rozas le demostró su pleno respaldo: “González Fraga es lo que es, con sus más y con sus menos. Y yo como presidente del radicalismo asumo su candidatura”.
03/06/11 Página|12
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