Por Martín López Lastra, especial para NOVA. Muchos ya la ven con un cambio importante e inminente en su vida política. Su nombre sonó siempre bajo cuerda en el último trimestre, para volverse más estridente en los últimos diez días. "Olvidáte, va a ser ella", concluyó a modo de sentencia un dirigente territorial importante que dijo conocer de cerca los últimos movimientos tendientes al armado de la fórmula y al diseño de la campaña bonaerense. La ministra de Infraestructura, Cristina Álvarez Rodríguez, venía oculta para la gran prensa, sin protagonizar operaciones (propias o no) de instalación de su figura, pero su nombre era comentado entre militantes, legisladores y funcionarios como posible candidata a vicegobernadora de Daniel Scioli. En forma prudente, jamás presionó, a diferencia de otros que, al hacerlo, recibieron un efecto no deseado de rechazo. Según cuentan varios expertos, no se trata de colocar un nombre femenino, sino un poco de historia peronista, tratándose de la sobrina nieta de Eva Perón, con lo cual su trato suele ser, a veces, hasta reverencial por parte de viejas generaciones contemporáneas de quien en vida fuera referente importante de millones de argentinos. Militante y dirigente en la Primera Sección electoral, no sólo por el apellido cosechó su presente. En un partido donde nada es fácil, avanzó como fiel mensajera de la historia familiar y política con la defensa de la memoria de gran parte del peronismo, con muestras itinerantes, que luego derivaron unos años más tarde en un museo con la mayor excelencia en tecnología. Fue incorporada al gobierno bonaerense en épocas de Carlos Ruckauf, siendo designada al frente de Archivo Histórico de la Provincia, para luego convertirse en presidenta del Instituto de Previsión Social. Ya cuando asumió Felipe Solá en el año 2002 le fue encomendada la Secretaría de Cultura desde donde fue promovida hacia el cargo de ministra de Obras Públicas. Muchos voceros señalan que la carrera política y administrativa no se forja sólo con un buen apellido o referencia familiar, sino que también intervienen talentos adquiridos e innatos para poder generar brillo propio. Entre las virtudes, aseguran quienes la conocen, está su poder de iniciativa y hasta su obcecada forma de cristalizar algunas ideas. Si hay quienes afirman que no dudó en protagonizar fuerte discusiones y encendidos debates, con más de medio gabinete, por su proyecto de "Hábitat Popular", con el que cree que se saldará gran parte del déficit habitacional en la Provincia. Cristina Álvarez cuenta además con una muy buena referencia desde la Casa Rosada, con lo cual se allana un importante obstáculo en procura de consensuar una fórmula sin cuestionamientos, ni de Cristina Fernández, ni tampoco de otros kirchneristas ortodoxos que han desplegado en los últimos meses un abanico de opciones para Scioli. Hay quienes no se resignan y vuelcan todas sus energías en tiempo de descuento. Es el caso de Julián Domínguez, Gabriel Mariotto y Mario Oporto, a quien, en gran parte del sciolismo, lo miran con sospechas por su abierta sinceridad y entusiasmo en reconocer su amistad con Martín Sabbatella, el candidato opositor a Scioli que irá por vía de la lista colectora. Será duro también el proceso de consagración de la fórmula provincial, supuestamente la de Scioli-Álvarez Rodríguez, porque habrá una instancia interna para sortear, si es que Mario Ishi, Intendente de José C. Paz, persiste en dar batalla. Ishi entiende que le vienen "pagando mal" desde las elecciones del 2009 y que su posibilidad de contar con legisladores provinciales propios se reduce día a día. El jefe comunal, quien durante varios meses estuvo buscando traidores a Kirchner, quiere cotizar su condición de igual o mayor llegada a la Casa Rosada que el propio Scioli. Pero además tiene un voto cautivo importante del justicialismo y no se puede ignorar su poder de movilización desde su distrito, aseguran aún hasta sus rivales internos. Ishi está convencido de que por sus propios medios puede obtener una minoría provincial y una importante cosecha de votos en la Primera Sección electoral, recaudando para sí mucho más de lo que hubiera obtenido en una negociación donde hay poco para repartir teniendo en cuenta la infinidad de corrientes internas que se creen con derechos adquiridos. El lanzamiento del referente del Conurbano fue simultáneo con el proceso de realineamiento de tropa y de dirigentes detrás de la figura de Daniel Scioli. Pero así como hace unos meses Sabbatella oficiaba de seductor de aquellos marginados, Ishi también puede cumplir tranquilamente ese papel con la diferencia de que se encuentra también bajo el paraguas del justicialismo bonaerense. La aparición de esta alternativa para la interna podría extremar al límite el esfuerzo para contener a todos los sectores en las filas del sciolismo. Debido a que siempre las candidaturas son escasas, habrá disconformes con su ubicación o, lo que es peor, su exclusión. Se había señalado que quienes no ingresaran a las nóminas del sciolismo podrían tener un importante premio consuelo con la incorporación a distintas áreas del gabinete. Pero esto es visto por muchos voraces dirigentes como el pan para hoy que no saciará el hambre del mañana. Seguramente el criterio de exclusión de listas deberá tener en cuenta aquel con menos representatividad y poder de fuego. Pero también ese suele ser, en un contexto político donde una chispa puede provocar un incendio, un criterio muy subjetivo con poca ciencia evaluatoria. Porque obedece más al olfato y a la intuición que a otras virtudes. Y en eso Scioli quedará expuesto a un examen más que trascendente. | |
sábado, 11 de junio de 2011
Panorama político bonaerense: El ingreso a la etapa de definiciones
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