El 24 de mayo de 1946 la Asamblea Legislativa designa presidente y vicepresidente, para el período comprendido entre el 4 de junio del mismo año y el 4 de junio de 1951, a Juan Domingo Perón y J. Hortensio Quijano.
El 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón presta juramento como Presidente de la Nación en el Congreso, sin la presencia de los representantes de la oposición que, despechados por el triunfo de las fuerzas populares, no asisten a la ceremonia demostrando su desprecio por el voto mayoritario.
El discurso inaugural del vencedor en los comicios ya delineaba los caminos de una revolución en marcha al declarar que había llegado a la más alta magistratura "por el consenso de voluntades que repudian la presión ajena, por el asentimiento de cuantos anhelan que la justicia prevalezca sobre el interés".
En su mensaje figuraban estas palabras:"Me siento el presidente de todos los argentinos, de mis amigos y de mis adversarios, de quienes me han acompañado y de quienes me han combatido".
Cuando finaliza la ceremonia, el Presidente electo parte hacia la Casa de Gobierno, haciendo una parada en la Catedral para orar brevemente ante la tumba del Gral. San Martín.
En la Casa Rosada, su antecesor, Edelmiro Farrell le hace entrega del bastón y la banda de mando.
Una vez asumido el cargo, el nuevo Presidente da a conocer los nombres de los integrantes del gabinete que lo acompañarán en su gestión de gobierno.
Ministerios
Interior, Angel Borlenghi
Relaciones Exteriores, Juan Atilio Bramuglia
Hacienda, Ramón A. Cereijo
Obras Públicas, Juan Pistarini
Justicia e Instrucción Pública, Belisario Gache Pirán
Guerra, José Humberto Sosa Molina
Marina, Fidel L. Anadón
Agricultura, Juan Carlos Picazo Elordi
Secretarías
Industria y Comercio, Rolando Lagomarsino
Aeronáutica, Bartolomé de la Colina
Trabajo y Previsión, José María Freire
Salud Pública, Ramón Carrillo
Secretaría de la Presidencia, Rodolfo Freude
El 4 de junio de 1946, Juan Domingo Perón presta juramento como Presidente de la Nación en el Congreso, sin la presencia de los representantes de la oposición que, despechados por el triunfo de las fuerzas populares, no asisten a la ceremonia demostrando su desprecio por el voto mayoritario.
El discurso inaugural del vencedor en los comicios ya delineaba los caminos de una revolución en marcha al declarar que había llegado a la más alta magistratura "por el consenso de voluntades que repudian la presión ajena, por el asentimiento de cuantos anhelan que la justicia prevalezca sobre el interés".
En su mensaje figuraban estas palabras:"Me siento el presidente de todos los argentinos, de mis amigos y de mis adversarios, de quienes me han acompañado y de quienes me han combatido".
Cuando finaliza la ceremonia, el Presidente electo parte hacia la Casa de Gobierno, haciendo una parada en la Catedral para orar brevemente ante la tumba del Gral. San Martín.
En la Casa Rosada, su antecesor, Edelmiro Farrell le hace entrega del bastón y la banda de mando.
Una vez asumido el cargo, el nuevo Presidente da a conocer los nombres de los integrantes del gabinete que lo acompañarán en su gestión de gobierno.
Ministerios
Interior, Angel Borlenghi
Relaciones Exteriores, Juan Atilio Bramuglia
Hacienda, Ramón A. Cereijo
Obras Públicas, Juan Pistarini
Justicia e Instrucción Pública, Belisario Gache Pirán
Guerra, José Humberto Sosa Molina
Marina, Fidel L. Anadón
Agricultura, Juan Carlos Picazo Elordi
Secretarías
Industria y Comercio, Rolando Lagomarsino
Aeronáutica, Bartolomé de la Colina
Trabajo y Previsión, José María Freire
Salud Pública, Ramón Carrillo
Secretaría de la Presidencia, Rodolfo Freude
Juan Duarte ocupó el puesto de secretario privado.
Domingo Mercante, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, continuó siendo la persona de confianza de Perón y
Miguel Miranda fue su principal asesor en lo económico.
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