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miércoles, 30 de junio de 2010

“Sarmiento y Mitre eran cultos; de Narváez y Macri son brutos”


Gentileza de Puede Colaborar
Declaraciones de Mario Oporto, director general de Cultura y Educación bonaerense

¿Cuál fue el objetivo de su exposición?

Explicar gran parte de la historia social y cultural argentina. Es un modelo que viene de lo nativo, lo federal, lo gaucho, del mundo entendido como lo bárbaro frente a una elite culta e ilustrada que era la civilización europea.
Hoy la elite empresarial sigue siendo elite económica, pero ya no es más elite cultural.Sarmiento y Mitre eran cultos, en cambio de Narváez y Macri son brutos. Más aún, están orgullosos de su brutalidad, dicen que nunca han leído un libro ni les interesan las muestras culturales.
Por eso hoy las dos cosas, la civilización y la barbarie, están del lado del campo de lo popular. En el campo político empresarial está el egoísmo, la brutalidad, la incultura, el dinero como único factor de prestigio y de éxito. De ahí yo digo que uno puede entender a Sarmiento o Mitre como adversarios respetables, en cambio estos brutos de hoy no lo son.

(Acá la nota completa)

Encuestas de Capital, atenti, atenti

Por Artemio López

El presente post registra parte de los resultados de la medición realizada por Consultora Equis entre el 17 y el 27 de junio de 2010 .

Se utilizó el método interaccional a través de entrevistas personales de tipo telefónicas mediante la aplicación de un cuestionario semiestructurado diseñado ad-hoc.

Los entrevistados fueron personas de ambos géneros mayores de 18 años de todos los niveles socioeconómicos, residentes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Para la selección de los entrevistados, entonces, se aplicó un muestreo probabilístico de tipo aleatorio polietápico consistente en:

Selección de región de residencia.

Selección de barrio de residencia.

Selección de manzana de residencia.

Selección de hogar.

Selección de persona.

El último nivel de selección fue ajustado por cuotas de género y edad de acuerdo a parámetros censales, el tamaño de la muestra fue de 400 casos, estimándose un margen de error máximo de +/- 4,9% para distribuciones simétricas con un nivel de confianza de 95%.

Cristina en el 2007 sacó 22% en el distrito y 46% a nivel nacional y Heller 10 en 2009...

En fin, no abusemos de las conclusiones compañeros y compañeras... y tú que piensas de la metodología utilizada por Equis Patán..., acaso es tan sólida como las de las Calificadoras de Riesgo ...?

La Juventud como actor político

Kirchner, Ben Stiller y la juventud como actor político

Por José Natanson

Página 12

La juventud –entendiendo por ella el grupo etario que va desde la pubertad hasta la adultez– es un fenómeno de la segunda mitad del siglo XX. Su emergencia en los años de la posguerra se explica por una combinación de factores. El primero, de tipo material, tiene que ver con los cambios en la economía, sobre todo la expansión del sector servicios, que comenzó a demandar una mayor cantidad de profesionales y técnicos. En un contexto de prosperidad, muchas familias impulsaron a sus hijos a prolongar los estudios. La extensión de la cobertura universitaria creó una enorme masa de jóvenes que compartían sus experiencias y sus sueños en espacios comunes de socialización: las sedes de las universidades, los campus y sus extensiones (los bares). Más educados y conscientes que sus padres, tenían tiempo y recursos para pensar y actuar.

Pero además el pleno empleo –que durante un par de décadas se vivió en Europa y Estados Unidos pero también, en menor medida, en países de desarrollo medio como Argentina o Chile– permitió que incluso aquellos jóvenes que pasaban sin mucho trámite de la adolescencia al mercado laboral tuvieran recursos para sostenerse a sí mismos. Ya no necesitaban de la familia para sobrevivir.

Y además el mundo estaba cambiando a una velocidad nunca antes vista. Esto creó un divorcio entre el presente y el pasado, una suerte de discontinuidad histórica, que debilitó el valor de la experiencia, incapaz de lidiar con fenómenos completamente nuevos. La sabiduría de los ancianos perdió buena parte de su peso simbólico, menos por la maldad de los nuevos jóvenes que por las transformaciones estructurales de la economía y la sociedad, abriendo un abismo generacional. Los aceleradísimos cambios tecnológicos le dieron a la juventud una ventaja sobre los adultos. Por primera vez en la historia, los jóvenes sabían cosas que sus padres no. Un ejemplo simple es el del padre que le pide a su hijo adolescente que lo ayude con la computadora. No es difícil imaginar el impacto de esta nueva realidad en la autoconfianza juvenil.

Complementariamente, y como reflejo de estos cambios, la juventud protagonizó lo que Eric Hobsbawm definió como una “revolución cultural”. La emergencia de la juventud como un grupo social no sólo autónomo, sino también dotado de recursos, convirtió a los jóvenes en el eje de los mercados de consumo del capitalismo, cuyo paradigma fue el rock: las ventas de discos en Estados Unidos pasaron de 277 millones en 1955 a 2000 millones en 1973 (los números son de Hobsbawm). Y también hubo otros reflejos: el auge del turismo juvenil (nace la Lonely Planet y la cultura mochilera) y de las drogas (como señala Hobsbawm, el hecho de que la droga preferida por los jóvenes occidentales, la marihuana, sea menos dañina que las drogas de sus padres, el alcohol y el tabaco, hizo que fumarla fuera no sólo acto de desafío, sino también de superioridad). Y el gran símbolo de la época, el héroe que vive intensamente y muere joven: el antecedente es James Dean, y luego hay miles de ejemplos, desde Janis Joplin y Brian Jones al Che Guevara o Rodrigo.

En este marco, no debería resultar llamativo que los jóvenes se convirtieran en protagonistas políticos. Lo fueron en el Mayo francés de 1968, en las movilizaciones anti-Vietnam en Estados Unidos en 1967 y en el “otoño caliente italiano” de 1969. Y también en Argentina, en el Cordobazo coprotagonizado por los estudiantes universitarios. En todos estos casos, la juventud fue un actor político central, pero de duración fugaz y más reactivo que propositivo, lo cual se vincula con su estado natural –la juventud es una etapa transitoria por definición– y con el espíritu subjetivista, casi emocional, de sus consignas.

En la Argentina de los ’70, el peronismo montonero y las guerrilleras fueron un fenómeno más duradero. Pero la intención de esta nota no es desarrollar este tema, que excede largamente a su autor, sino marcar algunas diferencias con la juventud actual y especular sobre la relación que con ella ha establecido el kirchnerismo.

En primer lugar, señalemos que hoy la juventud de clase media argentina no es muy diferente de la del primer mundo. Se trata de jóvenes que estudian muchos años y que en algunos casos prolongan su carrera universitaria en el exterior. Se emancipan tardíamente y se casan (cuando tienen la ocurrencia de hacerlo) pasados los 30; tienen hijos tarde, y pocos. Pero ésta es sólo una parte de la juventud. En paralelo, los sectores más pobres desarrollan un ciclo de vida corto, donde todas las etapas se aceleran: el paso de la niñez a la vida adulta es veloz por la necesidad de generar prontamente un ingreso, la emancipación es temprana, los hijos llegan rápido y de a muchos y la muerte los alcanza más jóvenes, como resultado de los déficit alimentarios y sanitarios. Esto se comprueba al comparar los datos de esperanza de vida y la tasa de fecundidad entre provincias: una persona vive en Chaco, en promedio, cinco años menos que en la Capital. La investigadora Susana Torrado lo resume en una frase: “Vivir en apuros para morirse joven”.

Como sostiene el sociólogo Gabriel Kessler, esta doble condición le da a la estructura demográfica argentina una particularidad: comparte con los países en desarrollo la presencia de muchos niños (pobres), pero se asemeja a los más desarrollados en cuanto al alto porcentaje de adultos mayores.

Desde el punto de vista cultural, los jóvenes de hoy no confrontan con los adultos como sucedía en el pasado. La juventud de los ’60/’70 era una juventud que se afianzaba contra los mayores, que eran los que no los entendían, los que les bloqueaban las oportunidades y los que dominaban el planeta (el mundo de posguerra era una gerontocracia, comprobable en el hecho de que casi todos los grandes líderes de la época eran viejos: Churchill, De Gaulle, Stalin, Perón, Gandhi). Las cosas hoy son diferentes. Como señala el Informe sobre Juventud en el Mercosur del PNUD, los jóvenes de hoy alcanzan un “pacto familiar” mediante una negociación con sus padres.

Y esto, sumado a los bajos salarios y el auge del “trabajo basura”, explica el retraso de la emancipación (en el sentido de la formación de una familia propia) entre los jóvenes de clase media. La comodidad y la relativa libertad que se respiran en el hogar familiar, junto a las dificultades del mercado laboral, estiran el momento de abandonar el nido, tibio y de heladera llena. Sucede que los jóvenes de hoy pueden ser hippies, pero también pueden ser los hijos de los hippies (o de su variante patética, el deslizamiento del hippismo hacia el new age descuartizado por Michel Houellebecq en Las partículas elementales). Y como siempre es el cine, antes que la sociología, el que mejor refleja este tipo de cosas, recordemos el gran ejemplo de Los Fockers, en la que Ben Stiller, productor de la película y ácido crítico de la sociedad norteamericana, visita a sus padres: Dustin Hoffman, que pasó de abogado a amo de casa, y Barbra Streisand, terapista sexual, cultores ambos de la vida sana, el sexo libre y el aire puro. En Los Fockers, Ben Stiller no sólo no discute con sus padres: se avergüenza de ellos.

Ahora bien, ¿cómo se sitúa el kirchnerismo frente a la juventud? ¿Y cómo frente a las dos juventudes que conviven en la Argentina del Bicentenario? En un principio pareció prestarles poca atención a los jóvenes, enfrascado en un relato generacional que alude a la juventud, pero a la de los ’70, y que muchas veces se reduce a la disyuntiva exasperante de “jóvenes idealistas que hacían la revolución” versus “jóvenes consumistas que sólo quieren jugar a la PlayStation”. Para ser justos, hay que decir que ni los Kirchner ni sus más conspicuos funcionarios, muchos de los cuales fueron protagonistas de los ’70, han suscripto públicamente esta tesis, aunque sí algunos de sus intelectuales más o menos orgánicos.

Pero el tiempo ha producido un fenómeno nuevo: la emergencia de una militancia juvenil kirchnerista, probablemente un subproducto de la progresiva transformación del kirchnerismo en una “minoría intensa”, un sector de la sociedad cuantitativamente minoritario pero cohesionado, con un liderazgo y un programa, en buena medida resultado de iniciativas como la ley de medios y la Asignación Universal.

En todo caso existen hoy círculos de jóvenes militantes kirchneristas. Se trata por supuesto de grupos reducidos, mayoritariamente de clase media, irrelevantes desde el punto de vista del padrón electoral, pero activos e influyentes en los medios y las nuevas formas de comunicación, como las redes sociales y los blogs. Existen, por ejemplo, algunos muy buenos blogs kirchneristas. Atribuirlos a una simple maniobra oficial es absurdo: incluso si el Gobierno los apoyara financieramente, ese apoyo llegó después y no antes de su creación. Y en todo caso existen otros partidos, que también manejan recursos y no dudan en utilizarlos, pero que carecen de este tipo de militancia: ¿dónde están los blogs del radicalismo? ¿Dónde los del PRO? ¿Alguien conoce un blog que defienda las ideas de De Narváez? Quizás haya que remontarse a los primeros años del alfonsinismo para encontrar un fenómeno similar, aunque aquel momento probablemente haya sido más masivo y aunque tuvo una expresión universitaria (la Franja Morada) y partidaria (la Junta Coordinadora) más definidas.

Mi tesis, en el final de esta nota, es que el kirchnerismo descuida las políticas específicamente orientadas a las “dos juventudes”, sus problemas y necesidades.

Algunos ejemplos desordenados. En los sectores de menores recursos, de ciclo de vida corto, sobresale la ausencia de políticas para enfrentar el drama del embarazo adolescente, que alimenta los mecanismos de transmisión inter-generacional de la pobreza (el principal avance en este tema fue la ley de salud reproductiva sancionada en la etapa duhaldista, pero es insuficiente y encuentra graves problemas de aplicación; el hecho de que el Gobierno no quiera ni hablar de despenalización del aborto impone un límite difícil de superar). Otras políticas posibles son aquellas tendientes a reducir la deserción escolar en las madres adolescentes y jóvenes, a través por ejemplo de becas específicamente dirigidas a ellas. O políticas que faciliten la construcción o alquiler de viviendas propias para los jóvenes de bajos recursos recién emancipados. O programas más amplios de primer empleo (hay uno del Ministerio de Trabajo). O medidas tendientes a acercar la universidad, que sigue siendo un reducto de la clase media, a los jóvenes más pobres.

En cuanto a la juventud de clase media, se trata de buscar políticas orientadas a facilitar, entre otras cosas, la emancipación a través de subsidios, por ejemplo a la compra de la primera vivienda u orientados a reducir el precio de los alquileres. Es notoria también la ausencia de una política universitaria más definida (curiosamente, el menemismo sí tuvo una: la creación de universidades nacionales en el Conurbano, cuyo objetivo fue reducir el peso de la UBA pero que, aunque desordenadas y de desigual nivel, le agregaron diversidad a la educación terciaria y la acercaron a los jóvenes de los sectores populares).

Desde un punto de vista más simbólico, la estrategia comunicacional del Gobierno ignoró a la juventud durante años y recién desde hace un tiempo ha comenzado a considerarla. Y su política cultural, de raigambre “jauretcheriana” y “pacourondista”, parece limitada sólo a los jóvenes de los ’60/’70, sin considerar a los jóvenes de hoy.

No hay mucho misterio: se trata de atender las necesidades de una juventud partida y registrar la politización de un sector de los jóvenes, fenómeno que el mismo kirchnerismo ha generado y en el que apenas parece haber reparado.

martes, 29 de junio de 2010

La comadreja y la Lima

De pequeño, una de las fábulas de Esopo que más comentábamos en la escuela era aquella de “la comadreja y la lima”. En la historia, el alargado animal, luego de probar ratas y topos, sus bocados preferidos, se desplaza por unos terrenos habitados y tropieza con una lima de acero. Está, solitaria, en el taller de un herrero, y creyendo que se trata de un nuevo menú, pasa su lengua por la herramienta a la espera de un sabor. De pronto, su lengua comienza a sangrar y el mustélido, de cabeza aplanada, cree que ha descubierto un manjar, salado. Feliz y contento, continúa con la tarea, hasta que termina por perder su lengua.
El ex juez Gabriel Cavallo se desplaza en estos días por los terrenos habitados de los juzgados federales, blandiendo un infeliz orgullo: su estudio jurídico carga con la vergüenza de llevar adelante la defensa de una apropiadora. El hombre que en el reportaje del domingo en Perfil se jacta de haber declarado inconstitucional las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y de haber redactado fallos a favor de conocer la identidad de los hijos de desaparecidos, hoy enreda su lengua con justificaciones que intentan explicar lo que todos sabemos. Que agarró la defensa de Ernestina Herrera viuda de Noble para abultar sus cuentas bancarias.Si el extraordinario entrenador Maradona escribiese esta columna hubiese lanzado alguna de sus frases conceptuales para estos casos. A saber:
- Llamar “panqueques” a quienes van de un lado para otro, siempre en el aire.
- Utilizar el sobrenombre “sanguchito”, como el día aquel en que calificó a Bernardo Neustadt… para luego explicar: “Es que está siempre al lado de la torta”.
Dicho esto sobre los denominados principios de Cavallo, resulta más interesante señalar sus barbarismos en el reportaje y en la causa “Noble”:
Explica Cavallo sobre la causa: “Está teñida de algo que todavía no termino de entender qué es. Yo impugné al banco en esta causa. No en su conjunto, ni puse en discusión las 101 restituciones. Esas restituciones fueron todas hechas con el 99% de certeza. De manera tal que eso que dicen algunos científicos amigos del tribunal, o lo que dicen algunos sectores de los organismos de derechos humanos es una cuestión… Se intenta ocultar lo que verdaderamente se está diciendo: que esta causa está teñida por un componente político que es imposible de negar”.
No dice Cavallo que esta causa lleva más de una década, que Ernestina ya acusó al menemismo de perseguirla políticamente, al duhaldismo, también a las familias de las madres secuestradas, a las Abuelas, a Kirchner, a Cristina… Da pena y da risa verlo a este hombre, que recién desembarca en el expediente, hablar de causas teñidas de componentes políticos. Usar el mismo lenguaje que los militares (acusar a todo reclamo de justicia de “componente político”) seguramente proviene de la soledad. La soledad de saber que nada podrá hacer para impedir que se corra el velo.
Luego Cavallo menciona otra de sus sensaciones: “No tengo garantía jurídica de la cadena de custodia”.
Se llevará una sorpresa el ex juez cuando se ponga a estudiar la causa, y otras causas similares, al comprobar que el Banco Nacional de Datos cuando no tiene garantías sobre las muestras, avisa a los jueces para que, si hiciese falta, todo empiece de nuevo. Eso es lo que en los barrios populares, alejados de los estudios de Plaza San Martín, se llama recontragarantías. La cadena de custodia de las muestras obtenidas es tan segura que detecta ropas contaminadas por otras células de personas ajenas o cepillos de dientes saltarines, que no pertenecen a los jóvenes por analizar.
Quédese tranquilo, ex juez Cavallo. Fue su propia clienta quien escribió en el 2003 que “muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal”.
Sí, ex juez Cavallo, su clienta llamó “padres”, por fin, a los padres.
Esos padres que usted conoce, y sabe que pronto se conocerán.
Muchos Cavallos han pasado por la Argentina intentando frenar la lucha de los organismos de derechos humanos. No pudieron. Se los devoró la mentira, la lengua propia, y una lima.
Nos hubiese gustado, ex juez Cavallo, responder línea por línea a sus dichos, pero por razones de espacio, los lectores de este matutino tendrán que recurrir a la página de Perfil.com para saber de sus extensas respuestas, de sus ansias de que alguien lo premie nuevamente con un juzgado.
Como le había gustado hablar a usted, ex juez Cavallo. Sentado frente a Fontevecchia, otro hombre salido de algunas fábulas de Esopo, habrán conversado de sus autos, sus casas abundantes y sus fantásticas fantasías de sacar un diario para jugar a ser lo que no son, periodistas. Fontevecchia dejó abandonados y en la calle a los laburantes de Perfil en 1998. Usted a los de Crítica en el 2010. ¡Que hombre Noble Cavallo, que hombre Noble!.
Pablo Llonto

Un doloroso 1º de julio

Gentileza de El Ortiba
Por Enrique Manson *
Habíamos pasado la mañana reunidos, supuestamente preparando acciones políticas, pero en realidad viviendo un velorio anticipado.
No sólo estábamos ante el fin de la vida de un Grande, del más Grande. Estábamos ante el derrumbe de una gran ilusión. La mayoría de nosotros, que estábamos un poco pasados de edad para considerarnos JP, habíamos vivido el primer peronismo siendo chicos, y aunque éramos considerados parte de los únicos privilegiados, nuestro protagonismo había sido secundario.
Además, por pertenencia de clase, ninguno, o casi ninguno, le debía a Evita sus primeros zapatos, ni había conocido el mar por los planes sociales (aunque yo lo conocí a través del turismo sindical).
Esta que parecía perderse, era nuestra oportunidad de sentirnos protagonistas de la Historia Grande de la Patria. Ya desde el 20 de junio en Ezeiza, y antes también, esa oportunidad tambaleaba. No sabíamos que décadas después vendrían otras. De todos modos, la que se nos escapaba era esa. La que todavía creíamos posible ese 1º de julio.
A mediodía, en seguida de almorzar, en la esquina de Chacabuco y Belgrano, un compañero que por ser funcionario tenía informaciones más frescas, nos confirmó lo que era inevitable pero en lo que locamente no queríamos creer. ¡Se murió!
Corrimos a juntarnos en velorio privado en nuestro cubil político de la calle Montevideo y salimos de apuro a comprar una bandera, que en nuestra improvisada organización no teníamos. Intuíamos tiempos terribles. Y los tiempos terribles llegaron.
Hoy, soñando de nuevo, y con motivos para ilusionarnos, porque hemos visto en estos siete años cosas que suponíamos que no llegaríamos a ver, recordamos aquel momento negro de nuestra Historia como Nación y de nuestra Historia personal.
Y después de imaginar muchas formas de hacerlo, creemos que nada mejor que recordarlo como el Gran Educador que fue. El viejo sabio, con el que nos enojábamos cuando no estábamos de acuerdo con alguna decisión (en que casi siempre terminaba teniendo razón), pero sobre todo el Maestro, el verdadero aunque no se diga de él que nunca faltó a la escuela.

Perón educador
Durante un homenaje al doctor Ramón Carrillo, el hombre que personifica la política y la obra de Salud del Movimiento Nacional, una compañera de destacada y consecuente trayectoria, maestra ella, se lamentaba desde nuestro lugar de educadores diciendo que, así como tenemos en el sanitarista santiagueño el paradigma del Gran Médico, no teníamos el del Gran Educador. Es que olvidaba que ese paradigma en el Peronismo está representado –ni más ni menos- por el propio Fundador y Conductor de la Revolución Justicialista. Éste recordaba, irónicamente, que por tradición familiar pudo haber tenido un destino de galeno, pero que al no haber estudiado en la Facultad de Medicina y haberlo hecho en el Colegio Militar, nunca había matado a nadie.
Pero, si Perón no fue médico, sí fue un educador. Más precisamente, el Gran Educador, que nuestra compañera añoraba. Y lo de menos fue, en ese terreno, su paso formal por las aulas de la Escuela de Guerra, donde nacieron sus Apuntes de Historia Militar, que algún joven ex peronista arrepentido utiliza para atribuirle responsabilidad en los crímenes de la dictadura de 1976, por haber utilizado en ellos el término castrense aniquilar. A pesar de su sobresaliente relato de las vidas de los grandes generales de la historia y su minuciosa descripción de sus principales batallas, Perón diría, años después, que sólo se trataba, precisamente, de apuntes, para facilitar el estudio de los jóvenes oficiales.
El General tenía la condición innata del maestro. Esto se infiere de la lectura de muchos de sus discursos y de un sinnúmero de publicaciones. Su claridad literaria es tan notable con su valor didáctico. Ya en un discurso clásico, pronunciado el 10 de junio de 1944 en la Universidad Nacional de La Plata, bajo el título de Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar, iba más allá de establecer la doctrina que habría de guiar a nuestras fuerzas armadas hasta una década después de su derrocamiento en 1955, cuando se instaló la Doctrina de Seguridad Nacional, bajada del Pentágono para la cruel represión de los pueblos iberoamericanos.
En esta pieza se refería a la guerra moderna, que había dejado de ser enfrentamiento entre militares para dar participación a toda la población. Se trataba de la tesis del mariscal von der Goltz; La nación en armas. Por eso mismo, era imprescindible asumir el terrible flagelo que (la guerra) representa para una nación (y que) debe ser en lo posible evitada y solo recurrir a ella en casos extremos.
Un país en lucha puede representarse por un arco con su correspondiente flecha,…y apuntando hacia un solo objetivo: ganar la guerra.
Sus fuerzas armadas están representadas por la piedra o el metal que constituye la punta de la flecha, pero el resto de esta, la cuerda y el arco, son la nación toda, hasta la última expresión de su energía y poderío.
De ahí que la defensa nacional sólo es posible con una comunidad integrada, desarrollada y con relaciones internas armónicas. Por ello, una gran obra social debe ser realizada en el país; tenemos una excelente materia prima, pero para bien moldearla es indispensable el esfuerzo común de todos los argentinos…
La defensa nacional es así un argumento más, que debe incitarnos para asegurar la felicidad de nuestro pueblo.
En el plano económico La defensa nacional exige una poderosa industria propia, y no cualquiera, una industria pesada.
Dejaba atrás la concepción del país exclusivamente agrario. El obrero argentino, cuando se le ha dado oportunidad para aprender, se ha revelado tanto o más capaz que el extranjero. Eso permitió que se desarrollara espontáneamente una industria durante la primera guerra mundial, pero la indolencia del Estado, dominado por la ideología agrarista tradicional, permitió que desapareciera.
Ya en 1944, y en el marco de una exposición referida a la defensa de la nación aparecía su visión de la justicia social y de la independencia económica a través del desarrollo industrial.
El 11 de noviembre de 1953, siendo presidente de la Nación, expuso en la Escuela Nacional de Guerra una conferencia reservada, por el carácter de algunos de sus contenidos. Efectivamente, su divulgación podía afectar negativamente nuestras relaciones con países vecinos en sectores influidos por la propaganda anti argentina del departamento de Estado, enemigo de toda integración de los países del Sur.
En ella exponía magistralmente la prioridad de esa integración que no habían logrado San Martín y Bolívar y cuyo fracaso parecía condenarnos a ser eternos enemigos de Brasil y de Chile.
Convencido de que el mundo marchaba hacia la superación de los estados nacionales por conglomerados continentales, Perón decía: Yo no querría pasar a la historia sin haber demostrado, por lo menos fehacientemente, que poseemos toda nuestra voluntad real, efectiva, leal y sincera para que esta unión pueda realizarse en el continente.
Pienso yo que el año 2000 nos va a sorprender o unidos o dominados: pienso también que es de gente inteligente no esperar que el año 2000 llegue a nosotros, sino hacer un poquito de esfuerzo para llegar un poco antes del año 2000, y llegar en mejores condiciones que aquella que nos podrá deparar el destino.
La República Argentina sola, no tiene unidad económica; Brasil solo, no tiene unidad económica; Chile solo, tampoco tiene unidad económica; pero estos tres países unidos conforman quizá en el momento actual la unidad económica más extraordinaria del mundo entero, sobre todo para el futuro, porque esta inmensa disponibilidad constituye su reserva. Estros son países reserva del mundo.
Esto es lo que ordena, imprescindiblemente, la necesidad de la unión de Chile, Brasil y Argentina. Es indudable que, realizada esta unión, caerán en su órbita los demás países sudamericanos, que no serán favorecidos ni por la formación de un nuevo agrupamiento y probablemente no lo podrán realizar en manera alguna, separados o juntos, sino en pequeñas unidades.
Ya en el exilio, y produciendo el fenómeno único en la historia universal de conducir desde 15.000 kilómetros de distancia a un pueblo que se identificaba fielmente con sus ideales de Soberanía, Libertad y Justicia, para concluir con su glorioso regreso, tras diecisiete años de ostracismo, siguió ejerciendo la docencia. La correspondencia con que orientaba a sus seguidores alcanza una de sus mayores cumbres en las cartas destinadas a un hombre que, como él, provenía de las filas del Ejército y que, a su juicio, necesitaba de consejos que le permitieran pasar del mando militar a la conducción política; el mayor Bernardo Alberte.
El yorma, como lo llamaban cariñosamente los militantes, tenía la difícil misión de buscar la reconciliación entre dos bandos sindicales ferozmente enfrentados, y el general lo aconsejaba: “Nosotros (los militares EM) hemos sido educados para el mando, mandar es obligar, conducir políticamente, es persuadir. Al hombre es mejor persuadirlo que obligarlo. También media un abismo entre las formas de mando militar y las de la conducción política. Es preciso entonces que nos pongamos en la nueva técnica, ya que la teoría de la conducción contiene, tanto para la lucha activa como para la política, los mismos principios con los cambios impuestos en los medios de la acción. La lucha de dos voluntades contrapuestas, sigue siendo lo mismo.”
Para refirmar los buenos consejos, el General abrevaba, como viejo gaucho sureño, a su libro de cabecera por excelencia, el Martín Fierro: …`Viene el hombre con la astucia que ha de servirle de guía; sin ella sucumbiría, pero según mi experencia, se vuelve en unos prudencia y en los otros picardía.´ Nosotros, para esta lucha, necesitamos de los prudentes y de los pícaros.”
Y a Martín Fierro recurrió Perón, en uno de sus discursos finales dirigido a la turbulenta juventud de los ’70.

Y les doy estos consejos,
que me ha costao alquirirlos,
porque deseo dirigirlos.
Pero no alcanza mi cencia
hasta darles la prudencia
que precisan pa' seguirlos.

Enrique Manson
1º de Julio de 2010


* Profesor de Historia, funcionario en los ministerios de Educación de la Nación, de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires, docente universitario, autor, entre otros, de Argentina en el Mundo del Siglo XX y El Proceso a los argentinos

lunes, 28 de junio de 2010

“Estaría bueno que la Justicia pregunte a Legrand lo que sabe de esos años"

Por Ricardo Dios y Mariano Abrevaya Dios
Entrevista exclusiva con Julieta Panebianco, la sobrina nieta de la conductora de televisión.

Julieta tenía sólo cuatro meses cuando una patota chupó a sus padres, en el ’77. Su madre logró recuperar la libertad. Abajo Izquierda: Julio Panebianco tenía 22 años cuando se lo llevaron y militaba en la JTP. Abajo Derecha: Julieta y su hermano, de chicos. Los dos presenciaron cuando lo secuestraron.

El martes 15 de junio la señora Mirtha Legrand sacudió el solemne y acartonado almuerzo de su programa para confesar con cara de circunstancia que una sobrina suya había sido secuestrada junto a su marido durante la dictadura y que gracias a su gestión había logrado que la liberasen a las cuarenta y ocho horas. La conductora explicó al aire que le solicitó ayuda primero a los interventores de Canal 13 y después al ministro del Interior de Jorge Rafael Videla, el general Albano Harguindeguy. “A mi sobrina la liberaron, pero al marido no”, precisó.

La sobrina de la conductora tiene nombre y apellido: María Fernanda Martínez Suárez. Su hija, que tenía pocos meses de vida cuando secuestraron a sus padres, también: Julieta Juana Panebianco. Tiene 33 años y desde que su distante tía abuela dijese lo que dijo en su programa, un nuevo cimbronazo sacudió su vida. Miradas al Sur estuvo con ella en una taberna de San Telmo. Tenía ganas de repasar y contar su historia. Y no con cualquiera.
–¿Cómo te enteraste de las declaraciones de Mirtha Legrand?
–Leyendo los diarios al día siguiente. En un principio me quedé en blanco y después me puse muy nerviosa. Busqué en internet el video con las declaraciones. Yo no recuerdo que mi mamá haya dicho que había escuchado el sonido de trenes y, además, eso no lo declaró en sus testimonios.

La conductora había dicho que su sobrina, en cautiverio, había escuchado el pesado sonido de varios trenes.

–Mi mamá al principio pensó que habían estado en el Regimiento de Patricios por la distancia del trayecto desde nuestro departamento hasta su destino final, y porque todavía no estaba extendido el conocimiento de los centros clandestinos de detención. La detuvieron militares y conectó con ese regimiento donde hay militares. Mis dos abuelos, materno y paterno, enseguida hicieron los trámites de habeas corpus . Toda la familia se movilizó por mis padres, y sabían que Legrand había hecho gestiones con los milicos para que larguen a mi vieja, pero mi mamá no declaró en sus testimonios judiciales que le hayan dicho que la habían soltado por ser la sobrina de ella.

–¿Por qué pensás que habla ahora, más de treinta años después?

–No es casual. Hacía poco se había solidarizado con Ernestina de Noble y como está a punto de estallar todo por el aire con el caso de sus hijos apropiados, ahora se quiere despegar. Es obvio que al menos uno de esos chicos es apropiado. Fue una barrabasada solidarizarse con la Noble.
–¿Legrand tiene que declarar en la Justicia sobre sus dichos?
–Estaría bueno que la Justicia le pregunte qué sabe de todo lo que pasó en esos años. No sé si sabe mucho o no, o si les preguntó a los milicos qué hacían con las personas secuestradas. Pero claro que sí, que aporte todo lo que sabe porque cualquier cosa que sume nos sirve a todos nosotros para conocer mejor lo que pasó en la dictadura, un período de nuestra historia que todavía algunos quieren tapar.

–¿Qué te pasó a vos?

–Me impresionó mucho que se contara parte de mi vida en los medios. Igual tuve que salir a aclarar algunas versiones que se difundieron sobre mi papá ( NdelR : se había dicho que el cuerpo de su padre había sido identificado). Es real que Mirtha hizo gestiones por mi mamá, y con eso no puedo ser ingrata. Pero su rol de comunicadora a lo largo de los últimos veinticinco años, ante semejante genocidio, es reprochable. No está y nunca estuvo conectada con lo que realmente pasó en Argentina en los años de la dictadura. Y además desconoce lo que pasó con la búsqueda posterior de mi viejo y que nosotros nos enteramos que lo mataron en un enfrentamiento fraguado (Legrand, en sus declaraciones televisivas dijo: “Nunca más supimos de él”). Se ocupó del caso de mi mamá y quedó ahí. No me sorprende. Ya sabemos quién es y no se le pueden pedir peras al olmo.

Julieta es delgada, usa el pelo largo y llegó al bar abrigada con un sacón de lana de color violeta. Ahora, sentada junto a Miradas al Sur en un entrepiso con paredes de madera, gesticula con las dos manos al hablar. El corazoncito que lleva colgado del cuello le baila cuando se revuelve sobre la silla.

A los 23 años, tiempo después de haber terminado la secundaria en el progresista y palermitano Nicolás Avellaneda, se cargó una mochila al hombro y se fue a viajar por México con su pareja y su primer hijo en la panza. Se acercaba el fin del menemismo y ella necesitaba un rotundo cambio de aire. Sentía que acá algo estaba por explotar. Allá tenían techo y comida en la casa de la hermana de su padre, exiliada durante la dictadura. Julieta tocaba la batería y su novio el bajo. Durante un tiempo tiraron un paño con artesanías en plazas y parques. Más adelante, armaron una cuerda de percusión con la que vivieron momentos inolvidables. Luego, pusieron una sala de ensayo.
“Estuvo muy bien la experiencia mexicana, me gusta viajar”, cuenta. “Pero en un momento me di cuenta que quería volver para conectarme con mi historia.” Pisó suelo argentino a comienzos del 2004. Manú ya tenía cuatro años. Ese mismo año entró a trabajar en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. Arrancó en el área de prensa y comunicación, con Oscar González, actual vicejefe de Gabinete de La Nación. “Fue él quien me motivó para que estudie fotografía”, detalla Julieta. Estudió fotoperiodismo en Argra y hoy es la encargada de lograr las imágenes institucionales de la Defensoría. A los pocos días de haber entrado a su nuevo trabajo, se realizó la histórica apertura de la Ex Esma. Ella quería ir pero no se animaba a pedir permiso. González llamó a la oficina y autorizó a todo el personal. “Era un día histórico y no daba para perdérselo”, recuerda. Ese mismo año se subió a un micro con destino a Jujuy. Por medio de un amigo se había acercado a la murga Los verdes de Monserrat , y casi sin conocerlos, no lo pensó dos veces. El viaje de los murgueros, que realizan todos los años, tenía un objetivo concreto: participar del homenaje que se hace todos los años a los obreros desaparecidos en el apagón del ingenio de Ledesma. En el viaje le contaron que el primer show de la murga había sido en el Club Atlético, el centro clandestino de detención y exterminio donde habían estado secuestrados sus padres. “Lo mío era el redoblante –aclara– no me daba para bailar.”

–El día que secuestran a tus viejos, ¿vos estabas ahí?

–Sí. Tenía cuatro meses. Fue el 2 de marzo de 1977. Fui reconstruyendo los hechos con mi familia. Vivíamos en un primer piso frente al Botánico, en Palermo. Estaba mi mamá, mi hermano mayor de cuatro años, mi bisabuela y yo. Una patota tiró la puerta abajo a eso de las ocho de la noche. Buscaban a mi papá. Como no estaba, lo esperaron. A nosotros nos encerraron en un cuarto. A mi mamá la esposaron y vendaron y también la guardaron en alguna parte de la casa. Los secuestradores eran muy jóvenes y estaban nerviosos, con miedo. En un momento uno de los tipos intercambió unas palabras con mi hermano, en tono confidente y cínico. Los hijos de puta le preguntaban cómo se llamaba. Cuando llegó mi papá lo tabicaron y se lo llevaron junto a mi mamá. Antes de irse, saquearon el departamento. Y nosotros, con mi hermano, tan chiquitos, vibrando toda esa mierda.


La historia completa del secuestro y posterior desaparición de su padre, Julieta la empezó a armar a los ochos años, cuando su madre la sentó y se la relató, mirándola fija a los ojos. En 1984, María Fernanda Martínez Suárez declaró ante la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep, legajo 2.781) que había estado detenida en una dependencia militar desde el 2 hasta el 4 de marzo de 1977. Y veintinueve años después volvería a testimoniar detalles de su cautiverio en el juicio oral que se le siguió al represor Jorge Carlos Olivera Róvere. “Mi mamá hizo las denuncias en todos los lugares que se abrieron para hacerlas y siempre aportó su testimonio para la verdad y la justicia.”
Julio Enzo Panebianco, Rulo , había nacido y crecido en Lomas de Zamora. De chico formó parte de un grupo de boys scouts . Cursando el colegio secundario decidió cambiar de tipo de organización y dio sus primeros pasos en la política al sumarse a la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Conoció a la madre de Julieta en una de las tantas unidades básicas que afloraban como hongos a comienzos de la década del ’70 en la ciudad. Cuando lo secuestraron, Julio tenía 22 años. Ya militaba en la JTP (Juventud Trabajadora Peronista) y trabajaba en la DGI.
Un ex detenido del Club Atlético compartió celda con Julio Panebianco. “Este hombre nos hizo llegar una carta”, cuenta Julieta, con los ojos vivaces y muy abiertos, “en la que contaba que a mi papá lo tiraron dentro de la celda a las tres de la mañana y que le habían dado con mucha saña y en todo el cuerpo”. La madre de Julieta, acurrucada en su celda, escuchó las torturas que sufría su marido.
–¿Cómo fue el tema del trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) en el caso de tu papá?
–Los antropólogos identificaron restos humanos de un caso de un enfrentamiento fraguado por los milicos. Los estudios certificaron que mi viejo había estado ahí, por unas huellas dactilares, y de ahí surge el dato de que lo habían matado junto a otros tres militantes, arriba de un Citröen. Fue en Parque Patricios, el 18 de marzo del ’77.
Corría el año 2004 cuando el Eaaf realizó la exhumación de los restos de aquel enfrentamiento fraguado. El trabajo se realizó en el cementerio de Chacarita y los análisis fueron contundentes: los restos pertenecían a una mujer, y no a Julio, el padre de Julieta. “No me movió un pelo que no hayan encontrado sus restos”, confiesa. “Si eran o no los restos de mi papá, a mi me daba lo mismo. Mi viejo estaba muerto desde el 18 de marzo del ’77, y de alguna manera me deja tranquila saber que su sufrimiento duró sólo catorce días.”
–¿Pensaste alguna vez que Legrand pudo salvar a tu papá?
–Nunca se me pasó por la cabeza reprocharle que no haya salvado a mi viejo.
Se nota que la acusación hacia la conductora televisiva se refiere a su rol ante la sociedad entera y no ante su familia en particular. Julieta no lo dice pero hay ahí un sentimiento muy especial: se sabe víctima de una masacre colectiva. No se trata de salvar individuos en particular, aunque sea su padre: se trata de un genocidio y del papel que jugó esa figura pública ante esa totalidad.
Julieta rescata algo positivo en las palabras de su tía abuela: “Al decirlo ella, hay mucha gente que se va a callar antes de decir pelotudeces sobre los desaparecidos. Yo misma escuché a algunas personas afirmar que los desaparecidos estaban en Europa. No sé si lo creían o lo decían para provocar, pero hoy la verdad también la dice Mirtha Legrand y toda esa gente, espectadora de ese mundo de mierda, ya no tiene lugar para decir boludeces. Que lo diga ella sirve para abrir la cabeza de los negadores. Y da cuenta también de que la verdad es innegable y que la lucha dio sus frutos”.
Julieta hace una pausa para mojarse los labios con un trago de cerveza. En lugar de retomar el hilo de la historia, prefiere condensarla en algunos papeles y fotos que saca de la cartera de hilo que tiene sobre las piernas. Ofrece los objetos en absoluto silencio. Un brazalete de cuero de la JP, una libreta de los campamentos a los que fue su papá con su grupo de exploradores, una foto en blanco y negro de Rulo , un carné que acredita su participación en el Operativo Dorrego formando parte de la JP, varias fotos de ella con su hermano, su mamá, su papá y su abuelo.
Julieta repite permanentemente que se siente muy conectada con su padre. Cuenta que hace algunos años se hizo una carta natal y que ahí le dijeron que había tres fechas claves en su vida. Dos ya habían pasado y la restante no. En ese momento advirtió que las dos primeras tenían que ver con el año que su mamá le contó lo que había pasado con su padre y con el momento que supo que lo habían fusilado en un enfrentamiento fraguado. La tercera fecha era mayo de 2010, y estaba acompañada por tres palabras: frutos, forma, orden. Se había olvidado de eso, hasta ahora. No fue exacta la fecha pero casi: mediando junio habló Legrand. Julieta saca la carta natal de la cartera, y la muestra. “Estoy terminando de armar el rompecabezas de mi papá, formando su historia. Y me agarra en un momento especial. Estoy preparada para enfrentar todo esto, tengo cosas para decir”.
LA DESMEMORIA DE LA DIVA DE LOS ALMUERZOS
En septiembre de 1978 Mirtha Legrand decía en su almuerzo televisivo que había una campaña organizada contra la Argentina en el exterior. Acompañada por una joven Susana Giménez que argumentaba que eso se debía a “la falta de cultura”, Legrand se quejaba porque se atacaba a la Argentina desde Europa. Y aseguraba que el problema era la falta de información. Sin embargo, Legrand sabía muy bien que no se trataba de una campaña orquestada ni mucho menos de una carencia de información, sino de voces que gritaban verdad. Lo sabía bien porque ella misma, un año antes, había intervenido en el secuestro y desaparición de su sobrina. Por eso, el testimonio televisivo de la ex actriz del 15 de junio último provocó la reacción de periodistas, activistas por los derechos humanos y funcionarios, indignados por el silencio que la conductora mantuvo durante más de treinta años. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se quejó por “la familiaridad con la que hablaba de los peores como Videla y todos estos siniestros personajes del mal llamado Proceso”. Y agregó: “No la veo preocupada por lo que estaba sucediendo en aquel momento porque los archivos la muestran de otra manera”. Lo cierto es que Legrand podría ser llamada a declarar como testigo en la mega causa que investiga los delitos de lesa humanidad ocurridos en el área del Primer Cuerpo de Ejército, a cargo del juez Federal Daniel Rafecas. El pedido lo presentó el abogado y periodista Pablo Llonto, representante legal de familias que actúan como querellantes en esa causa, reabierta por la Cámara Criminal Federal luego de que en agosto de 2003 el Congreso Nacional anulara las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

domingo, 27 de junio de 2010

A JUAN PERÓN, PROFETA POLITICO Y REALIZADOR, DE LA JUSTICIA SOCIAL Y DE LA UNIDAD LATINOAMERICANA..

Se acerca el 1º de julio, el paso a la eternidad de un grande
Por Juan Alé
A partir de evidencias históricas pero aún mas de evidencias espirituales. Juan Perón prefigura el arquetipo del profeta y realizador. Profeta político de la justicia social y de la Unidad Sudamericana, Profesor de Historia Militar en la Escuela de Guerra, Coronel del Pueblo, autodidacta, un hombre con un sentido profundo de la Historia.
Realizador de una revolución política, económica, social y cultural que ya nadie puede desconocer. Nació en octubre un mes de grandes alegrías para el pueblo peronista, de madre aborigen, Juana Sosa, de origen tehuelche y quechua, cuestión que marco su aspecto físico y espiritual.
Juan Perón sintetizo en pensamiento y acción la sabiduría de los pueblos originarios de vivir y convivir en comunidad, con las formas de la filosofía política clásica y moderna.
Recomiendo la lectura de sus obras, mas de 20 libros e innumerables artículos y discursos...Apuntes de Historia Militar, Conducción Política, La Comunidad Organizada, La fuerza es el Derecho de las Bestias, La Hora de los Pueblos, Discursos Profeticos para los Pueblos del Mundo, entre otros,también, El Modelo Argentino para el Proyecto Nacional...
Fue un visionario y adelantado en sus pensamientos y realizaciones, siendo muchas incomprendido y combatido tenazmente por personajes menores que lamentablemente le hicieron un profundo daño al país...
Eran hombres ignorantes, cuando no malintencionados y brutos.
Las realizaciones de esa revolución, Soberanía Política, la Independencia Económica y una efectiva Justicia Social puso nerviosos a los poderes mundiales, que quisieron destruir a Perón y al Movimiento Peronista, y por supuesto no pudieron.
El peronismo realizo una verdadera reivindicación y justicia social con los mas humildes de nuestra querida patria, algo que aun hoy falta concretar una definitiva Justicia Social con millones de hermanos y compatriotas que siguen fuera del sitsema laboral, sin trabajo, vivienda, salud o educación, hemos avanzado pero aun falta mucho más...
El General Perón supo transmitir a las nuevas generaciones las consecuencias catastróficas de un mundo sin rumbo, donde solo impera el lucro.
Previo la falta de agua potable, la falta de alimentos y nos advirtió sobre los desequilibrios ecológicos, nos dijo claramente que iba ha reinar un despiadado imperialismo...
En su mensaje a la juventud Argentina del Año 2000, nos decía que el mundo había fracasado y que las nuevas generaciones debíamos aprender de los errores retomar las banderas para continuar luchando por un mundo mas justo.
El signo de los tiempos...
El Cambio Climático, deshielo de los casquetes polares, desastres ecológicos, el hambre, la guerra, la caída estrepitosa de los Mercados, la gran burbuja financiera mundial, la caída del dios mercado nos debe abrir los ojos, esta crisis prefigura sin lugar a dudas el signo de los tiempos por venir...
Un nuevo desorden del viejo orden imperial agudizado por las guerras de saqueo del petróleo, el gas y el agua potable que son los recursos estratégicos por los que se lucha y se seguirá luchando muchos años mas.
Se agrega en los últimos tiempos un reacomodamiento del imperio en un nuevo escenario mundial, medio oriente, pandemias de virus, que solo pueden ser leídos como guerras bacteriológicas para ganar tiempo y poner en alerta a la población mundial, creando cortinas de humo que confundan y tapen la grave crisis económica mundial de los centros de poder, especialmente EE.UU. y Europa.
Las enseñanzas de Juan Perón, estudiarlas, meditarlas y aplicarlas son los desafíos del presente. Para poder realmente construir los argentinos un Proyecto Nacional, que nos de un rumbo cierto en la Región y el Mundo. Los pueblos se rebelan y se ponen de pie, no se pude atrasar el reloj de la historia.
Es una nueva Hora de los Pueblos...
El Gral. Juan Perón nos decía:
No tiene ningún sentido la creación del Movimiento Peronista sin la realización efectiva de la Justicia Social, el nos enseñaba, no tiene sentido el peronismo sin la justicia social...
Para que mejor se entienda la condición sine qua nom del Peronismo es la Justicia Social, falta mucho para que eso sea una realidad efectiva, por eso nuestro compromiso militante es construir esa justicia social, predicarla y concretarla.
Nuestra Generación debe seguir llevando bien alto esas banderas para que no se olvide nunca la Obra y Acción de Juan Perón y de Evita...
Sea este nuestro humilde homenaje, como hijos del pueblo...

JA/
N&P: El Correo-e del autor es Juan Alé bat_final@yahoo.com.ar

· Juan Alé es consultor político y analista de política nacional e internacional.

El libro que relata el despojo de Papel Prensa

Por: Miradas al Sur
Un adelanto de Silencio por Sangre, de Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli, que iniciará el domingo próximo la colección de investigación periodística de Miradas al Sur.

Silencio por Sangre
es un libro urgente, resultado de una larga y exhaustiva investigación –parte de la cual fue publicada por Miradas al Sur durante el último año– que aún continúa, pero escrito contra reloj.
Su objetivo es explicar cómo, durante la última dictadura, los dueños y directivos de los tres diarios más importantes de la Argentina se apropiaron, en complicidad con el Estado terrorista, de la empresa que les permitiría monopolizar la producción del papel de diario.
Esa maniobra de apropiación formó parte de la alianza estratégica entre la dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976 y los representantes de los grupos económico-mediáticos más grandes del país. Los grupos económicos concentrados necesitaban a los militares para eliminar a la disidencia política y social que se oponía a sus intereses. Los dictadores, por su parte, exigían no sólo una prensa silenciada mediante la censura, sino medios cómplices de sus políticas y de sus acciones. Esa misión la cumplieron Clarín, La Nación y La Razón y, a cambio de ello, recibieron el monopolio del papel de diario, una suerte de dictadura contra la libertad de expresión.
Entre fines de 1976 y la primera mitad de 1977, el Grupo Graiver fue despojado ilegalmente de Papel Prensa S.A., en una operación que –más allá de sus motivaciones políticas y económicas– desnudó el feroz antisemitismo de los militares en el poder. Para lograr sus objetivos, los dictadores utilizaron presiones, amenazas, secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos. Paralelamente –y en pleno conocimiento de la utilización de estos instrumentos del terrorismo de Estado–, los propietarios de los tres diarios crearon una empresa fantasma con la única finalidad de quedarse con las acciones de Papel Prensa que los herederos y socios de David Graiver fueron obligados a entregar.

jueves, 24 de junio de 2010

Daniel Chiarenza, profesor de Historia y profundo investigador de la vida del Dr.Ramón Carrillo, publicó su tercer libro del gran sanitarista argentino, esta vez en formato de novela.
Para conseguirlo, ya que no se encuentra en librerías, contactate con el Profe en su blog.En su contratapa encontraremos las palabras que el Dr Donato Spaccavento nos regala, en referencia al libro del cumpa Chiarenza:

Un prócer injustamente olvidado
Por Donato Spaccavento

Mi primera intención es referir las gracias desmedidas al profesor Daniel Alberto Chiarenza que me ha distinguido para escribir el prólogo de este libro de su autoría sobre el incomparable “ingeniero” sanitarista argentino que fue el médico y maestro santiagueño, doctor Ramón Carrillo.
Mis palabras resultarán minúsculas ante este verdadero patriota de la causa nacional y popular y del peronismo fundacional. Del hombre que con sus excelsas virtudes logró dibujar para la Argentina que hoy todavía anhelamos autónoma y soberana, un modelo de medicina prestacional.
Este libro es significativo. Aquí encontramos el relato personalizado y por momentos dramático y desilusionado de Carrillo, quien revela esa íntima condición del patriota que se siente desarmado frente a la historia. Justamente, el hombre que fue capaz de construir una estructura descomunal a favor de los cabecitas negras, de los excluidos, de los por siempre olvidados por el poder de la oligarquía anglo-portuaria, siente la laceración inmisericorde del olvido en esa Patria suya que tanto amaba. Por ello su final le llegó fuera de nuestras fronteras en una suerte de exilio forzado; no por el propio general Perón que lo consideró hasta el último de sus días como el más descomunal constructor del hospital público y del sanitarismo argentino, sino por aquellos que, en los albores de un capitalismo mercantilista y obsceno, llegaron a concebir al prójimo (al que Carrillo tanto amaba) como un artículo más del perverso mecanismo de los negocios en materia de Salud.

miércoles, 23 de junio de 2010

¡Che, Perón!

Un día como hoy pero de 1967 ejecutan al Che. El Pocho escribe esta cartita al Movimiento Peronista, devolviendo la gentileza del Che, en la que reflexiona sobre su vida y su militancia revolucionaria.
Artículo de Patucho, de Un día Peronista
Con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pue­blos que luchan por su liberación.
Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación. Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo que, con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del Pentágono, mantienen a los pueblos oprimidos. Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven más extraordinaria que ha dado la Revolución en Latinoamérica: Ha muerto el comandante Ernesto Guevara.
Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor. Un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazó le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y de mártir.
He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado al intento golpista, ¿qué edad tenía entonces? ¿Y quién no se ha equivocado alguna vez en política? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Yrigoyen. Yo también, en ese momento, fui utilizado por la oligarquía. Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos.
Y vaya si el Che los enmendó. Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina. No faltarán quienes pretendan palidecer su figura. El imperialismo, temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista argentino, solapadamente, está en una campaña de desprestigio. No nos debe sorprender esto ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre han estado en contra de los movimientos populares. De eso, podemos dar fe los peronistas.
La Hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquías y de los monopolios inversionistas del imperialismo. Las revoluciones socialistas se tienen que realizar, que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben concertarse entre sí todos los movimientos nacionales; en la misma forma en que son solidarios entre sí los usufructuarios del privilegio. La mayoría de los gobiernos de América Latina no van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales.
Ante eso, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viables la concreción de la revolución. Y esta tarea la deben llevar adelante quienes se sientan capaces.
La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente y nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste. El peronismo, consecuente con su tradición y su lucha, como movimiento nacional, popular y revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al comandante Ernesto "Che" Guevara, guerrillero argentino muerto en acción, empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.
Juan Domingo Perón, carta al Movimiento Peronista, del 24/l0/67

No hay mucho para agregar. Linda
esta otra notita de Jauretche sobrino. Artemio dice otro tanto acá. Las versiones de los encuentros: una acá, otra por acá.

martes, 22 de junio de 2010

Bariloche, una mirada

Por Artemio López

Me llega una interpretación del periodista Tato Contissa , residente en la ciudad austral por más de 20 años, sobre las condiciones estructurales que explican la explosiva situación social que se observa hoy en Bariloche :

A nadie se le ocurriría pensar que la situación que describe el film Missisipi Burning / Missisipi en Llamas, fuese un caso de “inseguridad”, según los manuales mediáticos de la distorsión y el reduccionismo de este principio de siglo. Claro, en 1961, cuando ocurren los episodios de violencia en el sur estadounidense, y en 1989, cuando se estrena el film, el grupo Clarín tenía muy poca incidencia sobre los episodios.

Distinto es hoy en Bariloche, Río Negro, Argentina, cuando un caso final de escisión social provocado por un diseño económico de exclusión implantado en la dictadura, alimentado por la desidia política de 27 años de gobiernos radicales de los cuales diez fueron los arrasadores años del menemismo, tiene en la ciudad la voz siniestra del grupo Clarín en el único canal de aire y todo el sistema mediático cautivo de la economía publicitaria del modelo. Más los infelices, los ventajeros, y los fascistoides que hay en cualquier sociedad que supere los cien mil habitantes.

La práctica es la de siempre, jibarismo informativo: técnica de reducción de hechos a los moldes estereotipados que sirven para la consagración de los prejuicios sociales y raciales, criminalización de la pobreza, apelación al miedo, incitación a la violencia desde una hipócrita condena a la violencia. Nada nuevo.

Pero: algo nuevo.

Creo que esta semana, mañana a más tardar, el caso Bariloche se va a convertir en una blumerización rediviva de la amenaza de la inseguridad como consecuencia del “gobierno de mierda que tenemos a nivel nacional”.

Todos saben que el grupo está desesperado por razones que bien valen una desesperación: potencial: prisión para la señora de Noble, avance sobre el caso Papel Prensa, Ley de Medios descongelada por la Corte, más los riesgos mundialistas de que la alegría no sea sólo brasilera. De manera que un caso como el caso Bariloche acomoda la piedra en el zapato de la sensibilidad nacional.

Nieva en la ciudad de los Césares como sofocaba el calor en Missisipi, pero el incordio meteorológico no puede encubrir los verdaderos dolores. La dictadura coincide en 1976 con dos proyectos económicos montados sobre el turismo artesanal de la ciudad andina. El Cerro (Catedral) y el Lago (Nahuel Huapi) son los socavones sobre los que se montará la Industria.

Parecía prometedor el “modelo de negocios”, frase noventista que sintetiza perfectamente lo que el General Suárez Mason armara con mascarones y testaferros en poco menos de tres años. Un modelo así demandaba blanquear la imagen de la ciudad. Cosa similar operaron los genocidas en las villas de la Capital Federal, como bien nos lo cuenta Eduardo Blaustein en “Prohibido vivir aquí”, operativo que significó la expulsión de 200 mil personas hacia el otro lado de la General Paz. De manera que está claro que el “mettier” tenía manuales.

En Bariloche el confinamiento fue hacia el “Alto”, si bien hoy se lo ve, cerca del centro de la ciudad y fuera de los circuitos visitados por el turista. ¿Por qué fuera? Porque la vista de los aindiados desmejoraba “el producto”. ¿Por qué no lejos? Porque alguien tenía que poner las mesas, lavar los platos y hacer las camas, sacar la basura, limpiar los pisos….es decir, hacer el trabajo del servicio turístico. Hasta entonces las empresas familiares alcanzaban, pero con el “boom” industrial la proletarización era imprescindible.

El quiebre coincide con una segunda ola migratoria desde los principales centros urbanos del país hacia la capital de Los Lagos. Entre 1976 y 1980 la población se duplica, y el crecimiento se hace sostenido hasta una meseta de 100 mil habitantes que puede establecerse intercensalmente entre 1985 y 1995. Bariloche se “babeliza”, un mix cultural que contiene desde pueblo originarios hasta progresismo jipón, nazismo de probeta con liberalismo conservador decimonónico hacen a un amplísimo espectro de rudimentos ideológicos. Quiero decir con esto que es y ha sido casi siempre, muy difícil hacerse entender en Bariloche.

El sentimiento de pertenencia también es extraño, pero no por ello menos argentino. Con decirles que, al par de la Fiesta de la Nieve que es siempre pretendidamente “ for export”, la otra fiesta popular importante es la de las colectividades Europeo- Argentinas, una fiesta en la que todos se reúnen para decir que vienen de otro lado, que no son de aquí.

Una sociedad así, tan a escala de la sociedad argentina, necesita fuertes redes políticas de contención, altos niveles de organización, y un modelo económico que integre, incluya y potencie materialmente lo colectivo. Adicionalmente la ciudad tiene, culturalmente, menos peronismo que la Recoleta.

Conservando el “modelo de negocios de la dictadura”, con el que la actividad económico dinámica que es el turismo sólo participa del 17 por ciento del PBI, Bariloche hace veinte años que está destinada al incendio. Pero mañana Clarín, con sus voceros locales, dirá que este es un típico caso de inseguridad, consecuencia de la permisividad de un Gobierno Nacional garantista que tiene en el pobrerío la tropa criminal disponible para su eternización en el poder.

Como contrapartida le ofrecerán a la sociedad argentina las pócimas curativas de los Morales, Bulrrich, Cobos, Carrió, es decir los funcionarios funcionales de una política que abrió la puerta del infierno que generaron los otros, la secuela menemista de Duhalde, Sola, De Narváez, Macri y aínda mais. En la provincia y en Bariloche son otros los nombres, pero el Clarín sonará igual

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