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jueves, 24 de febrero de 2011

Colectoras de 1973 "en esa oportunidad el mismísimo Arturo Jauretche votó a Perón con la boleta del FIP".

Por Alberto J. Franzoia

Ante la oposición a las colectoras por parte de sectores internos del bloque nacional, que este año volverá a enfrentar a diversas variantes del bloque oligárquico-imperialista, el Jefe de Gabinete Aníbal Fernández tuvo el buen criterio de defenderlas recurriendo a la memoria de los setenta. Cualquier militante o memorioso de aquellos años tendrá presente en nuestras filas que fue el mismísimo Juan Domingo Perón quien en las elecciones de setiembre de 1973 apoyó la propuesta del Frente de Izquierda Popular (FIP), conducido por Jorge Abelardo Ramos, para que dicha organización política presentara su propia boleta pero encolumnada con la fórmula Perón-Perón. No olvidemos, además, que el líder promovió acuerdos con otras fuerzas políticas afines desde su primera candidatura en 1946.

En 1973 la consigna que figuraba en la boleta del FIP era: Liberación y Patria Socialista. Cabe recordar que meses antes, en marzo del mismo año, en las elecciones celebradas el día 11 que consagraron con casi el 50% de los votos a Cámpora y Solano Lima, el FIP había llevado sus propios candidatos (Ramos-Silvetti), pero explicitando que si era necesaria una segunda vuelta daría todo su apoyo a la fórmula del Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI), integrado por el peronismo y otras fuerzas menores (desarrollistas, conservadores populares y populares cristianos).

La colectora de setiembre de 1973 resultó muy útil para captar la voluntad de casi 900.000 electores que integraron el 61,85 % de los votos obtenidos por el FREJULI en las nuevas elecciones celebradas el día 23. Desde luego no eran militantes del FIP (partido constituido a inicios de los setenta), pero si compañeros que optaron por apoyar a Perón desde una propuesta claramente socialista. Y Perón, que algo sabía acerca de cómo se construyen los frentes nacionales y populares, no sólo no puso obstáculos sino que favoreció dicho apoyo. Cabe recordar, por otra parte, como lo ha sostenido Ernesto Goldar, que en esa oportunidad el mismísimo Arturo Jauretche votó a Perón con la boleta del FIP.

Durante aquellos días no faltaron voces que se alzaron contra dicha alternativa electoral y no encontraron mejor explicación para los votos obtenidos por la Izquierda Nacional que la supuesta “confusión” de los votantes. Entre las más consecuentes voces al respecto merecen ser citadas las de Clarín, que por entonces estaba vinculado al desarrollismo , el PC a través de su semanario “Nuestra Palabra”, el Dr. Fonrouge (senador del FREJULI por el partido Conservador Popular) e inclusive algún sector interno del propio peronismo, entre quienes cabe recordar al diputado Gallo (1).

No resulta raro entonces que ahora también surjan voces, de afuera y de adentro del bloque nacional, que se oponen a este intento de construcción política nada ajeno a la historia del peronismo. Entre las voces críticas no podía faltar la del periodista “republicano” Pepe Eliaschev quien sostiene al respecto:

“Al reflotar el engendro tóxico de las listas políticas llamadas "colectoras", el gobierno de Cristina Kirchner ha desempolvado uno de los artificios más venenosos de la ya de por sí tenue institucionalidad republicana de este país. De este modo, el Gobierno abusa de la ignorancia colectiva y manipula la baja o nula información que se percibe en millones de personas sobre la verdadera naturaleza del proceso político argentino a la luz de la historia reciente” (2).

Argumentación cara a la dialéctica civilización o barbarie en la que permanentemente se inscribe este tipo de periodismo tan proclive a subestimar a los sectores populares, Eliaschev no duda por otra parte en calificar a Ramos de “oportunista”, con lo que pretende invalidar definitivamente aquella alternativa política del 73 y cualquier intento de “reflotar el engendro tóxico de las listas políticas llamadas "colectoras”...” Como sostengo en anterior párrafo, ya otras voces de los setenta habían intentado una descalificación semejante.

A la supuesta confusión popular originada por la presencia de dos boletas que iban con la fórmula Perón-Perón el FIP respondió con un documento que data del 15 de octubre de 1973 donde, entro otras cosas, afirma:

“Agravian a las masas al sostener que sólo la confusión de dos boletas que sostienen el mismo candidato pudo originar un millón de votos para el FIP. Hace treinta años estos mismos señores explicaban el triunfo de Perón argumentando que se trataba de masas fanatizadas, incapaces de percibir el significado de su voto. Ahora emplean un argumento idéntico para descalificar el sentido revolucionario que grandes sectores populares han brindado al FIP” (3).

En relación al también supuesto oportunismo de Ramos es necesario precisar, porque Eliaschev parece carecer de registros al respecto, que el Ramos de los setenta poco tenía que ver con aquel que terminó sus días como embajador de Menem, y que la decisión política del partido que él conducía (integrado no por marionetas sino por militantes de la talla de Jorge Spilimbergo y Blas Manuel Alberti entre otros) respondió a razones bien distintas a las esgrimidas por periodistas y políticos que desconocen la historia de su Patria.

Cuando el FIP decide apoyar con boleta propia la fórmula Perón-Perón para las elecciones de setiembre de 1973 no improvisaba, lo que en realidad hacía era llevar a la práctica electoral lo que venía postulando desde su teoría política hacía ya muchos años. Porque a diferencia de expresiones de izquierda cosmopolita y despistada que cuestionan cualquier tipo de apoyo a gobiernos que consideran simplemente burgueses, o de otros apoyos circunstanciales (a veces por oportunismo), la Izquierda Nacional sostiene desde su núcleo duro histórico que el verdadero socialismo latinoamericano es aquel que milita (sin renegar de sus propia estructura política independiente) junto a los trabajadores dentro de grandes frentes nacionales de liberación. Por dicha razón la Izquierda Nacional estuvo junto al peronismo desde su constitución en 1945. Le expresión más clara de ese apoyo independiente (que por lo tanto no reniega de su identidad partidaria) se sintetiza en una frase que Ramos solía utilizar en la campaña política de 1973: “cabalgamos junto al peronismo pero en distintos caballos”.

Esa táctica lejos de ser oportunista tiene una fuerte dosis de convicción y realismo, porque integra a la izquierda de Argentina, y del resto de América Latina, en el único espacio en el que puede prosperar una estrategia socialista: el espacio en el que convergen todas las fuerzas (sobre todo los trabajadores) que intentan resolver la contradicción principal en un país de capitalismo dependiente, es decir, la contradicción nación o colonia, liberación o dependencia.

Por lo tanto, más allá de que estamos en una coyuntura distinta a la de los setenta, todo lo que realmente sume voluntades políticas emancipadoras a un gran frente nacional y popular siempre resultará apto para avanzar en el camino de la liberación. No casualmente las clases dominantes, el periodismo “independiente” que expresa sus deseos y temores, y ciertos políticos demasiado preocupados por sus proyectos personales (no necesariamente de liberación) se ponen nerviosos ante la posibilidad de las colectoras.

La Plata, 22 de febrero de 2011


1. José Luis Madariaga: “Introducción al socialismo”, documento: “El FIP saluda fraternalmente a los 900.000 argentinos que votaron por Perón y la patria socialista”. Editorial Octubre, año 1974
2. Pepe Eliaschev: “La recolección de las recolectoras”, El Día, 13/2/2011. http://www.eldia.com.ar/edis/20110213/septimodia0.htm
3. José Luis Madariaga: texto y documento ya citados


* Producido para el Cuaderno de la Izquierda Nacional


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