EL AÑO DE DON ARTURO
Por Cristian H. Savio
Es, junto a la de Mariano Moreno, una de las figuras más reivindicadas por Cristina Fernández de Kirchner. "Nos abrió la cabeza a muchos jóvenes", dijo la presidente. "Algunos intelectuales fustigan que yo reivindique a quien supo interpretar a los argentinos y desmenuzar la idiosincrasia de la sociedad como pocos". Lo dijo en noviembre pasado, en la inauguración de la Universidad Nacional Arturo Jauretche. Y recomendó –más bien instó a- leer el Manual de Zonceras Argentinas. "Se puede no ser peronista. Pero no se puede ser zonzo".
Aníbal Fernández fue más allá. Como ya lo había leído, decidió escribir su propio Manual de Zonceras Argentinas y otras yerbas, que esta semana adelantó en su blog. "Pidiéndole bendición política a Don Arturo Jauretche seguí su huella sin pretender parangonarme, por Dios", advirtió el jefe de Gabinete, quien conduce la Agrupación Jauretche. O una de las tantas que hay: una simple búsqueda en Facebook arroja al menos una veintena de organizaciones que homenajean en su nombre al autor de El Medio Pelo en la Sociedad Argentina.
La vigencia de Jauretche recobró protagonismo entre la juventud militante e intelectualidad cercana al kirchnerismo. Quienes lo reivindican destacan sobre todo dos focos de su pensamiento: el revisionismo histórico con su concepto de "colonización pedagógica", por un lado, y la defensa del pensamiento nacional y popular, por otro.
Ernesto Villanueva, rector de la Universidad Arturo Jauretche de Florencio Varela, que se puso en marcha el 28 de marzo, conoció al ensayista en la década del ‘70. Villanueva era rector de la UBA, y Jauretche, presidente de Eudeba. "Era un hombre muy agradable, ingenioso, con un estilo polémico muy incisivo", recuerda, en diálogo con NEWSWEEK. Y rescata del escritor "su crítica del sentido común, de los prejuicios de esa sociedad en la que vivía", y, sobre todo, su "lenguaje campechano" orientado al conjunto de la población.
"Cuando yo estudiaba, andaba con mis libros bajo el brazo y los trabajadores con los que me cruzaba me decían: ‘Tenés que leer a Jauretche’", recuerda Marco Aurelio Roselli. No sólo lo leyó, sino que en 2001 fundó en Merlo el Instituto Superior Arturo Jauretche, que hoy dirige. "La mayoría de las instituciones de formación docente está en las antípodas del pensamiento nacional y popular", señaló Roselli, y por ese motivo apeló a la figura de quien "enseñó cómo se había falsificado la historia argentina a partir de Bartolomé Mitre, y trabajó en el fortalecimiento de la identidad nacional".
Jauretche se había sentido atraído por la UCR de Hipólito Yrigoyen, y en 1934 formó, junto a otros intelectuales como Raúl Scalabrini Ortiz, FORJA, la agrupación radical de izquierda. Su posicionamiento ideológico, que lo llevaría a acercarse a Juan Domingo Perón, lo alejó de algunos escritores de su época, entre ellos Jorge Luis Borges, quien prologó El Paso de los Libres -que Jauretche escribió en prisión, en 1934-, y Ernesto Sábato, quien no obstante defendería su amistad. "En ocasiones he discrepado con sus ideas", escribió Sábato en Crisis, en 1972. "Pero esas pavadas no hicieron nunca a la amistad (...) Palabras más, palabras menos, él y yo estamos del mismo lado del asunto".
El pensamiento jauretcheano está vigente. Entre otras "cosas a resolver" figuran los Ferrocarriles, la búsqueda de transformación de productos primarios en valor agregado para las economías regionales, y la colonización pedagógica, según enumera Jorge Fernández, intendente de Lincoln. En esa ciudad bonaerense nació Jauretche en 1901, pero según el jefe comunal –que el año pasado presentó un libro sobre la figura del escritor, Las zonceras y el Bicentenario- fue a partir de su llegada a la intendencia en 2003 que Jauretche cobró protagonismo en su propia tierra. Hay un monumento en la ciudad "pero no está en el mejor lugar. Quisimos llevarlo al Banco Provincia cuando yo era concejal, pero perdimos la votación. Y ni siquiera logré traer a Lincoln sus restos, que descansan en Olivos. Los familiares de su mujer no me dejaron", dice el intendente.
En la primera presidencia de Perón, Jauretche estuvo al frente del Banco Provincia. ¿Qué haría en la Argentina de 2011? ¿ejercería un cargo político? Roselli piensa que "estaría apuntalando al Gobierno nacional, pero con críticas a algunos sectores que no se comprometen con la militancia". Pero Villanueva discrepa: "Era más grande en sus escritos que en su gestión", opina el sociólogo. "Si yo fuera presidente, le diría que escribiera, polemizando aportaba mucho más que detrás de un escritorio".
Fuente: Newsweek
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