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domingo, 4 de septiembre de 2011

La última encuesta de la consultora Equis muestra a Cristina con 52% de intención de voto. El mismo sondeo ubica a Binner en el segundo lugar

La foto electoral del 14 de agosto ha sufrido cambios. Algunos son leves, desde el punto de vista de los números, otros no. De todos modos, sin restarle a las cifras el peso decisivo que tienen, la política también se trata de símbolos. Las siguientes preguntas, por eso, mezclan indicadores y símbolos. Uno: ¿Qué tan lejos está Cristina Fernández de superar con comodidad el 50 por ciento de los votos y transformarse en la presidenta más votada desde el retorno de la democracia, arrebatándole ese lugar a Raúl Alfonsín? Dos: ¿Cuántas posibilidades tiene Hermes Binner de volverse la segunda fuerza y ser la “sorpresa” de la elección, desplazando a Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín? Tres: ¿Por qué caen –por ahora– el candidato de la UCR y el ex presidente?

Con estos interrogantes en la mano, Miradas al Sur habló con los consultores Artemio López (Equis), Enrique Zuleta Puceiro (Opsm), y Ricardo Rouvier. Los tres analizaron la evolución de la intención de voto de los candidatos presidenciales, ahora que pasaron 21 días de las primarias y faltan 49 para la elección general. El reloj sigue en cuenta regresiva.

Cerca. La última encuesta de Artemio López –realizada entre el 20 y el 24 de agosto– señaló que Cristina Fernández tiene 52,1 por ciento de intención de voto. La cifra supera por unas décimas a la que conquistó Raúl Alfonsín en octubre del ’83 (51,75%), pero dentro del margen de error de tres puntos. Sobre sus propios números, Artemio señaló: “Lo más preciso acerca de la situación de la Presidenta es sostener que consolida el respaldo del 14 de agosto, a pesar de que los números muestren un leve crecimiento, que se da sobre todo en distritos como Córdoba, Santa Fe y Capital”.
Rouvier, por su parte, arrojó algunas hipótesis de por qué creció –levemente– Cristina. “En parte son los efectos ‘voto útil’ y ‘voto ganador’. Ambos empujados por los resultados de las Paso.” Luego explicó de dónde vienen estos nuevos adherentes. Dijo que “el pequeño porcentaje de sufragio peronista que sacó Duhalde está migrando”, una parte a la Presidenta y otra hacia Alberto Rodríguez Saá.
Los números de Zuleta Puceiro, en apariencia, son distintos a los de Artemio. La encuesta también se realizó entre el 20 y el 24 de agosto. Ubicó a Cristina primera con 41 por ciento de intención de voto. Zuleta, sin embargo, explicó: “No hicimos proyección de indecisos, con eso hubiera llegado al 46. Además, antes de las primarias teníamos a Cristina con estos mismos indicadores, por ende, podemos concluir que hoy conquistaría una adhesión similar a la del 14 de agosto o más”.
–¿Por qué podría ser mayor el respaldo?
–Casi todos los oficialismos recibieron un empujoncito más, por parte del electorado, el día de la elección. Sucedió en Tucumán el domingo pasado, en la Ciudad, en Córdoba, y en las Paso. Se suma que la oposición sigue perdida, sin encontrar un rumbo.
Aquí, el consultor apeló a un término económico para reforzar su idea. “El default opositor –dijo– ayuda al crecimiento de Cristina.”

El segundo. Los carteles están pegados en las paredes de varias calles de la Ciudad de Buenos Aires. La frase, escrita con letras rojas sobre un fondo azul, dice: “Binner crece”. Las cifras de los encuestadores que hablaron con Miradas al Sur–para alegría de los socialistas– corroboran la consigna de esos afiches. Equis tiene al líder del Frente Amplio Progresista (FAP) con 13,4 por ciento de intención de voto; Zuleta con 15,5. Esto ubica a Binner por encima de Duhalde y Alfonsín, y lo deja en segundo lugar. Según Zuleta, Alfonsín y el ex presidente están empatados en torno de los 11 puntos. Artemio, en cambio, tiene a estos dos candidatos más desplomados. Su encuesta pone en tercer puesto a Alberto Rodríguez Saá, con 9,9 por ciento, seguido por Alfonsín con 8,9 y por Duhalde, con 7,6.
Las cifras muestran que la disputa por el segundo puesto está peleada. Una distancia de 3, 4, 5 puntos, hacia arriba o hacia abajo, marca la diferencia entre salvar la ropa o sufrir una humillación, desde el punto de vista electoral. Según los consultores, para esta contienda, el jefe del socialismo está en el mejor de los mundos posibles. “Binner arrancó con una expectativa muy modesta –señaló López–. Eso terminó jugándole a favor porque sorprendió al electorado.” “Además –agregó el consultor– puede mostrar que su delfín ganó la gobernación de Santa Fe, lo que implica un respaldo a su gestión.”
Zuleta señaló que el jefe del FAP, por otra parte, sintoniza mejor con el tipo de oposición que busca una parte del electorado. “La población quedó disconforme con lo que hizo el Grupo A, quiere otra cosa para la oposición. Binner, hasta por su forma de ser, muestra la posibilidad de un opositor constructivo, que no buscará complicar al Gobierno para destruirlo.”
Los analistas –además– estuvieron de acuerdo en que el aumento de la intención de voto de Binner viene de una succión que el líder socialista le hace a sus ex aliados. Rouvier remarcó que “la caída de Alfonsín y de Carrió tienen como contrapartida” el crecimiento del jefe de FAP. Artemio, por su parte, señaló que “un sector del electorado radical se imagina a sí mismo como miembro de un espacio de centroizquierda. Esa franja se siente hoy más representada por Binner que por Alfonsín”. El director de Equis agregó que se trata de “un nicho del electorado” que se encuentra sobre todo “en las clases medias de las grandes ciudades”.

La Caída. Como mencionó Rouvier, algunos dirigentes suben porque hay otros que bajan y les transfieren sus votos. El lugar de los que descienden lo ocupan, por ahora, Alfonsín y Duhalde. Pero más allá de esta coincidencia, la caída de ambos tiene motivos bien diferentes.
Artemio, para explicar el descenso de Alfonsín, rememoró una frase que solía decir Juan Domingo Perón. El ex presidente sostenía que la conducción estaba reservada para los dirigentes que tenían la marca del “óleo sagrado de Samuel”. Con esta cita, el consultor intentó ilustrar que, entre otros motivos, “Alfonsín no terminó de funcionar como candidato. No siempre se puede manejar eso. Tiene ciertas cuestiones aleatorias”. Rouvier puso el acento en el efecto paradojal que tuvieron los resultados de las Paso: “A Binner lo ayudaron a crear expectativas positivas porque había arrancado con ilusiones bajas. El caso de Alfonsín fue exactamente al revés: empezó con ambiciones mayores y quedó muy lejos de cumplirlas”. Zuleta sumó al análisis el “factor colorado”. “La alianza con De Narváez no funcionó”, dijo. Luego hizo una disquisición que comenzó así: “La misma decisión política puede resultar audaz o trasmitir una imagen de improvisación. Me parece que la jugada de Alfonsín con el Colorado terminó en la segunda opción que acabo de mencionar”. El consultor, en este sentido, tiró algunos datos de los resultados de las primarias que muestran ese efecto. Dijo que “hubo cortes de boleta inesperados. En Tandil, un histórico distrito radical, la gente votó a Cristina, a Scioli y a Miguel Lunghi”, actual intendente de la UCR que fue reelecto.
Sobre la caída de Duhalde, los analistas marcaron que jugaron otros factores. Señalaron, primero, que el ex presidente absorbió, sobre todo, al electorado de derecha dura, que en otra época votó a figuras como Álvaro Alsogaray de la Ucedé. “En los 12 puntos que sacó el ex presidente –señaló Artemio– había algo de voto peronista, pero justamente es lo que está perdiendo a manos de Cristina y Rodríguez Saá”. Zuleta, por su parte, dijo que “al igual que Alfonsín, el ex presidente había creado una expectativa muy grande, diciendo que el conquistaría el voto del verdadero PJ y lo cierto es que en los barrios del conurbano le fue muy mal”.
En cuanto a lo que queda de campaña, Zuleta arrojó una hipótesis sobre dónde se jugará la posibilidad de consolidar ciertas tendencias y modificar otras. El lugar que indició el analista será el distrito en el que se suele librar “la madre de todas las batallas”. “Las grandes ciudades de la provincia de Buenos Aires –dijo Zuleta– serán claves para los próximos días. Binner tratará de conquistar lo que ahí le queda al radicalismo, y el krichnerismo lo que le falta para acercarse lo más posible a los 55 puntos.” Las cifras que se dieron pueden disparar alegría en algunos y tristeza en otros. Para ambos casos, hay un sólo dato indiscutible: para la elección, todavía falta.

Damián Verduga

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