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viernes, 7 de octubre de 2011

Ocupemos Wall Street

Por Pedro Brieger (Desde Nueva York)

Seguramente cuando los egipcios salieron a la calle a comienzos de este año nadie imaginaba que los imitarían en su forma de lucha en el Estado de Israel o en España.

Pero ni el más romántico podía haber soñado que en Nueva York también tomarían un parque siguiendo el ejemplo de la Plaza Tajriren El Cairo o la Puerta del Sol en Madrid.

La plaza Zuccotti tiene apenas unos cien metros de largo por cincuenta de ancho con pocos árboles y bancos de mármol. Está rodeada por rascacielos modernos de vidrio y otros más antiguos de concreto que sobrevivieron a la caída de las Torres Gemelas en2001, a una cuadra de allí. En una de las partes angostas está el comienzo de la famosa calle Broadway y un poco más lejos Wall Street, donde cada vez que la bolsa se desploma el mundo tiembla. Sin lugar a dudas este es el corazón del mundo capitalista.

Hoy la plaza está ocupada por cientos de manifestantes que se organizaron en varias asociaciones para cuestionar el salvataje de los bancos y son conocidos como “Occupy Wall Street” (ocupemos Wall Street). Este movimiento ya se está expandiendo hacia varias ciudades importantes de los Estados Unidos y nadie se atreve a vaticinar cuál es su techo o por cuánto tiempo perdurará.

Para quien ha tenido la suerte de conocer las ocupaciones de la Plaza Tajrirola Puertadel Sol este movimiento se les asemeja mucho, amén de todas las diferencias políticas y culturales. Claro que también se asemeja a las asambleas vecinales que se desarrollaron al calor de la revuelta del 19 y 20 de diciembre de 2001. Hay algo que los emparenta a todos más allá de cualquier consigna: la percepción de ser mayoría. Por eso aquí en la plaza Zuccotti la frase más usada es “somos el noventa y nueve por ciento”. Como no podía ser de otra manera, en un país donde tanta gente almuerza en comedores populares de todo tipo, en el centro de la plaza hay una gran cocina al aire libre y manos voluntarias preparan la comida que se distribuye a cualquiera que se sume a la cola.

El espíritu que prima es asambleario. Todo se discute a viva voz y cada uno levanta la consigna que quiere. Aquí se pueden ver carteles a mano que dicen desde “traigan de regreso nuestros trabajos en China”; “los corruptos nos temen, los honestos nos apoyan y los héroes se unen”, hasta “si votar cambiara algo sería ilegal. Unite, somos el noventa y nueve por ciento”. En un momento se hace un silencio y alguien junta sus manos para gritar una frase que luego es repetida por decenas de personas. Es el método artesanal de altavoz que utilizan. La policía, invocando leyes de la ciudad de Nueva York, les prohíbe usar micrófonos, sistemas de sonido con parlantes o megáfonos. Sin embargo la creatividad popular nunca tiene límites y el método funciona; uno grita y muchos repiten al unísono amplificando el sonido.

Difícil saber cuál será el futuro de este original movimiento. Aprendieron de sus pares egipcios y españoles aunque saben que aquí todo es aún más difícil.

05/10/11 Diario Registrado

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