Mucho más que dos

Por Artemio López

El "tío Cleto" ya fue. Su lugar es eventualmente seguir desangrando su ya pálida imagen en la función oprobiosa de viceopositor, o tratar de ordenar la interna radical mendocina, cosa que no le resultará nada sencillo, vistas las declaraciones de su coterráneo el senador Ernesto Sanz, respecto de su apoyo irrestricto a la candidatura de Ricardo Alfonsín.
El apartamiento de Cobos como alternativa de liderazgo nacional tras la afirmación ya imparable de la figura de Alfonsín, es un gran paso para el Acuerdo Cívico. No solo expande la fuerza de su capacidad de alianzas, como en el caso de Hermes Binner, que expresa de manera contundente esta circunstancia expansiva, sino, fundamentalmente, coloca al Acuerdo en condición de nítida segunda minoría.
Desplaza el Acuerdo con este armado amplio que promueve Ricardo Alfonsín a las opciones cuasi empresariales, encarnadas en el PRO y el Peronismo Federal, a ser simples fuerzas testimoniales de cara a 2011, al tiempo que termina de fulminar lo poco que quedaba de la Coalición Cívica encabezada por Lilita Carrió, que hasta ayer medía 5 puntos nacionales, de techo y bajando.
Más allá de la valoración de la UCR y el PS que cada uno tenga, la opción Alfonsín-Binner es una reivindicación de la autonomía relativa de la política frente a las corporaciones.
Autonomía manifiesta ya muchas veces: Desde la convicción de Hermes acerca de que las retenciones debe fijarlas el Ejecutivo, así como su apoyo a la ley de medios, junto al permanente zigzagueo de Ricardo Alfonsín para no ser editorializado por los medios hegemónicos, en un Partido Político que increíblemente (como el peronismo con Menem) fue colonizado por el discurso corporativo en alguno de sus dirigentes más visibles, luego de la embestida que el propio Raúl Alfonsín sufriera por esas mismas corporaciones económicas y mediatícas durante su gestión y que, por ejemplo, Cobos representa con impudicia.
A nuestro juicio, vamos a un escenario con dos fuerzas nítidamente recortadas en las preferencias ciudadanas: el FPV y el Acuerdo Cívico y Social.
Cada uno sabrá dónde colocar su esfuerzo, y es legítima cualquier alternativa. Pero en conjunto, unos y otros sabemos que, más allá de circunstancias electorales, siempre aleatorias, y sea cual fuera el resultado, la política seguirá ordenando el rumbo del país.
Y esa es una gran noticia para todos los que suponemos que la práctica política, aun con sus contradicciones y miserias, sigue siendo la única alternativa para equilibrar en el espacio de las relaciones jurídico-políticas y desde el Estado, las profundas asimetrías sociales que inexorablemente promueve una sociedad dividida en clases y con corporaciones cada vez más poderosas en el terreno de la producción y el intercambio de bienes materiales y simbólicos.