Gustavo Rearte nació en Buenos Aires, el 25 de julio de 1931; y murió, también, en Buenos Aires, el 1º de julio de 1973.
Fue un dirigente político y sindical argentino que desde que su uso de razón se lo permitió adhirió a los preceptos sociales del Peronismo, una de las figuras más destacadas del ala izquierda de ese Movimiento, inclusive fue el fundador de la Juventud Peronista en 1957, rama que no existía hasta ese punto de la Resistencia. Rearte empezó como obrero en la fábrica SIAM, después en Jabón Federal y llegó a ser secretario general del Sindicato de Jaboneros y Perfumeros.
Fue un dirigente político y sindical argentino que desde que su uso de razón se lo permitió adhirió a los preceptos sociales del Peronismo, una de las figuras más destacadas del ala izquierda de ese Movimiento, inclusive fue el fundador de la Juventud Peronista en 1957, rama que no existía hasta ese punto de la Resistencia. Rearte empezó como obrero en la fábrica SIAM, después en Jabón Federal y llegó a ser secretario general del Sindicato de Jaboneros y Perfumeros.
Además de fundar la nueva rama, Gustavo fue integrante de su primera mesa ejecutiva.
Cuando La Fusiladora, con sus esbirros: Lonardi, Aramburu y Rojas derrocan a Perón en el '55, es uno de los jóvenes trabajadores peronistas que integran los numerosos Comandos de la Resistencia, formando parte del Comando Juan José Valle, mártir de la Causa Peronista del año anterior.
La lucha por la vuelta de Perón y contra el régimen dictatorial lo lleva a encontrarse y juntarse con otros militantes peronistas: sus propios hermanos Alberto y Miguel Rearte, Carlos Caride, Jorge Rulli, Envar Cacho El Kadri, Susana Valle, Felipe Vallese, Héctor Spina, etc.
En enero de 1959 estuvo en la dirigencia combativa que organizó la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, para evitar su privatización.
Tras la represión fue preso y en el peronismo combativo fue creciendo la idea de que solamente quedaba la lucha armada como opción, así comienzan las experiencias guerrilleras de Uturunco y luego Taco Ralo en Tucumán.
En 1960, Gustavo Rearte, Envar El Kadri, Jorge Rulli y Felipe Vallese, entre otros, participan de la primera acción de resistencia armada urbana, que concretaron bajo la sigla Ejército Peronista de Liberación Nacional (EPLN): el operativo llevado adelante fue el ataque a una guardia de la Aeronáutica en Ciudad Evita. Rearte fue el jefe del operativo, que resultó todo un éxito y les permitió apropiarse de dos subametralladoras PAM, uniformes y municiones.
¡Viva Perón, Carajo!!!
Cuando La Fusiladora, con sus esbirros: Lonardi, Aramburu y Rojas derrocan a Perón en el '55, es uno de los jóvenes trabajadores peronistas que integran los numerosos Comandos de la Resistencia, formando parte del Comando Juan José Valle, mártir de la Causa Peronista del año anterior.
La lucha por la vuelta de Perón y contra el régimen dictatorial lo lleva a encontrarse y juntarse con otros militantes peronistas: sus propios hermanos Alberto y Miguel Rearte, Carlos Caride, Jorge Rulli, Envar Cacho El Kadri, Susana Valle, Felipe Vallese, Héctor Spina, etc.
En enero de 1959 estuvo en la dirigencia combativa que organizó la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, para evitar su privatización.
Tras la represión fue preso y en el peronismo combativo fue creciendo la idea de que solamente quedaba la lucha armada como opción, así comienzan las experiencias guerrilleras de Uturunco y luego Taco Ralo en Tucumán.
En 1960, Gustavo Rearte, Envar El Kadri, Jorge Rulli y Felipe Vallese, entre otros, participan de la primera acción de resistencia armada urbana, que concretaron bajo la sigla Ejército Peronista de Liberación Nacional (EPLN): el operativo llevado adelante fue el ataque a una guardia de la Aeronáutica en Ciudad Evita. Rearte fue el jefe del operativo, que resultó todo un éxito y les permitió apropiarse de dos subametralladoras PAM, uniformes y municiones.
¡Viva Perón, Carajo!!!
Luego, la conducción de la JP envió a Rearte a Montevideo a establecer contacto con los exiliados peronistas. Allí se reúne con John William Cooke, jefe del Comando Táctico de la Resistencia Peronista y -por aquellos años- delegado personal de Perón. Fueron ellos, en aquel momento trascendente para la Historia de América Latina, quienes establecieron los puentes del peronismo con la Revolución Cubana, con Fidel Castro y el Che Guevara. Rearte, inclusive, fue el enlace para preparar dos viajes de Perón a Cuba, que finalmente no se realizaron.
En 1962 y estando en formación la combativa CGT de los Argentinos, escribió el documento de Huerta Grande que marcó un hito en la historia del movimiento obrero. Cuando regresa, es baleado por una comisión policial en la esquina de Rodríguez Peña y Sarmiento, en el centro de la Capital Federal y encarcelado. Sucesivamente, pasa por las cárceles de Devoto, Caseros y Olmos. Por esos días, Gustavo Rearte fue deambulando por muchos presidios de nuestra Patria. En julio de 1963, el gobierno radical de Arturo Illia promulga una amnistía para todos los presos políticos. Son liberados, entre otros, los iniciales fundadores de la Juventud Peronista: Rearte, Rulli, Spina y El Kadri, quienes se abocan a reorganizar a la JotaPé, que había sufrido duros golpes por la represión implementada por el Plan CONINTES (Plan de Conmoción Interna del Estado - Decreto 2.628/13 de marzo de 1960 - Gobierno de la UCRI de Arturo Frondizi). Gustavo Rearte, posteriormente, se integrará al Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) formando parte de su conducción.
Fue en la época en que Rearte mantenía un vínculo muy fuerte con Perón, quien le había pedido que formara una organización político-militar para su regreso.
Es cuando Gustavo se decide a fundar, como se dijo, el Movimiento Revolucionario Peronista y envió a numerosos cuadros a entrenarse a Cuba.
El contacto entre Rearte y Perón era fluído, a veces por visitas de Rearte y a veces por carta.
En razón de la experiencia del apoyo a la lucha armada, Rearte fue muy cauto y muy buen diagnosticador de coyunturas apropiadas e inapropiadas para golpear con la guerrilla.Esas discusiones eran duras incluso entre compañeros.
Su hija Eva, cuenta en un reportaje -bastantes años después- que cuando le pusieron el nombre de su padre a una calle, Cacho El Kadri se le acercó para pedirle disculpas porque en medio de aquellas discusiones lo había calificado de traidor.
La posición de Rearte con las últimas organizaciones armadas del peronismo, FAP y Montoneros, también fue la misma.
Creía que no estaban dadas las condiciones y que un proceso de ese tipo terminaría en una masacre.
Hace relativamente poco tiempo (2006), la compañera licenciada Eva Rearte hablaba de este modo con motivo de ser su padre el sujeto de un merecido homenaje en la Legislatura porteña: -Yo nací con un padre militante y siempre me explicó que luchaba contra las injusticias y por los derechos de la gente, era un tipo muy estudioso, muy pensante, muy reflexivo [...]
María Eva Rearte: -Papá estaba en Plaza de Mayo con mi madre cuando fueron los bombardeos –cuenta Eva Rearte–, siempre nos contaba que se habían tenido que refugiar de las bombas bajo la recova. Ese fue un punto de inflexión para las decisiones que tomaría después en su vida [...]
Consecuencia de los bombardeos del 16 de junio de 1955 contra la indefensa población civil.
-El viejo estuvo con el Che cuando pasó hacia Bolivia. Discutió para convencerlo que no estaban dadas las condiciones, que el PC lo iba a traicionar y que lo iban a matar, señala Eva.
Hubo encuentros entre Gustavo Rearte y el Che.
-Perón lo trató muchas veces como a un hijo –afirma Eva – su hija-, yo creo que vio en él una veta pese a que muchas veces no estaba de acuerdo y le discutía. Perón le ofreció sentarse en la mesa del Partido Justicialista, ser su enviado, le ofreció viajar en el avión de su retorno. Pero mi viejo le decía que él no veía ningún revolucionario donde le ofrecía que estuviera y que no se sentaba con cualquiera. Era peronista y amaba a Perón, pero se había formado en otro momento, tenía otra formación [...]
Eva Rearte: -Es la contradicción que se vive con alguien a quien se admira, pero se crece distinto –continúa–, yo soy ahijada de Perón. Me bautizaron a los siete años con los Contursi como representantes de Perón. Se escribían, Perón lo recibía. Mi papá le llevaba sus análisis sobre la situación en el país. Hasta que llegó un momento en que no lo recibió. No vivió ese corte con bronca, sino más bien con tristeza. Fue muy doloroso para él[...]
-Muchos de los que se preparaban para esas experiencias eran compañeros suyos –recuerda–, discutió con ellos, les dijo que los iban a aniquilar y la discusión vuelve a repetirse unos años más tarde con Taco Ralo. También creía en la lucha armada, pero pensaba que la lucha principal era política, porque la lucha armada tenía que ser apoyada por la gente [...]
-Papá había estado en la Plaza durante los bombardeos, entre los fusilados de aquellos años tenía conocidos, todo eso lo llevó a pensar que la única opción era la lucha armada, pero al mismo tiempo llegó a la conclusión de que la capacidad de odio y de saña de los militares podía desembocar en una masacre tal como pasó después[...]
Eva Rearte:-Siempre nos explicó todo lo que hacía y por qué y además nos hacía partícipes, a su manera, un poco como era la lucha de esos primeros años de la Resistencia, en plena prohibición del peronismo y sus símbolos.
Me acuerdo cuando yo era chiquita, él me decía -Eva salí corriendo y cuando yo me alejaba, empezaba a gritar a todo pulmón -¡Evita! ¡Evita!
La gente se horrorizaba y él lo gozaba porque estaba llamando a su hija. Continúa contando Eva que: otra vez en pleno San Justo, iban en un colectivo. Rearte le pedía a Eva que cantara la Marcha Peronista y cuando se armaba el revuelo, la sacaba por la ventanilla porque afuera ya había otro compañero para recibirla.
Evita Rearte: -Papá había escrito el programa revolucionario de Huerta Grande, era obrero, no había terminado el secundario. A fines de los ’70, cuando empecé el colegio, se puso a estudiar conmigo. Hizo el secundario libre y hacíamos juntos los trabajos prácticos. Con sus manazas tenía que bordar unas batitas con punto vainilla. Quería recibirse para estudiar abogacía, pero no pudo por la enfermedad [...]
Programas revolucionarios de La Falda y Huerta, según la particular visión de Ricardo Carpani.
-Era un convencido de la necesidad de concientizar y concientizarse, se pasaba hasta altas horas de la noche leyendo, le gustaba la historia de las revoluciones, discutía mucho sobre la revolución argelina y la cubana, por supuesto.
El compañero Gustavo era un gran lector de Historia de las Revoluciones.
Eva lo recuerda también la cárcel: -La primera imagen que tengo de mi padre es su brazo saliendo por una ventana de la cárcel de Caseros y hablándonos a los gritos.
Y recuerda cuando regresaron a su casa y había un túmulo con una cruz que decía: -Rearte te queda poco tiempo, a pesar de que su padre intentó taparlo con los brazos para que no lo vieran.
-Ya estaba enfermo en su último viaje a Cuba, en el ’72.
Participó en la campaña presidencial de Héctor Cámpora pese a que no estaba de acuerdo porque pensaba que Perón tenía que ser el candidato.
En marzo lo internaron y murió en julio, -tras ver con tristeza la masacre de Ezeiza puntualiza Eva.
-Yo creo que el homenaje que le van a hacer en la Legislatura es también un homenaje a la gente que luchó con él y que entregó todo en forma desinteresada por esa lucha dentro del movimiento peronista. Y también es una forma de recuperación de la memoria porque de alguna manera, los hechos de los años ’70 relegaron las figuras de muchos luchadores populares de los años anteriores. Recordarlos es una forma de hacerles justicia.
En 1962 y estando en formación la combativa CGT de los Argentinos, escribió el documento de Huerta Grande que marcó un hito en la historia del movimiento obrero. Cuando regresa, es baleado por una comisión policial en la esquina de Rodríguez Peña y Sarmiento, en el centro de la Capital Federal y encarcelado. Sucesivamente, pasa por las cárceles de Devoto, Caseros y Olmos. Por esos días, Gustavo Rearte fue deambulando por muchos presidios de nuestra Patria. En julio de 1963, el gobierno radical de Arturo Illia promulga una amnistía para todos los presos políticos. Son liberados, entre otros, los iniciales fundadores de la Juventud Peronista: Rearte, Rulli, Spina y El Kadri, quienes se abocan a reorganizar a la JotaPé, que había sufrido duros golpes por la represión implementada por el Plan CONINTES (Plan de Conmoción Interna del Estado - Decreto 2.628/13 de marzo de 1960 - Gobierno de la UCRI de Arturo Frondizi). Gustavo Rearte, posteriormente, se integrará al Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) formando parte de su conducción.
Fue en la época en que Rearte mantenía un vínculo muy fuerte con Perón, quien le había pedido que formara una organización político-militar para su regreso.
Es cuando Gustavo se decide a fundar, como se dijo, el Movimiento Revolucionario Peronista y envió a numerosos cuadros a entrenarse a Cuba.
El contacto entre Rearte y Perón era fluído, a veces por visitas de Rearte y a veces por carta.
En razón de la experiencia del apoyo a la lucha armada, Rearte fue muy cauto y muy buen diagnosticador de coyunturas apropiadas e inapropiadas para golpear con la guerrilla.Esas discusiones eran duras incluso entre compañeros.
Su hija Eva, cuenta en un reportaje -bastantes años después- que cuando le pusieron el nombre de su padre a una calle, Cacho El Kadri se le acercó para pedirle disculpas porque en medio de aquellas discusiones lo había calificado de traidor.
La posición de Rearte con las últimas organizaciones armadas del peronismo, FAP y Montoneros, también fue la misma.
Creía que no estaban dadas las condiciones y que un proceso de ese tipo terminaría en una masacre.
Hace relativamente poco tiempo (2006), la compañera licenciada Eva Rearte hablaba de este modo con motivo de ser su padre el sujeto de un merecido homenaje en la Legislatura porteña: -Yo nací con un padre militante y siempre me explicó que luchaba contra las injusticias y por los derechos de la gente, era un tipo muy estudioso, muy pensante, muy reflexivo [...]
María Eva Rearte: -Papá estaba en Plaza de Mayo con mi madre cuando fueron los bombardeos –cuenta Eva Rearte–, siempre nos contaba que se habían tenido que refugiar de las bombas bajo la recova. Ese fue un punto de inflexión para las decisiones que tomaría después en su vida [...]
Consecuencia de los bombardeos del 16 de junio de 1955 contra la indefensa población civil.
-El viejo estuvo con el Che cuando pasó hacia Bolivia. Discutió para convencerlo que no estaban dadas las condiciones, que el PC lo iba a traicionar y que lo iban a matar, señala Eva.
Hubo encuentros entre Gustavo Rearte y el Che.
-Perón lo trató muchas veces como a un hijo –afirma Eva – su hija-, yo creo que vio en él una veta pese a que muchas veces no estaba de acuerdo y le discutía. Perón le ofreció sentarse en la mesa del Partido Justicialista, ser su enviado, le ofreció viajar en el avión de su retorno. Pero mi viejo le decía que él no veía ningún revolucionario donde le ofrecía que estuviera y que no se sentaba con cualquiera. Era peronista y amaba a Perón, pero se había formado en otro momento, tenía otra formación [...]
Eva Rearte: -Es la contradicción que se vive con alguien a quien se admira, pero se crece distinto –continúa–, yo soy ahijada de Perón. Me bautizaron a los siete años con los Contursi como representantes de Perón. Se escribían, Perón lo recibía. Mi papá le llevaba sus análisis sobre la situación en el país. Hasta que llegó un momento en que no lo recibió. No vivió ese corte con bronca, sino más bien con tristeza. Fue muy doloroso para él[...]
-Muchos de los que se preparaban para esas experiencias eran compañeros suyos –recuerda–, discutió con ellos, les dijo que los iban a aniquilar y la discusión vuelve a repetirse unos años más tarde con Taco Ralo. También creía en la lucha armada, pero pensaba que la lucha principal era política, porque la lucha armada tenía que ser apoyada por la gente [...]
-Papá había estado en la Plaza durante los bombardeos, entre los fusilados de aquellos años tenía conocidos, todo eso lo llevó a pensar que la única opción era la lucha armada, pero al mismo tiempo llegó a la conclusión de que la capacidad de odio y de saña de los militares podía desembocar en una masacre tal como pasó después[...]
Eva Rearte:-Siempre nos explicó todo lo que hacía y por qué y además nos hacía partícipes, a su manera, un poco como era la lucha de esos primeros años de la Resistencia, en plena prohibición del peronismo y sus símbolos.
Me acuerdo cuando yo era chiquita, él me decía -Eva salí corriendo y cuando yo me alejaba, empezaba a gritar a todo pulmón -¡Evita! ¡Evita!
La gente se horrorizaba y él lo gozaba porque estaba llamando a su hija. Continúa contando Eva que: otra vez en pleno San Justo, iban en un colectivo. Rearte le pedía a Eva que cantara la Marcha Peronista y cuando se armaba el revuelo, la sacaba por la ventanilla porque afuera ya había otro compañero para recibirla.
Evita Rearte: -Papá había escrito el programa revolucionario de Huerta Grande, era obrero, no había terminado el secundario. A fines de los ’70, cuando empecé el colegio, se puso a estudiar conmigo. Hizo el secundario libre y hacíamos juntos los trabajos prácticos. Con sus manazas tenía que bordar unas batitas con punto vainilla. Quería recibirse para estudiar abogacía, pero no pudo por la enfermedad [...]
Programas revolucionarios de La Falda y Huerta, según la particular visión de Ricardo Carpani.
-Era un convencido de la necesidad de concientizar y concientizarse, se pasaba hasta altas horas de la noche leyendo, le gustaba la historia de las revoluciones, discutía mucho sobre la revolución argelina y la cubana, por supuesto.
El compañero Gustavo era un gran lector de Historia de las Revoluciones.
Eva lo recuerda también la cárcel: -La primera imagen que tengo de mi padre es su brazo saliendo por una ventana de la cárcel de Caseros y hablándonos a los gritos.
Y recuerda cuando regresaron a su casa y había un túmulo con una cruz que decía: -Rearte te queda poco tiempo, a pesar de que su padre intentó taparlo con los brazos para que no lo vieran.
-Ya estaba enfermo en su último viaje a Cuba, en el ’72.
Participó en la campaña presidencial de Héctor Cámpora pese a que no estaba de acuerdo porque pensaba que Perón tenía que ser el candidato.
En marzo lo internaron y murió en julio, -tras ver con tristeza la masacre de Ezeiza puntualiza Eva.
-Yo creo que el homenaje que le van a hacer en la Legislatura es también un homenaje a la gente que luchó con él y que entregó todo en forma desinteresada por esa lucha dentro del movimiento peronista. Y también es una forma de recuperación de la memoria porque de alguna manera, los hechos de los años ’70 relegaron las figuras de muchos luchadores populares de los años anteriores. Recordarlos es una forma de hacerles justicia.
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