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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Trabajo argentino hasta en el último clavo

Ante la convención del sector de la construcción, la Presidenta abogó por una fuerte sustitución de insumos importados. Mantendrá las políticas proactivas durante su próximo mandato y el objetivo de defender el empleo y la producción nacional.

Por Raúl Dellatorre

La defensa del empleo seguirá siendo la bandera principal de la política económica en el nuevo período presidencial que Cristina Kirchner encabezará a partir del 10 de diciembre. Así lo reflejó la propia Presidenta ayer, en su discurso frente a la convención anual de la Cámara de la Construcción, donde acentuó el concepto de la defensa de la producción nacional y la sustitución de lo que actualmente se importa. “Ni un clavo importado, si fuera posible”, enfatizó, para subrayar la necesidad de fortalecer el ciclo de sustituir importación para bajar costos de insumos, mejorar el resultado de la balanza comercial y, fundamentalmente, crear más empleo en el país. “Seguir creciendo, pero de forma armoniosa, pensando en los más vulnerables”, reclamó Cristina a los empresarios y se comprometió a sí misma a perseguir el mismo objetivo en su nuevo mandato. También reclamó un acuerdo entre sectores para reducir la incidencia de los juicios por accidente en la construcción.

La Presidenta enfocó su discurso, desde el inicio, a destacar la integración regional como una de las claves principales para continuar en este proceso de crecimiento. La otra clave será continuar con las políticas anticíclicas y proempleo. Aludió a su próximo encuentro con Dilma Rousseff, su par brasileña, prevista para el viernes en Caracas, en el marco de la cumbre de presidentes de América latina y el Caribe. “Dilma está jugada a la integración, y en este proceso es fundamental lo que decidan hacer Argentina y Brasil”, enfatizó. Mencionó como un factor altamente favorable las inversiones privadas que se están dando en ambos países de firmas del país vecino. Recordó que ayer había sido visitada por el titular de Techint, Paolo Rocca, quien le informó la compra de una participación importante en Usiminas, la principal siderúrgica brasileña.

“Es interesante, porque quien recibirá lo que pague Ternium (Techint) es Camargo Correa, grupo que así podrá reinvertir esos fondos en su planta para producir cemento en San Juan. Así seguimos sustituyendo importación por producción nacional en un insumo tan importante para la construcción. Si fuera posible, tendríamos que lograr que ni un solo clavo sea importado, para crear más empleo”, señaló Cristina.

En el plano de la relación con Brasil, también anticipó que incluirá en su agenda lo que puede resultar “una pequeña peleíta”, porque le reclamará a la presidenta de Brasil la revisión de las normas para las compras gubernamentales. “Queremos que las constructoras argentinas puedan participar en las obras de infraestructura de Brasil, como las brasileñas participan acá”, apuntó, recibiendo una previsible ovación de la concurrencia. Frente a las obras que deberán hacerse para el Mundial de Fútbol de Brasil 2014, Cristina pedirá que se considere la incorporación de las empresas regionales con una posibilidad de acceso que hoy se le niega, con igual tratamiento al que reciben las extrarregionales.

Cristina reclamó, y anticipó, la formación de mesas por sector, en las que participen todos los integrantes de la actividad, para articular esfuerzos y mejorar la competitividad de cada uno. Y volvió a subrayar que en un mundo convulsionado por la especulación financiera, la inversión en bienes reales, “en ladrillos”, sigue siendo la opción más segura.

En el mismo encuentro empresario, más temprano, el ministro de Planificación se había referido a la reducción de subsidios a algunos sectores de la actividad y a personas de alto poder adquisitivo. Negó que el objetivo de esta política sea generar ahorro fiscal, y en cambio indicó que lo que se busca es “redireccionarlos para los sectores que lo necesiten”.

“La quita paulatina de subsidios no es para generar un ahorro fiscal, sino para lograr una mejor redistribución del ingreso”, sostuvo Julio De Vido ante la nutrida audiencia empresaria. Dentro de ese esquema prometió que se mantendrá la subvención estatal “a todos los sectores que lo necesiten”, entre los que incluyó a la construcción, bajo el objetivo de que “todos los insumos del sector se produzcan en el país”.

Ejemplificó con el caso de los subtes, en el que destacó que con su traspaso a la jurisdicción de la ciudad de Buenos Aires se busca “ahondar en la autonomía” de esta última. “El dato estimado es que el 11 por ciento de los 13 millones de usuarios que viajan en subte necesitan subsidios”, destacó, señalando un dato que ya había sido adelantado por Página/12 el 5 de noviembre pasado. “Son 300 millones de pesos que se deben invertir en otros sectores”, agregó el ministro.

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