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viernes, 31 de enero de 2014

EL DESAFÍO AHORA ES LA ESTABILIZACIÓN POLÍTICA

Horacio Ghilini
Por Horacio Ghilini

En Trabajo y Economía hemos señalado, en varias oportunidades, la violencia con la cual la alianza entre el poder económico neoliberal y el movimiento devaluacionista están disputando la hegemonía al proyecto nacional legitimado en 2011.

En esta línea remarcamos también que, en términos políticos, estos golpes de mercado debilitan al gobierno y fortifican a los grupos concentrados que, por un lado, se capitalizan financieramente a través de sus cuentas en dólares en el exterior y, por otro, promueven alternativas políticas conservadoras que salvaguarden sus intereses.

En medio del golpe de mercado "a dos bandas" de la semana pasada –corrida cambiaria y venta masiva de las acciones de empresas públicas–, el gobierno tomó la determinación de cerrar la brecha entre el tipo de cambio oficial y el ilegal con la doble estrategia de, por un lado, dejar depreciar el tipo de cambio oficial y, por otro, permitir que las demandas de atesoramiento de divisas de personas físicas, que antes se cursaban por el mercado ilegal y promovían su alza, hoy pasen a canalizarse en el mercado oficial.

Esta flexibilización es positiva porque desconecta el micro-atesoramiento de las clases medias del andamiaje especulativo que está detrás del dólar ilegal. Recordemos que en estos meses la sociedad fue víctima, al igual que los pequeños chacareros con la 125, de los grandes grupos concentrados.

Los riesgos de esta medida son los de toda devaluación, que los grandes monopolios la trasladen a precios y que los costos los termine pagando el sector trabajador con su perdida de poder adquisitivo.

En este sentido, es importante destacar que en los momentos en los cuales se firmaron los acuerdos de precios para alimentos el dólar cotizaba alrededor de $ 6,5 y que, por lo tanto, el nuevo precio del dólar implica una devaluación de casi un 25% en menos de un mes.

Esta medida era reclamada como bandera por un grupo importante de capitales concentrados. La incógnita a partir de ahora es saber si van a hacer lo que vienen pregonando mediáticamente, invertir en mejorar la competitividad, incrementar las exportaciones y sustituir importaciones, o si, por el contrario, vuelven al viejo comportamiento de aumentar los precios en el mercado interno, quitarle poder adquisitivo al trabajador, concentrar el ingreso en sus manos y fogonear el proceso inflacionario hasta la desestabilización.

En el caso de que opten por este segundo camino, a diferencia de otros momentos históricos, hoy los trabajadores contamos con las herramientas institucionales y legales necesarias para defender nuestra participación (control de precios; paritarias; etc.). En este sentido, es importante recordar que la recuperación del poder adquisitivo del trabajador no es sólo una cuestión de derecho y justicia social, sino que es el motor del crecimiento económico de este modelo.

Las devaluaciones no se trasladan a precio de forma automática sino que depende de la relación de fuerzas de cada momento.

La lucha por la distribución del ingreso es permanente y se juega en los mercados todos los días. Si bien es cierto que en esta puja el movimiento obrero corre con la desventaja de que tiene que negociar sus salarios, mientras que el capital concentrado fija los precios unilateralmente; una correcta regulación estatal de los mercados de bienes de consumo masivo, conjuntamente con el control nacional de la producción de insumos básicos, es una combinación que puede ser exitosa en contener la ambición alcista de muchos y encaminar las expectativas hacia un escenario de estabilidad política.

En definitiva, el goteo de dólares se aceleró en el último período y el Banco Central decidió utilizar una medida de shock para cortar esta tendencia y mejorar la capacidad competitiva de las economías regionales y de las pymes exportadoras. Sin embargo, la pulseada final es política y nuestro éxito va a depender de fortalecer la densidad de un proyecto nacional que nos contenga a todos.



Fuente: Edición 15 de Trabajo y Economía

SE VUELVE A HABLAR DE UNA AGENCIA DE COMERCIALIZACIÓN DE GRANOS


1) “Hay ocho millones de toneladas sin liquidar”. Advierten que los pequeños y medianos productores “no tienen espalda financiera” para mantener retenida la producción en silobolsas, y recordó cómo presionaron los exportadores por la devaluación. “Ahora, con el nuevo dólar, siguen presionando.”



2) Las exportaciones de soja en granos se encuentran fuertemente concentradas en un número reducido de empresas: un poco más de la mitad del volumen exportado lo explican 4 empresas [Cargill, Noble Grain, ADM y Bunge] y las diez primeras dan cuentan del 96%.


3) Desde el alfonsinismo también proponen que el Estado administre la compra-venta de materias primas con la creación de un organismo para evitar la especulación y el desabastecimiento, además de salir del "cuello de botella de escasez de divisas”.

4) Se desprende la necesidad de concebir una agencia estatal que regule a la totalidad del sistema agroalimentario del país, desde su origen hasta su comercialización minorista, algo bien diferente a la JNG o el IAPI. 

Entrevista a "Quito" Aragon por Radio Nacional

Jorge Quito Aragón con el micrófono
En una entrevista con Mona Moncalvillo por Radio Nacional, el diputado Porteño y Secretario General de la Organización Martín Fierro, Jorge "Quito" Aragón, habló sobre su libro "De la Villa a la Banca" acerca de su vida, de su realidad como villero, de su militancia y de los problemas que atraviesan los mas humildes.

Una de las cosas más lindas del libro es su nombre "De la Villa a la Banca" que es la síntesis de tu vida, y sobre todo lo que me trajo a la memoria es que tenés un largo camino dentro del peronismo. Leí varias cosas que me encantaron, siempre haces referencia al arcón del abuelo y la eterna militancia de tu viejo que seguramente fue quien te formó políticamente. Pero me gustaría conocer el día de la asunción… ¿Qué pasó por tu cabeza?

JQA: Lo que me pasó por la cabeza fue como si estuviera en una actividad más como militante, en ese marco asumí. Cuando estoy asumiendo y veo a los compañeros tan embalados, fue en ese momento cuando "caí" y  me emocioné. Ahora, cuando escucho a un oyente como vos, que te expresás de esta manera, y le pone tanta carga me "agarra más emoción". Muchos cumpas te lo van diciendo cuando dicen por fin uno de los nuestros está ahí.

Lo cierto es que cuando charlaba con el Ministro Carlos Tomada, ambos tomamos conciencia de que este es un logro del kirchnerismo, de volver a plebeyizar a la política, si no yo no podría ser legislador.

El día de la jura dijiste que vas a "expresara los villeros y al conjunto de los pobres, tengo la certeza de que con la construcción de nuestro bloque vamos a transformar la realidad". Esto es difícil porque en la gestión de Mauricio Macri  hay mucho olvido por el tema de los pobres, la salud, y esto es una tarea muy difícil, porque principalmente vas a tener que representar a la gente más pobre.

JQA: Lo que es terrible es que han logrado discurrir por la política sin decir a dónde va, o sea, este es problema. Esto es un racconto de lo que viene haciendo sistemáticamente, en reducir el presupuesto sistemáticamente en Educación...

Por lo pronto, gasta más de un millón de pesos en publicidad….

JQA: Eso es una consecuencia de la subejecucción. Año a año se viene achicando el presupuesto en todas las áreas sociales, y por otro lado subejectua el presupuesto vinculado a lo social, con el objetivo de que esa partida se redistribuya para reasignarla en el área de comunicación como propaganda.

¿Cómo se va encarar este año en la Ciudad de Buenos Aires respecto a la escuela y viviendas en la zona sur ?

JQA: No tiene voluntad de construir escuelas. Lo que sí esta haciendo es firmar convenios con ONG en los cuales abre una instancia de jardín maternal pero sin profesionales. Lo que pareciera ser no es, es decir MACRI populariza su concepción gorila. Y Carlos Marx lo definiría como que tiene intereses "en sí y para sí, de su clase", este sería un claro marxista: "solamente defiende sus propios intereses".

El otro día escuchaba en el Programa de Víctor Hugo sobre el negocio entre el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, y uno de sus socios. Este negocio está relacionado con la construcción de edificios sin la instalación de gas, todos eléctricos con el fin de que su amigo pueda instalar los aires acondicionados. Entonces es un negocio redondo porque les facilita la construcción en un lugar sin las condiciones de servicios acordes, y después terminan cerrando todos sus negocios con la construcción única de un edificio.


¿Tenés idea de cuántas escuelas ha hecho Macri?

JQA: Creo que no hizo ninguna, si no habrán echo muy poquitas porque de hecho hay varias leyes aprobadas para la construcción en la zona sur y han sido vetadas o condicionadas. La cuestión concreta es que Macri llevó a la villa a ser un nuevo "gheto".

¿Hacia donde vas a dirigir el trabajo como legislador en la Legislatura Porteña?

JQA: Como legislador intentaré discutir lo que tiene que ver con las villas porque soy villero, y con los trabajadores, conjunto del cual formo parte. Pero la cuestión de villas es central, porque hay más de doscientos mil habitantes que viven en situaciones de precariedad y tienen grandes problemas. Esos problemas hay que resolverlos por una cuestión histórica mía, y de eso me voy a ocupar.

jueves, 30 de enero de 2014

Estatizar el comercio exterior

Por Atilio Borón
La Argentina enfrenta una grave crisis cuyas dos principales manifestaciones son la trepada del dólar –que refleja una peculiar anomalía argentina, porque esa moneda se está devaluando en todo el mundo, incluyendo por supuesto América Latina y el Caribe- y la resultante escalada inflacionaria que la insólita revaluación de la divisa estadounidense produce en la economía argentina. La devaluación del peso y el impulso inflacionario son, en realidad, dos caras de una misma moneda. Pero la gran paradoja es que desplome sufrido por el peso no guarda correspondencia con la situación imperante en la economía real. Esta no tiene la solidez y el dinamismo del período 2003-2008, pero está lejos de verse reflejada en los desquiciantes movimientos que se registran en el tipo de cambio.
Veamos: la producción agropecuaria se mantiene en niveles comparativamente muy elevados, aun cuando la “sojización” de la agricultura plantea numerosos problemas (económicos, sociales y ecológicos) que no podemos examinar aquí; algunas ramas del sector industrial (automóviles, motocicletas, electrónicos diversos, etcétera) marcan nuevos records a pesar de las restricciones para la importación de algunos insumos cruciales; la gran minería prosigue su marcha, más allá de lo ocurrido con Pascua Lama producto de un fallo de la justicia chilena; la explotación de hidrocarburos, estimulada por las perspectivas de Vaca Muerta retoma un ritmo ascendente; los bancos y las entidades financieras registran significativas ganancias y según un reciente estudio de la CEPAL las exportaciones argentinas crecen por encima del promedio regional.
Si esto es así, ¿qué es lo que está ocurriendo? Más allá de abrir una discusión seria sobre “el modelo”, misma que no hicieron los economistas de la oposición adscriptos férreamente al neoliberalismo de los años noventa, ni tampoco los del oficialismo, para quienes lo único que había que hacer era “profundizar” un esquema económico cuyos límites, inconsistencias y deformaciones eran evidentes por lo menos desde el 2010 y acerca de los cuáles más de una vez nos referimos en nuestro blog. Pero más allá de esta necesaria discusión, decíamos, se impone actuar con urgencia sobre la coyuntura cortando de un tajo el nudo gordiano que está asfixiando a la economía argentina con la estampida del dólar y la peligrosa escalada inflacionaria. Para ello el estado deberá recuperar, sin más dilaciones, el control del comercio exterior, fuente insustituible de las divisas que necesita el país.
Es absurdo, y a estas alturas demencial, que cinco o seis grandes oligopolios manejen el grueso de la divisas que ingresan por la vía de las exportaciones agropecuarias. En una economía tan dolarizada como la Argentina, en donde los componentes importados afectan a casi todas, por no decir todas, las actividades económicas del país, dejar que la disponibilidad de dólares quede en manos de un puñado de oligopolios es un acto de soberana insensatez. En Chile, sin ir más lejos, los ingresos de su riqueza principal, el cobre, los controla exclusivamente el estado.
En nuestro país, en cambio, un 80 por ciento de lo producido por las exportaciones cerealeras lo retienen grandes oligopolios transnacionales, y especialmente Cargill y Bunge, seguidos de cerca por Continental y Dreyfus; a su vez un par de grandes empresas controlan los ingresos que producen las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario, principalmente aceite de soja; en la gran minería quienes lo hacen son las transnacionales del sector; y en el área de hidrocarburos (petróleo y gas) las propias empresas, con el agregado ahora de YPF pero sin perder de vista que ésta es una sociedad anónima y no una empresa del estado. Todas estas corporaciones están fuertemente articuladas con la banca extranjera, predominante en la Argentina, y mantienen fluidos contactos con los paraísos fiscales que proliferan sobre todo en el capitalismo desarrollado.
En suma: un puñado de 100 empresas controlan aproximadamente el 80 por ciento del total de las exportaciones de la Argentina, y son ellas las que retienen los dólares que surgen de este comercio y que son requeridos por distintos sectores de la economía nacional.
De lo anterior se infiere una conclusión tan simple como contundente: quien controla la disponibilidad de dólares termina teniendo la capacidad de fijar su precio en el mercado local, especialmente ante un Banco Central debilitado y cuyas reservas cayeron de 52.190 millones de dólares en el 2010 a 28.700 millones de dólares al finalizar enero del 2014. Esta debilidad del BCRA le impide desbaratar las maniobras de la cúpula empresarial más concentrada, fuertemente orientada hacia los mercados internacionales, y para la cual el dólar “recontra alto” (uno de los pilares del menemismo) significa pingües ganancias porque desvaloriza el salario de los trabajadores y les permite alentar la carrera inflacionaria con la seguridad de que su disponibilidad de dólares la sitúa a refugio de cualquier contingencia. En consecuencia, el control de las divisas por parte de ese puñado de grandes oligopolios le permite ser el verdadero autor de las políticas económicas de un país tan dolarizado como la Argentina y, además, extorsionar a cualquier gobierno que no se someta a sus mandatos.
Pueden aterrorizar a la población agitando el fantasma de la hiperinflación, que este país padeció a tan brutal costo en 1989 o el espectro del “corralito” de finales del 2001, y de ese modo desestabilizar a un gobierno que debe jugar partidas simultáneas de ajedrez (en el frente fiscal, tributario, monetario, cambiario, productivo) con enemigos que no sólo procuran derrotarlo en una puja puntual sino sobre todo derrocarlo. Y el gobierno actual comete el error de pensar que con concesiones varias podrá apaciguar el “instinto asesino”, como le llaman admirativamente los ideólogos neoliberales, de esos enormes conglomerados para las cuales la ganancia y el ganar -sobre todo el ganar, como recordaba Marx- es una verdadera religión cuyos preceptos son respetados escrupulosamente. Por ejemplo, el carácter sacrosanto de la propiedad privada y, por extraño que parezca, la convicción de que la lucha de clases es algo tan natural y omnipresente como el aire que respiramos, y libra esa batalla con todas sus fuerzas.
Ante cada concesión de un gobierno satanizado como su enemigo la única respuesta que tiene es la de atacarlo con más ferocidad que antes, exigiendo, como Shylock a Antonio, más y más concesiones: ¡pague la deuda, acuda al CIADI, arregle con el Club de París, abra Vaca Muerta para empresas fugitivas de la justicia como Chevron, deje que la gran minería trabaje sin interferencias!, mientras persiste en su ataque en todos los frentes con el apoyo de la prensa hegemónica que maneja a su antojo. La crisis actual demuestra, de paso, lo ilusoria que fueron aquellas expectativas del kirchnerismo de crear una burguesía nacional, patriótica y solidaria con los intereses de las mayorías. Ya lo había dicho el Che, hace cincuenta años, y la historia le volvió a dar la razón por enésima vez: la burguesía nacional no existe.
Ahora bien: ¿cómo debería producirse la estatización del comercio exterior? Primero, no puede ser una medida aislada porque se necesita un enfoque integral que: (a) abarque a toda la cadena de comercialización del sistema agroalimentario, hoy controlado por las multinacionales, lo que debería rematar en la creación de una Junta Nacional Agroalimentaria, con las salvedades que plantearemos más abajo; (b) aumente las alícuotas impositivas a la gran propiedad rural e implemente un eficaz sistema de control que evite las sobre y sub facturaciones de las cerealeras, hoy cómplices necesarias de la corrida cambiaria; y, finalmente, (c) que re-estatice los puertos del sistema de la Hidrovía Paraná-Paraguay, privatizados en los años noventa y que son las puertas de salida de gran parte de las exportaciones agropecuarias.
Estas medidas deben ser puestas en práctica con la mayor celeridad, porque el ritmo de la crisis no tolera dilaciones. Segundo, se requiere imaginación y experiencia práctica, porque no se trata de resucitar la antigua Junta Nacional de Granos o al Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio, el IAPI de la época del primer peronismo, porque el capital ha creado nuevos instrumentos financieros (compraventa a futuro, swaps, derivativos, etcétera) y la tecnología importantes innovaciones, (como el silo bolsa, que independiza al productor del riesgo que se le arruine la cosecha) lo que le permite postergar su venta hasta que el precio sea aproxime a sus expectativas, todo lo cual torna más difícil el control del comercio exterior por parte de los gobiernos. De lo anterior se desprende la necesidad de concebir una agencia estatal que regule a la totalidad del sistema agroalimentario del país, desde su origen hasta su comercialización minorista, algo bien diferente a la JNG o el IAPI. Tercero, y decisivo, esto solo será viable si se constituye un gran movimiento popular capaz de construir un instrumento político que respalde esas iniciativas y otras más encaminadas a redefinir por izquierda el rumbo de la economía argentina: la largamente demorada reforma tributaria y la elaboración de una efectiva política antiinflacionaria que resguarde los ingresos de los asalariados, para comenzar.
Una convocatoria popular sin sectarismos ni soberbias burocráticas; sin verticalismos ni verdades establecidas, porque de lo contrario la respuesta de las clases y capas populares será una mezcla de impotencia, miedo paralizante ante la clara percepción del escarmiento que se cierne sobre ellas y, en algunos casos, indiferencia, mezcla que mucho tuvo que ver con el funesto desenlace sufrido por los gobiernos peronistas en 1955 y en 1976. Una decisión tan crucial e impostergable como la estatización del comercio exterior, cualquiera que sea su forma legal y jurídica, es antes que nada un hecho político que no puede ser producido por un decreto o una resolución firmada por un funcionario instalado en las “alturas” del aparato estatal.
Resta ver si el gobierno es consciente de la gravedad de la situación y decide actuar en consecuencia. La experiencia pasada no permite abrigar demasiadas expectativas pero, como tantas veces lo recordaran las Madres de Plaza de Mayo, no hay peor lucha que la que no se libra.

domingo, 26 de enero de 2014

Mercedes - Corrientes y su histórica estación

La estación se ubica en el ramal Monte Caseros - Corrientes del Ferrocarril General Urquiza.



Un poco de historia 

El ramal fue construido por el Ferrocarril Nordeste Argentino una empresa ferroviaria de capitales británicos que operaba en las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Cuando los ferrocarriles fueron nacionalizados, en 1946 durante la presidencia de Juan Domingo Perón, esta línea pasó a formar parte de la red del Ferrocarril General Urquiza.

El ramal Monte Caseros - Corrientes, tiene una extensión de 377 km, el cual comprende las estaciones: Monte Caseros, Libertad, Acuña, Curuzú Cuatiá, Baibiene, Mariano Loza, Mercedes, Felipe Yofré, Chavarría, Mantilla, San Roque, Saladas, San Lorenzo, Empedrado, Manuel Derqui, El Sombrero, Corrientes, Puerto de Corrientes. La Estación Corrientes fue demolida durante las obras del Puente General Manuel Belgrano inaugurado en 1973 y se construyó una nueva unos 5 km antes, desactivándose el acceso ferroviario de 257 metros a un muelle.

En época de Ferrocarriles Argentinos circulaba el servicio del Correntino trenes Nº 603-604  el cual funciono hasta el fatídico 10 de Marzo de 1993 cuando se suprimieron gran parte de los trenes de larga distancia.


La desaparición del tren a nivel ciudad, provincia y en gran parte del país sin dudas provocó los hacinamientos en las grandes ciudades, dado que las poblaciones más remotas tuvieron que movilizarse a los centros urbanos en busca de una fuente de trabajo, ya que muchas familias dependían del tren para subsistir.  

A todo esto hay que sumarle un elevado costo del flete en el transporte de carga por camión, que influye directamente en los productos que consumimos.

La estación

La misma fue declarada patrimonio cultural e histórico en el año 2012 mediante la Ley Provincial Nº 6184, la misma fue refaccionada el año pasado por el municipio en la cual se mejoro la iluminación, pintura exterior e interior, se reparo la mampostería y aberturas,  asimismo se creó un área destinada al turismo y un Museo para la difusión histórica del patrimonio local.

Por tal motivo a 21 años de la partida del último tren de pasajeros que salió de Mercedes,  la  querida estación de esta manera renace con actividades culturales y de recreación, sino también resaltar su historia y poner el valor su patrimonio indeleble.





lunes, 20 de enero de 2014

ES LA POLÍTICA, ESTÚPIDO....!!!

Jorge Rachid

Parafraseando a el ex presidente Clinton cuando en plena campaña le preguntaron sobre la situación de ese país y contestó, es la economía, en nuestra realidad cotidiana, ante la catarata de cataclismos que anuncian los medios, la respuesta es esta: es la política, estúpido, es la que origina una crisis terminal que no existe, una crisis energética que no es tal, una pesadilla económica no reflejada en ningún sector, una insurrección polícial alentada por el golpismo, hasta los rayos ocasionan y desnudan la ingobernabilidad, "no se sabe quien conduce", no hay respuestas para el llamado"campo", los opositores prometen una cajita feliz sin retenciones ni impuestos a las ganancias, disminuir los subsidios, "volver al mundo", liberar los mercados, lo único que falta es que digan lo de la dictadura "que los hijos de los albañiles, sigan siendo albañiles".

Por eso estas líneas, porque una acción política golpista se combate, no se la relata, ni se la justifica por errores propios que los hay. Pero recordemos la frase de Néstor cuando dijo: "nos critican por nuestros errores,pero nos odian por nuestros aciertos" y la de Perón : "los que vendrán buenos nos harán" o "no es que nosotros seamos mejores, los que vienen son peores".
La política, un juego de intereses complejos, se desarrolla hoy a través de cualquier excusa que sirva al plan estratégico del enemigo, y perdón que los denomine asi a quienes pretenden que el gobierno peronista termine antes de término, a los fines de deteriorar su capacidad de maniobra futura, la del peronismo que sigue vigente y cuya sola existencia, elimina del tablero a los dueños del poder hegemónico detentado durante décadas de sumisión política y financiera a los centros de poder internacional.

No hay ni habrá respiro para el gobierno, de aquí al 2015 y será una batalla cotidiana expresada de mil modos, con diferentes voceros, con conflictos provocados por derecha y por izquierda, por los mismos que nos endeudaron o nos sometieron a las relaciones carnales, los que nos privatizaron y hoy dicen que no hay control, los que desmantelaron el estado y hoy, como Neustad ayer, dicen que es ineficiente, los que piden el 82% móvil jubilatorio y congelaron durante 15 años los haberes, las paritarias, el salario mínimo, eliminaron las leyes laborales. Los argentinos no somos estúpidos, sabemos que cualquier vuelta al pasado neoliberal destruye empleo, endeuda al país, estatiza deuda privada, abre la economía, nos hace pagar la crisis de los países centrales, nos ata al imperio, nos subordina a otros intereses.

Los peronistas hemos recuperado un camino que no pensamos abandonar, lo defenderemos como se defienden las causas nacionales, junto al pueblo y sin permitir avasallamientos antidemocráticos. Nunca llegamos al gobierno por otros métodos que los de la soberanía popular expresada en el voto, aún perdiendo como en los albores de la democracia o en los finales de los 90, pero siempre fuimos capaces de gobernar y consolidar un pensamiento nacional y popular excepto el la década de la traición y la entrega claudicante, muchos de cuyos componentes se han reconvertido y es bueno que asi sea.
No se trata de medir el aceite a cada instante, se trata de que cada argentino sepa de que juega en este perverso sistema político-mediático-económico dispuesto a deteriorar al gobierno, plan A, plan B deponerlo, plan C crear el caos institucional.
Nunca en la hsitoria se coaligaron la ofensiva económica, la financiera, la institucional, la insurreccional como las policías, los terratenientes oligarquícos, el desabastecimiento, junto a sectores gremiales y políticos que en su afán de recuperar protagonismo son capaces de poner en riesgo la democracia, atados a intereses ajenos.

Una vez mas debemos tolerar campañas de difamación, corrupción, negación de la política como herramienta de construcción social, privilegiando la actividad privada como impoluta, la libertad de mercado como libertad de los hombres, la propuesta de la Argentina agro exportadora, un modelo para pocos argentinos y muchos ricos concentrando la riqueza. Así justificaron el 55, el 66, el 76 y pretenden hacerlo ahora.

No pasarán, con errores, con tropezones , avanzando y retrocediendo cuando las relaciones de fuerzas no permiten, con alianzas regionales fuertes, con UNASUR y CELAC creciendo, con embates del imperio, pero en marcha, negociando con soberanía ante quien sea pero en función de los intereses nacionales y de los trabajadores, el peronismo demostrará una vez mas su vitalidad, junto a sus aliados que sin dudas son aporte importante a la hora de la verdad.

Estamos bajo fuego, no nos perdonan la heterodoxia económica, ni habernos desendeudado del sector financiero y si volvemos a los créditos será para obra pública, no para pagar intereses de deudas espúreas que hoy nadie recuerda y que no fueron originadas por este gobierno, que mucha de ellas fueron de grupos empresarios que las transfirieron al pueblo desde Clarín a Macri o SOCMA como guste, desde Techint a Blaquier, desde el llamado "campo" a los ciudadanos, evadiendo impuestos, estafando con las exportaciones, mintiendo con las importaciones.
Por eso no quieren estado regulador, controlador, para seguir su fiesta neoliberal donde el país encontró su crisis terminal.
No cuenten con nosotros, los peronistas no nos rendimos ni pedimos tregua en la lucha por la dignidad y la soberanía nacional.

jorge rachid

San Martín y la bandera argentina LA CIMA DE LOS ANDES NO ESCALÓ

Norberto Galasso y Hugo Cantero

La falacia que tejió el mitrismo sobre los colores de la enseña con que el Libertador inició el histórico cruce, el 17 de enero de 1817

Tantas veces cantamos en la escuela que la bandera argentina "la cima de los Andes escaló", que muchos lectores se sorprenderán del título de esta nota.

Sin embargo, es así: la bandera que cruzó los Andes fue la del Ejército de los Andes, que no era exclusivamente argentino sino argentino-chileno o, más bien, el inicio de un ejército hispanoamericano cuyo objetivo era la liberación y la unificación de la Patria Grande.

Pero la historia mitrista cuenta esta falacia: en el banquete por los festejos de la Nochebuena de 1816, que compartía San  Martín con sus oficiales y sus respectivas esposas, el General –gran estratego y veterano de 30 batallas en Europa– recordó de repente que su ejército no tenía bandera y faltaba poco para el 17 de enero de 1817, cuando iniciaría el cruce de la gran cadena montañosa que tanto le preocupaba.

¿Olvidadizo el General?

¿Nada planificador el estratego?

Lo cierto es que allí mismo urgió a las señoras presentes, incluida la suya propia, a que le proveyeran una bandera, indispensable como punto de reunión para sus hombres en medio de las batallas por venir.

Ellas, para cumplir el encargo, buscaron tela celeste y blanca pues, el 16 de agosto de  1816, el Congreso de Tucumán había decidido que esos eran los colores de la bandera de las Provincias Unidas, pero buscaron y buscaron y no encontraron en toda Mendoza la tela necesaria.

Entonces, con osadía femenina, en vez de una bandera celeste-blanca-celeste, fabricaron una bandera de dos paños: uno azul oscuro y otro blanco, y ya envalentonadas, tomaron la iniciativa de no colocarlos horizontales sino verticales y, aún más, agregarle un escudo cruzando la que luego se conocería como la bandera del Ejército de los Andes.

Y el General, que suponíamos enérgico y, para la época, duramente "machista", aceptó y la enarboló en el cruce famoso.

Para Billiken y los chicos de jardín puede pasar, y así ocurrió que la canción retomara esta historia aparentemente infantil pero, en lo profundo, porteña y antilatinoamericana.

Porque de allí se concluía en lo que Mitre llamó "la revolución argentina americanizada", que quería independizar países de sur a norte, ajena a la otra campaña, que venía del norte al sur, que era colombiana y quería, con "el ambicioso Bolívar" a la cabeza, dominar toda América.

Esta mentirita de la bandera tiene un fuerte contenido político, inadmisible hoy en la época de Unasur y la CELAC.

La verdad es otra, por supuesto. San Martín construyó su ejército en Cuyo con nativos de esa zona y con chilenos fugados de su país tras la derrota de Rancagua.

El ejército era argentino-chileno, como lo afirman Olazábal y Guido en su correspondencia, y el segundo jefe era el chileno O’Higgins.

El cruce de los Andes se hace en varias columnas, dos de ellas capitaneadas por oficiales chilenos: O’Higgins y el coronel Ramón Freire. San Martín no podía entrar a Chile con bandera argentina, como un invasor, sino con la bandera de un libertador de la Patria Grande.

Hasta Ricardo Levene lo sugirió cuando, en épocas del peronismo, sostuvo que aquél ejército era "de soberanía flotante", y lo corrobora al relatar que San Martín renuncia a su cargo, en Rancagua, y se hace elegir jefe nuevamente por sus oficiales para dar autonomía a su ejército respecto a todo gobierno.

No hubo, pues, tal imprevisión de un veterano de guerra en aquella cena de Nochebuena, sino la expresa indicación de cómo debía ser la bandera, y las mujeres cumplieron con el encargo.

Más aun, la comisión de mujeres la presidía Dolores Prats de Huasi.

Si el lector no sabe de su existencia, pregunte a un camionero de los que circulan por la Autopista del Oeste, que conoce la colectora "Dolores Prats" y, por eso, supone que algo importante debió haber hecho.

Efectivamente, presidía el núcleo de mujeres que hicieron la bandera de los Andes, era chilena y no hubiera aceptado una bandera argentina para liberar a su patria chica, donde –como nos lo enseñó no Mitre sino Violeta Parra– Manuel Rodríguez, con sus guerrillas, ya había insubordinado dos provincias cuando San Martín triunfaba en Chacabuco.

San Martín tampoco va al Perú con bandera argentina.

Dado que la escuadra que transportó al ejército la financió O’Higgins con impuestos a la oligarquía chilena, San Martín dijo, sin darle importancia: vamos con la bandera chilena, manteniendo para la fuerza militar la del ejército de los Andes, para luego incorporar guerrilleros peruanos antiabsolutistas.

Así se convirtió –este misionero a quien la oligarquía chilena pretendía despreciar llamándolo "paraguayo" por su origen guaranítico– en el Protector del Perú.

En esta verdadera historia se encuentra la Patria Grande como objetivo común, y allí empalman Tupac Amaru, O’Higgins y San Martín con Kirchner, Lula y Chávez repudiando el ALCA en 2005 y mandando el proyecto "al carajo", como dijo Chávez, o a las profundidades del océano, como señaló Fidel Castro.

De modo que esa mentirita –inserta "inocentemente" en las mentes infantiles para tapar la verdadera naturaleza de la revolución y crear argentinos europeizados o "azonzados", como decía Jauretche– debe desecharse, porque nos conduciría a votar a políticos como Macri o Massa, desertando del verdadero camino sanmartiniano y bolivariano al cual nos convoca hoy la Historia de la Patria Grande.   

NG/

sábado, 4 de enero de 2014

En la cancha se ven los pingos

Alberto Dearriba

El cuello de botella del sector externo se cerró aún más durante 2013 y eso incrementó la bronca de la clase media, acostumbrada a atesorar dólares. Pero el kirchnerismo redobla su apuesta para este año y, mientras negocia un retorno a los mercados financieros internacionales, espera superar los 94 mil millones de dólares en exportaciones para darle aire a las reservas.En la ciudad de Buenos Aires todavía hay vecinos furiosos porque no les devolvieron la luz. Pero en la costa hay miles de argentinos disfrutando de unas vacaciones que seguramente marcarán récords. No sólo porque viajar al exterior es cada vez más caro, sino porque, pese a todo, el consumo mantiene elevados niveles. Lo constatan los datos de los supermercados, las ventas de electrodomésticos y de automóviles.

Las alrededor de 200 metas planteadas por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, no se apartan en principio del ideario kirchnerista: más crecimiento del PBI, más obras públicas, más viviendas y más contención social. No hay un cambio de rumbo sino una reafirmación del modelo. No hay objetivos que permitan sospechar el ajuste con el que sueña la oposición, sino una reafirmación de la apuesta al crecimiento con inclusión.     
Los datos macroeconómicos contrastan con los políticos. El año pasado no fue el mejor para el gobierno en términos electorales, porque perdió en los cinco distritos más importantes de la Argentina, aunque salvó la primera minoría en el Congreso y en el país.Los grandes medios leyeron la elección como una catastrófica derrota oficialista, pero el Frente para la Victoria fue la fuerza más votada a nivel nacional. 
Pese a los crujidos políticos y al batifondo mediático, las estadísticas oficiales sobre el nivel de empleo señalan que el modelo siguió incluyendo. Para este año, el gobierno espera que la tasa de desempleo baje de alrededor del 7 al 6,3 por ciento. Quienes recuerdan que la Argentina había llegado a tener una cuarta parte de la mano de obra activa desempleada en lo más profundo de la crisis de comienzo de siglo, valoran este logro como un hecho central. Aunque las cifras del INDEC no sean confiables, es obvio que los argentinos tienen más posibilidades de trabajo. Los récords de ventas de automóviles se ven en el tránsito endiablado de las principales ciudades argentinas y las de televisores o aparatos de aire acondicionados son  certificadas por las cámaras empresarias. El nivel de actividad, de empleo y de consumo no puede ser tildado de una falacia o de lo que llaman despectivamente "el relato". 
La inflación ataca los salarios, pero el gobierno sigue resistiéndose a aplicar un ajuste ortodoxo que declare la paz de los cementerios. Sabe que el juicio de la historia depende de la posibilidad de sostener sus convicciones frente a la adversidad. En lugar de enfriar la economía por la vía monetaria, se inclinó por un acuerdo de precios que comenzará a regir este fin de semana. Por supuesto que el éxito de la tregua depende de la vocación y capacidad de control del gobierno y de la sociedad, porque lo contrario es encomendarle al zorro que cuide a las gallinas. El gobierno también se plantea sostener y ampliar la vigencia de las paritarias durante 2014, que operan como un mecanismo de resarcimiento. En el año que comienza, el gobierno planea homologar 1650 acuerdos y convenios colectivos e incorporar al trabajo registrado a unos 440 mil trabajadores.
En suma, por más que la restricción de divisas y la inflación compliquen a la economía, el crecimiento, el empleo, la distribución del ingreso y la inclusión social no han sido negociados. Son los pilares del modelo kirchnerista. Pero la orfandad de la representación política de ese modelo plantea serios interrogantes, de cara a la sucesión de 2015.
Los radicales avanzan en la posibilidad de una alianza con los socialistas. La derecha ya lanzó sus candidatos. Afiches y gigantografías de Mauricio Macri y Sergio Massa acompañan a quienes se refrescan en la Costa Atlántica. Por allí asoma el nombre del ministro Florencio Randazzo, que puso toda su apuesta a una candidatura presidencial en la reconversión ferroviaria. Pero en el oficialismo, las apuestas están divididas y a la espera de una señal presidencial que posiblemente no se produzca ni siquiera este año.
El presidente del Congreso Justicialista bonaerense, José María Díaz Bancalari, cree que la postulación presidencial debe resolverse en una gran elección interna en la que participen todos los sectores, similar a la de 1988, en la que Carlos Menem derrotó a Antonio Cafiero, pese a que no controlaba el aparato partidario. El veterano dirigente cree que los candidatos oficialistas pueden ser el gobernador bonaerense Daniel Scioli, el salteño Juan Manuel Urtubey, el sanjuanino José Luis Gioja, si se recupera de su tremendo accidente y, obviamente, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. No mencionó en cambio a Randazzo, ni al entrearriano Sergio Urribarri, que suelen integrar la nómina de presidenciables.   
En tanto, la presidenta mantiene un silencio que contrasta con las épocas en las que defendía ardorosamente las medidas de gobierno, en fundados discursos trasmitidos por la cadena oficial de radiodifusión a todo el país. Algunos de los que la criticaban por verborrágica, ahora la cuestionan por silenciosa. "Palos porque bogas, palos porque no", coinciden sus adeptos. 
La terminante negativa de Cristina Fernández a aceptar un cargo electivo en 2015 fue interpretada por algunos como una nueva señal de la estrategia tendiente a salir de la línea de fuego, en la que dejó al jefe de Gabinete. Capitanich se juega allí este año su candidatura presidencial y es consciente de su condición de fusible. La distancia de Cristina lo puso en el centro de la escena, pero la situación parece obedecer a necesidades concretas de la presidenta de la Nación, más que a una estrategia política. 
El propio Díaz Bancalari consideró que la presidenta vivió dos crisis de salud importantes, luego de la muerte de su compañero, lo cual aconseja menores tensiones. En suma, para el dirigente bonaerense, el alejamiento del centro de la escena obedece a cuestiones de salud y no exclusivamente a una estrategia política. Pero ni él ni otros dirigentes piensan que Cristina será ajena a su sucesión. "Habrá que ver qué grado y que interés tendrá", relativizó. Sea como fuere, lo más probable es que la presidenta deje jugar a todos los postulantes sin pronunciarse este año por uno de ellos. Tal vez su veredicto sólo llegue en la recta final. O incluso después de las internas, cuando el candidato esté legitimado en las urnas. Las apuestas van de una punta a la otra y la ansiedad aguijonea a la militancia kirchnerista. Pero los más fogueados recuerdan que a todos los candidatos oficialistas les conviene que la gestión arroje resultados positivos. Piensan con fundamento que no hay mejor campaña que un  buen gobierno. "Todavía falta mucho y en la cancha se ven los pingos", dicen.