La pobreza infantil en América latina alcanza al 45 por ciento del total de menores que viven en la región. Esto quiere decir que existen 80,9 millones de menores que tienen una o varias necesidades básicas insatisfechas. Así lo determinó un informe elaborado conjuntamente por la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) y Unicef, que será presentado hoy en el marco de los Diálogos de Protección Social. La investigación utilizó una metodología de medición que apunta no sólo a los niveles de ingresos de las poblaciones más vulnerables, sino que contempla un conjunto de derechos establecidos por la Convención Internacional del Niño, como el acceso a la vivienda, la educación, el agua potable y la alimentación. De los 18 países de la región, la Argentina ocupa el cuarto lugar en cuanto a la calidad de vida de los niños pobres, detrás de Costa Rica, Chile y Uruguay. Más abajo aparecen Venezuela, Brasil, México, Perú y Colombia, entre otros.
Unicef estableció en 2005 una definición de la pobreza: “Los niños y niñas pobres son los que sufren una privación de los recursos materiales, espirituales y emocionales necesarios para sobrevivir, desarrollarse y prosperar”. Esta aproximación pretende generar una metodología diferente para medir las situaciones de vulnerabilidad en la región.
“La pobreza no es sólo una cuestión de ingresos, hay múltiples factores que definen a una persona en estas circunstancias. La idea de crear una nueva metodología de medición apunta a identificar las distintas áreas de acción para que los Estados puedan hacer políticas públicas”, explicó a Página/12 María Nieves Rico, experta de la División de Desarrollo Social de la Cepal. La investigadora será una de las especialistas que presentará hoy el informe en el auditorio de la Universidad de San Andrés, junto al Cippec y la Fundación Tzedaká.
El informe titulado “Pobreza infantil en América latina y el Caribe”, toma los datos de los institutos de estadísticas de cada uno de los países. En el caso de la Argentina, se recogieron de la Encuesta Permanente de Hogares que elabora el Indec. La pobreza infantil en el país se ubica en el 28,7 por ciento. El mejor rankeado es Costa Rica (20,5), seguido por Chile (23,2) y Uruguay (23,9).
En contraposición, los países con mayor pobreza infantil son El Salvador (86,8), Guatemala (79,7), Bolivia (77,2) y Perú (73,4), entre otros. Brasil, una de las potencias económicas de la región, tiene una pobreza infantil del 38,8 por ciento.
La investigación de la Cepal y Unicef determinó que el 53 por ciento de los 80,9 millones de niños pobres se ve perjudicado por una sola privación moderada o severa y sólo uno de cada cinco niños en esta situación se ve privado en tres o más dimensiones. “Esto sugiere que es posible reducir de manera sustancial la pobreza infantil con acciones que si bien no necesariamente serán de bajo costo, pueden localizarse en un área específica de intervención”, señala la investigación.
Por ejemplo, en el caso de la Argentina, el indicador de mayor peso en los niveles de pobreza es el de vivienda (24,8). Luego le siguen saneamiento (3,7), educación (2,7) y agua potable (2,6). Estos son datos de 2006, la fecha de corte utilizada para realizar el informe. Sin embargo, tanto desde la Cepal como la Unicef aseguraron que la pobreza siguió bajando. Según indicó a este diario la investigadora Rico, para 2009 la pobreza infantil en la Argentina había descendido de 28,7 a 25,7 por ciento. El resto de los indicadores también tuvieron una mejoría: saneamiento (2,3), agua (1,6) y vivienda (21,7). El único indicador que sufrió un agravamiento fue educación (3,2). Estos datos no aparecen publicados en el informe.
“Lo que podemos notar en el caso argentino es el peso que tiene el acceso a la vivienda y el hacinamiento en la definición de la pobreza infantil. Por eso queremos elaborar una guía metodológica para que los gobiernos puedan adoptarla y tener un enfoque más global para encarar esta problemática”, agregó la experta de la Cepal.
En el caso de Brasil, la composición de la pobreza infantil es diferente. En 2007 se ubicó en un 38,8 por ciento, mientras que en 2009 fue de 38,7. El indicador de mayor peso en la medición de la pobreza tiene que ver con el saneamiento (34,7), le siguen las dificultades con el agua (8,6) y la vivienda (2,7).
“La información analizada permite identificar áreas de política pública en las que es necesario actuar con decisión y de manera urgente e integral”, explica el informe.
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