NORMA ARROSTITO MURIÓ DOS VECES.
-A la lata, al latero
a Aramburu lo hizo mierda
un comando
Montonero
(Cántico popular de los 70)
La primera, cuando el comando que la secuestró, plantó las supuestas pruebas para que, no sólo a la gente en general sino a los seguidores y militantes montoneros les llegara la noticia de la muerte de un importantísimo cuadro dirigente y referente de lucha.
La segunda, cuando, efectivamente, y después de haber permanecido como desaparecida detenida en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada) por el término de dos años, fue trasladada, es decir, la llevarían, le aplicarían la inyección para luego darle la solución final.
Una inyección de pentotal entró en su cuerpo el 15 de enero de 1978, sujetada por un enfermero, bajo la atenta mirada de un médico y por orden del Tigre Acosta, según coinciden los testimonios.
Norma Arrostito había nacido un 17 de enero de 1940 en la Capital Federal. Era maestra.
¿Cuál era, en aquellos tiempos, el lugar de las mujeres en la guerrilla; quiénes eran ellas, cómo era la cotidianidad de las mujeres militantes en organizaciones políticas?.
Arrostito fue integrante del grupo fundador del grupo Montoneros pues había ganado ese lugar, el de las mujeres que en la lucha armada tenían poder de decisión y de acción militarizada sin caer en una lectura de género.
Según Amanda Peralta, amiga y también ex compañera de lucha de Arrostito: -No se hablaba mucho de cuestiones personales (...) Tenés que ubicar cómo se funcionaba en esa época, todo pasaba un poco por la cuestión política, trabajo, amigos, salidas. Todo .
Para la lectura del pasado no se puedes desvincular el paisaje internacional y americano en lo referida a la historia de la lucha armada.
La década de los sesenta fue la que dio a las mujeres la posibilidad de ingresar en cambios profundos en cuanto a los roles que cumplían en la sociedad.
Su ingreso masivo en la enseñanza superior las integraría a la vida política universitaria y al mercado laboral.
El hecho de contar con su propio dinero y la capacidad de decisión implicó un replanteo de su situación.
Nacía por entonces un nuevo feminismo que movilizaría a las mujeres contra la discriminación salarial y las desigualdades legales, y una nueva conciencia acerca de la sexualidad.
Fue esa la década marcada por los movimientos sociales que se radicalizarían, desde la influencia de la impronta pacifista de Martin Luther King, hasta la mas radicalizada de Malcom X, en los EEUU; y la enorme influencia que, para América Latina, representó el triunfo de la Revolución Cubana y su identificación ideológica, sumada la revuelta comenzada en París en febrero de 1968.
Los estudiantes parisinos reclamaban algo mas que cambios en la organización universitaria, por lo cual sufrieron la cruenta represión policial que condujo al apoyo de grupos y organizaciones obreras.
Los jóvenes pretendían encabezar un cambio social y político profundo; en términos generales, se rebelaban contra la autoridad política establecida y contra esa generación que había construido una sociedad conformista, temerosa, medrosa, injusta...
Nacía, en ese marco, en América Latina una utopía de cambio.
En la década siguiente, los coletazos de la crisis petrolera sobre las economías y en la situación obrera, mas la profundización de la crisis social, generaron un proceso de radicalización que llevó a muchos grupos a tomar las armas para generar los cambios que la sola protesta no lograba.
Mientras, desde los sectores liberales, las derechas se convertían en el principal movimiento hegemónico-antagónico, enraizados como estaban en los sectores altos de la sociedad y vinculados con sectores tradicionales (iglesia, políticos, ejército, empresarios), pues veían en estos movimientos una crucial amenaza a sus intereses.
Harían cualquier cosa con tal de liberarse de ellos…
¿CÓMO ERA NORMA ARROSTITO?
Se casó por primera vez a los 24 años. Abandona el comunismo y se va abriendo otro camino por el lado del cristianismo, el nacionalismo y el peronismo, con el marxismo como telón de fondo y como continuidad.
¡Típica ensalada ideológica de aquellos complicados tiempos!
Apenas dos años después de haberse casado se enamora de ese chico nacionalista católico siete años más joven que ella (Fernando Abal Medina).
Participa del nacimiento de una nueva organización que apuesta al camino de las armas
Norma Arrostito, la Arrostito, o Gaby, en el testimonio de su compañera y amiga Antonia Canizo, llevaba su militancia a los gestos mínimos: con Abal Medina, su compañero, era más seca o más tímida de lo que él lo era con ella, -porque con todo ese tema de la militarización se cortaba mucho la afectividad.
Hubiera, continúa Canizo, querido tener hijos, pero el compromiso militante pesaba más: no era posible.
Años más adelante, soñó con casarse de blanco. Y aún más: si no logró un lugar aún más destacado en la conducción de Montoneros fue por una cuestión de género.
Fue la viuda, la guerrillera que participó de la fundación mítica y shockeante de Montoneros (el secuestro de Aramburu), la eclipsada por la clandestinidad forzada.
LA PRIMERA MUERTE
El 2 de diciembre de 1976 secuestraron a Norma Arrostito y divulgaron su muerte.
Esta fundadora de la organización Montoneros, fue dada por muerta por las fuerzas que la secuestraron y por los medios que divulgaron la noticia.
Pero estaba secuestrada en la ESMA.
Ella llevaba la famosa pastillita pero no había podido utilizarla en el momento de ser capturada
Los principales diarios argentinos destacaban el 3 de diciembre de 1976 en sus primeras planas que una de las líderes de la organización revolucionaria Montoneros, había sido muerta durante un procedimiento en el partido bonaerense de Lomas de Zamora.
Un parte militar fue difundido: -El Comando de la Zona 1 informa que como resultado de las operaciones de lucha contra la subversión en desarrollo, fuerzas legales llevaron a cabo una operación el día 2 de diciembre, a las 21 horas, en ( Manuel) Castro y Larrea , de la localidad de Lomas de Zamora. En esa oportunidad fue abatida la delincuente subversiva Esther Norma Arrostito de Roitvan, alias Norma, alias Gaby, una de las fundadoras y cabecillas de la banda autodenominada Montoneros.
Los diarios informaron así: La Razón daba precisiones acerca de los sucesos que habrían tenido lugar en el sur del Gran Buenos Aires.
-El escenario del tiroteo fue una pared medianera, que circunda a un taller mecánico, a pocos centímetros de la puerta de acceso al establecimiento. Tan cerca fueron los disparos que varios de ellos pasaron el portón de hierro e hicieron trizas el parabrisa y ventanillas de la camioneta Citröen, estacionada en su interior. Según la misma fuente, desde hora más temprana varias personas que no se identificaron, exhibían en los comercios del barrio fotos de una mujer, preguntando dónde se alojaba. Presumen que era Arrostito.
Casi ninguno de los diarios argentinos se privó de festejar las hazañas logradas por las fuerzas legales.
La Razón, se jactaba de los golpes a la subversión; La Opinión se enorgullecía: -Algo huele mejor en la Argentina.
En realidad allí, se monta una escena, otra mujer fue fusilada y no esa. Arrostito vivía por entonces en Barracas, el sur porteño, y -tenía pautada una cita con una tal «Mercedes» a las 11. Salió hacia ella y nunca más se la vio. Un grupo de tareas de la Marina la capturó y la llevó a la Esma. Según testimonios de vecinos, el foco de la luz de mercurio -único en la cuadra- fue destrozado a balazos poco antes de que se produjera el enfrentamiento.
¿Qué se escondía detrás de la pretendida muerte de la líder guerrillera?
¿Cuál era el objetivo escondido detrás del operativo de los militares?
En principio, causar un efecto psicológico entre los militantes de las organizaciones revolucionarias para que sufrieran un sentimiento de desmoronamiento por lo que se estaba produciendo.
Gaby era todo un referente, un símbolo, que se sumaba a las otras cinco bajas dentro de los que podían considerarse los fundadores de Montoneros: Fernando Abal Medina y Carlos Ramus habían sido asesinados en 1970 en William Morris.
En otros episodios, también fueron abatidos Emilio Maza y Carlos Capuano Martínez.
Sobrevivientes de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) reconocieron a Gaby en cautiverio.
Todos coincidían en que había sido ferozmente torturada y que llevaba grilletes y esposas en todo momento.
Justamente, con grilletes, con esposas y con la capucha, Gaby estaba harta de que la expusieran de esa manera: que la lleven, la bajen, la traigan… Por eso cuando le sacaban la capucha, les contestaba muy mal.
La teoría que esgrimían era que una guerrillera, si la tenían por muerta y ella, en una sesión de tortura, llegaba a decir algo, seguro que no le iban a imputar la delación.
Chamorro la iba a visitar todos los días para convencerla o para mostrarla como trofeo a las otras fuerzas, provocó que miembros del Ejército, la reclamaran constantemente porque no habían olvidado lo de Aramburu.
Gaby era un rehén importante.
¿El torturador se había enamorado de la torturada?
La Gaby, Irma, Norma, La Viuda, una asesina/o, La Montonera son sólo algunas de las maneras de nombrar a Norma Arrostito.
Detrás de cada nombre hay una historia y el hecho fundacional de lo que luego sería Montoneros.
Según sus testimonios publicados en La Causa Peronista se puede lograr la reconstrucción del secuestro del teniente general Pedro Eugenio Aramburu.
Allí se muestra a la militante pura acción, detallando cómo se habían llevado a cabo en el plano real las tácticas ideadas por aquel grupo (el comando Juan José Valle) que se lanzó al terreno un 29 de mayo de 1970, a un año del Cordobazo y en el Día del Ejército.
Pasaría más de un mes para que el rostro de Arrostito se viera en la tapa de los principales diarios como una de las buscadas por la muerte del militar.
A los pocos días esa foto, junto a las de Fernando Abal Medina, Carlos Ramus y Carlos Capuano Martínez, tomaría forma de afiche para ser pegado en las paredes de la ciudad.
Allí dicen que había recibido adiestramiento militar en Cuba, que era una hábil maquilladora y que usaba pelucas.
El comando, que -en términos generales no superaba la docena de integrantes fue el encargado de los procesos de inteligencia para lograr el secuestro de Aramburu.
No sólo el secuestro y ejecución de Aramburu sellaron su muerte, esa muerte fraguada dos años antes, y concretada en 1978, mentir sobre su asesinato ponía en marcha su agonía en el anonimato hasta que llegara la decisión de desaparecerla definitivamente.
Arrostito pasó a integrar esa siniestra lista de 5 mil detenidos - desaparecidos de la Esma, porque su cuerpo nunca apareció.
-Ella estaba con problemas circulatorios graves. Creo que los milicos aprovecharon la situación para darle la inyección. Pero que la inyección se la dieron, se la dieron., revive el 15 de enero de 1978.
A continuación, una síntesis del capítulo 1 del libro de Gabriela Saidón La Montonera, una biografía de Norma Arrostito.
“ Aramburu”
Son las nueve y cuarto de la mañana del viernes 29 de mayo de 1970.
Una mujer rubia está parada en la vereda, junto a la puerta del edificio de Montevideo 1053, en el Barrio Norte de la Ciudad de Buenos Aires.
Lleva un bolso en una mano.
A pocos metros, en un garaje de la misma cuadra, dos hombres con uniforme militar esperan en un Peugeot 504 blanco, tapizado de rojo.
Mal estacionada sobre la vereda de enfrente, hay una pick-up Chevrolet con el chofer, un cabo de la policía y un cura.
Uno de los militares se baja del Peugeot y camina hasta el edificio de Montevideo 1053.
No saluda a la mujer rubia.
Nadie sabe, salvo los ocupantes de los dos autos, y el capitán y el teniente primero a quienes acaban de abrirles la puerta desde el portero eléctrico del edificio de Montevideo 1053, que lo que esa mujer tiene en el bolso es un arma, que en realidad no es rubia sino morocha y que usa una peluca…
Nueve y media de la mañana.
Una mañana soleada y fresca de otoño en Buenos Aires.
El capitán y el teniente primero salen del edificio con el teniente general Pedro Eugenio Aramburu.
Ese viernes 29 de mayo de 1970 pasará a la historia como el día en que un comando autodenominado Juan José Valle, de una nueva organización hasta el momento desconocida, Montoneros, secuestró al ex presidente de la Revolución Libertadora, que derrocó a Juan Domingo Perón.
Ellos, los que esa mañana están apostados en lugares estratégicos en la calle Montevideo entre Avenida Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, son: Mario Eduardo Firmenich como cabo de la policía, Carlos Capuano Martínez como chofer, Carlos Maguid como cura, Ignacio Vélez y Carlos Gustavo Ramus como los civiles en el Peugeot, Fernando Luis Abal Medina como teniente primero, Emilio Maza como capitán.
Y una mujer, la única del grupo, la montonera Esther Norma Arrostito. Gaby para los amigos.
… Se cumple exactamente un año del Cordobazo, la rebelión en la ciudad de Córdoba donde obreros y estudiantes levantaron barricadas, atacaron con piedras y cócteles Molotov a policías y soldados, y que terminó con la cruenta intervención de las Fuerzas Armadas.
El Ejército celebra su día.
El capitán y el teniente primero acaban de entrar al edificio de Montevideo 1053.
Han atravesado la puerta de vidrio y toman el ascensor hasta el octavo A, último piso al frente del edificio que hasta el sexto tiene balcones redondos con rejas blancas.
Apostada junto a la puerta, Norma Arrostito cruza la calle con la mirada, sorteando la cuadrilla de la Municipalidad que repara la vereda, y ve que un Fiat 600 se acerca a la pick-up.
Todo el plan puede fracasar.
El joven vestido de cabo le hace señas al fitito para que no se detenga. Circule, oye Arrostito.
O mejor dicho le lee los labios al joven vestido de cabo y se da cuenta de que, desde su uniforme de policía, Mario Firmenich le está dando órdenes al otro que se paró detrás de la pick-up para que circule, modula Mario, no se detenga.
Cuando el otro arranca puteando porque no entiende (ella no alcanza a oír esa parte), no entiende por qué la pick-up sí puede estacionar y él no, Norma ve que Firmenich levanta apenas la comisura derecha de los labios.
Compraron parte de la ropa en la casa Isola, una sastrería militar en la Avenida de Mayo, Fernando Abal tenía 23 años, Ramus y Firmenich, 22, Capuano Martínez, 21”
Ese viernes 29 de mayo de 1970 secuestran al gral. Pedro Eugenio Aramburu.
A la una y media, todas las radios del país cortaban sus transmisiones para informar, por cadena nacional, que habría sido secuestrado el ex presidente provisional de la Nación, el teniente general Pedro Eugenio Aramburu.
El rotativo del aire de Radio Rivadavia detallaba: El ex presidente se retiró de su domicilio esta mañana, poco después de las nueve, escoltado por dos hombres que vestían uniformes militares.
Desde entonces no hay noticias del paradero del teniente general Pedro Eugenio Aramburu.
En medios generalmente bien informados se habla de la posibilidad de que haya sido secuestrado por un grupo comando.... .
En la caja, escondido tras una carga de fardos de pasto, viajaba -el fusilador de Valle escoltado por dos jóvenes peronistas.
Lo habían ido a buscar a su propia casa.
Lo habían sacado a pleno día, en pleno centro de la Capital, y lo habían detenido en nombre del pueblo.
A las cinco y media de la tarde, Aramburu y sus secuestradores llegan a la estancia La Celma, que la familia Ramus tenía en Timote, Carlos Tejedor, sudoeste de la provincia de Buenos Aires.
Los recibe el cuidador, el vasco Acébal. Carlos Ramus se dedica a distraerlo.
A las ocho y media de la noche, asegurado el éxito de la primera fase del Operativo Pindapoy, en una confitería de la avenida Cabildo al 700, aparece un primer comunicado del grupo comando.
Aramburu será sometido a juicio revolucionario, dice la hoja que está encabezada con la leyenda Perón vuelve y la palabra Montoneros, nombre de la organización.
Norma Arrostito junto con otros compañeros de la agrupación, harán tareas de prensa: se dedicarán a escribir los comunicados que presenten en sociedad a la hasta ahora desconocida organización.
En los cuatro días siguientes escribirán en total cinco comunicados, en papel Witcel Bond, en una Olivetti.
Esa misma noche, allá en Timote, comenzaba el juicio a Aramburu. Sentado en una cama, el teniente general de la Revolución Libertadora oye las palabras de Fernando Abal Medina, ese joven oficial con quien compartió un café en su propia casa:
General Aramburu, usted está detenido por una organización revolucionaria peronista, que lo va a someter a juicio revolucionario.
Al día siguiente, los diarios daban la noticia en tapa. Fue secuestrado ayer el ex presidente Aramburu.
La Nación a cinco columnas.
Las otras tres las dejó para informar que -Se celebró el Día del Ejército: .El comandante en jefe del Ejército, teniente general Alejandro A. Lanusse, pronuncia su discurso en el acto central de la celebración del Día del Ejército, que fue presidido por el jefe de Estado.
Son las tres de la tarde del domingo 31 de mayo.
Los montoneros que juzgan a Aramburu, erigidos en tribunal popular, le han leído al reo los cargos, que consisten en haber sido el cerebro y artífice de la Revolución Libertadora que en 1955 derrocó a Juan Domingo Perón, lo obligó al exilio y resultó en la proscripción del peronismo, su responsabilidad en los fusilamientos de civiles en José León Suárez, en junio de 1956 , el secuestro del cadáver de Evita y el conocimiento de que Aramburu planea un golpe contra Onganía, para luego pactar una fuerza gubernamental con un peronismo domesticado o de corbata.
Sobre los fusilamientos de José León Suárez, Aramburu reconocerá: Y bueno, nosotros hicimos una revolución, y cualquier revolución fusila a los contrarrevolucionarios.
Sobre el cadáver de Evita, sólo dará algunos datos: Revela que el cadáver de Evita está en un cementerio de Roma, con nombre falso, bajo custodia del Vaticano.
La documentación vinculada con el robo del cadáver estaba en una caja de seguridad del Banco Central a nombre del coronel Cabanillas.
En la madrugada del 1° de junio, el jefe del operativo, Fernando Abal Medina, le comunica al reo la sentencia de muerte.
Aramburu pide afeitarse y que le traigan un confesor.
Las dos cosas le son negadas.
Pregunta cómo van a hacer para sacar el cadáver, entonces.
Igualmente, el tratamiento que se le da al reo es el de general, lo que implica la conservación de un grado militar que no le ha sido retirado como parte de la sentencia.
Fernando Abal Medina, como jefe, se hizo cargo.
Un día después del asesinato de Aramburu, el presidente de facto, Juan Carlos Onganía, instaura la pena de muerte.
El establishment fue sacudido como si la cal viva que cubrió el cadáver del militar amenazara con corroer su propio futuro, ha escrito María Seoane.
Arrostito: -Toda la organización éramos doce personas, entre los de Buenos Aires y los de Córdoba. En el operativo jugamos diez.
Tarea de inteligencia: fichado desde comienzos del '70, sin mayor información.
Para sacar direcciones, nombres, fotos, fuimos a las colecciones de los diarios, principalmente de La Prensa.
En una revista, Fernando encontró fotos interiores del departamento de la calle Montevideo.
Eso nos dio una idea de cómo podían ser las cosas adentro.
El edificio donde él vivía está frente al colegio Champagnat, y averiguamos que en el primer piso de ese colegio había una sala de lectura o una biblioteca.
Entonces nos colamos y fuimos a leer ahí, mirábamos por la ventana.
Desde allí lo vieron por primera vez, de cerca.
Pudieron establecer los horarios de Aramburu. Solía salir alrededor de las once de la mañana
El acercamiento que Aramburu estaba gestionando con Perón es uno de los argumentos que se esgrimieron en la época para suscribir la tesis de que el secuestro del ex presidente de la Revolución Libertadora fue promovido por los mismos militares, que habrían hecho un arreglo con los montoneros.
Ellos, en el texto de La Causa Peronista, cuatro años después, quieren dejar en claro que no sólo fueron los autores del hecho sino que además el propio Perón los avaló.
Perón avalaba desde España las acciones de los que, luego, tildó de “imberbes que gritan”, cuando ya no se adecuaron a su política, una vez en el gobierno.
La lectura que hicieron los jóvenes dirigentes estuvo, probablemente, opacada por esa especie de delirio por el regreso del líder carismático en el exilio pues lo venían como prenda de revolución… nada mas lejos del pensamiento de Perón que, ya en el poder, comenzó a desalojar a los representantes de la tendencia para derechizar el gabinete.
Gesto típico del político en el exilio, con una mano negociaba con Aramburu y con la otra hacía como que aprobaba y avalaba las acciones de los jóvenes que le permitirían regresar al debilitar a lo que iba quedando de la Revolución Argentina.
Pero además de las tareas de observación y de control del domicilio de Aramburu, habían realizado algunos golpes menores para hacerse de armas y de efectivo. la irrupción del 29 de abril en la comisaría de Villa Devoto, ese día, el mismo grupo asaltaba el Banco Alemán Transatlántico en Ciudad Jardín en Lomas de Palomar y se llevaban seis millones de pesos moneda nacional.
A las siete de la mañana del 1° de julio los montoneros producen su segundo hecho notorio: el copamiento de La Calera, una pequeña localidad a 17 kilómetros de Córdoba capital. la retirada sale mal y son heridos de gravedad Ignacio Vélez y Emilio Maza, que muere a los pocos días.
En el barrio de Los Naranjos, donde Maza estaba parando, encuentran, entre otras cosas, el permiso que Norma Arrostito le había extendido para que Maza manejara su Renoleta 4L, y que va a actuar como hilo de Ariadna.
Una punta para empezar a buscar: Córdoba se convierte en el mejor camino para llegar a Buenos Aires.
El domingo 12 de julio las caras de Norma Arrostito, Mario Firmenich y Fernando Abal Medina, ilustraban la tapa de La Nación.
Tres días después, esas mismas caras iban a empapelar la ciudad de Buenos Aires, junto con las de Carlos Ramus y Carlos Capuano Martínez.
El epígrafe decía: -Igual que Abal Medina, una mujer, Norma Arrostito (a) Irma, argentina, de 30 años, maestra, estuvo en Cuba donde fue adiestrada para efectuar actividades de carácter terrorista. Mide 1,62 m de estatura y tiene el cutis blanco.
El domingo 12 de julio, Clarín titulaba:
PIDEN LA COLABORACIÓN DE LA POBLACIÓN PARA HALLAR A TRES DE LOS PRINCIPALES IMPLICADOS EN EL SECUESTRO.
Un día después, La Nación hablaba en tapa de otro secuestro vinculado con el caso de Felipe Vallese e informaba la fuga de la cárcel del líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Mario Santucho, y la asunción de José Ignacio Rucci al frente de la CGT.
El 16 de julio, la policía encuentra el cadáver de Aramburu. El día es decretado de duelo nacional
El lunes 7 de setiembre de 1970 a las ocho de la noche, en la confitería La Rueda de la localidad de William Morris, Provincia de Buenos Aires, Fernando Abal Medina y Carlos Ramus son muertos a balazos por la policía.
Han llegado a la cita antes de lo acordado, junto con otros dos montoneros, Luis Rodeiro y Sabino Navarro.
Rodeiro cae preso, El Negro Sabino Navarro logra huir.
LQS. Fuenteovejuna. Febrero 2007
www.aguantelamanga.org.ar /info@aguantelamanga.org.ar
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