Por Artemio López
Más allá de las coincidencias político-ideológicas, siempre gratificantes, el volumen real de Martín Sabbatella como aliado del Frente para la Victoria se debe analizar en la perspectiva de su nivel de aporte electoral potencial a la lista oficialista en la provincia de Buenos Aires que, finalmente, creemos será su distrito de referencia; por otra parte, el de desarrollo histórico inicial de su fuerza.
Mientras esto se decide, en el cuadro de apertura de esta columna se observa la performance del 28 de junio de 2009 del partido Nuevo Encuentro en la provincia de Buenos Aires total, distribuidos también los resultados en interior y el Conurbano y desagregado el Conurbano por cordones socioeconómicos. El primer cordón, el periférico de la Ciudad de Buenos Aires, el menos pobre, y el segundo, el más alejado con niveles de pobreza y carencias de infraestructura profundas en línea casi con la media del Noroeste y Noreste
Como se observa, sobre un total provincial de 5,6% de los votos obtenidos, Nuevo Encuentro sube en el Conurbano hasta alcanzar el 7,1% y cae drásticamente en el interior bonaerense a los 3,1% de intención de voto.
Si desagregamos el Conurbano, la performance en el primer cordón, el más cercano a la Capital y donde se ubica su gestión de referencia, Morón, Nuevo Encuentro trepa al 9,5%, mientras, contrario sensu, cae en el segundo cordón al 4,8%.
Para lograrlo, es evidente que los puntos a reforzar por los estrategas electorales de Sabbatella son el interior bonaerense, en especial La Plata, Mar del Plata y Bahía Blanca, y mejorar su ya buena penetración en el primer cordón bonaerense.
El segundo cordón crecerá algo, pero en el margen, aún no es momento ni hay estructura para buscar al despliegue de la fuerza en esa región.
Si este aporte de diez puntos porcentuales bonaerenses logra articularse con el voto nacional del FpV de manera orgánica, sin tijerita, se agregan ipso facto cuatro puntos adicionales a nivel nacional para el oficialismo.
Se trata del equivalente total del aporte de la provincia de Mendoza, por ejemplo. Una tremenda catarata de votos. Nuevo Encuentro en este esquema unificado y orgánico con la fórmula presidencial con el FpV, resignará sólo parte de su preciada “autonomía crítica”, ciertamente, pero mantendrá el distrito de referencia y no se integrará a la fórmula nacional que, de suceder, comprometería a la fuerza en la gestión ejecutiva de un eventual gobierno kirchnerista 2011-2015.
Obviamente, esta colectora bonaerense supondrá una negociación por parte del oficialismo con los intendentes peronistas, en especial por la lucha abajo, en el terreno municipal, donde se disputa concejal a concejal. Sin embargo, para el proyecto nacional el aporte de Sabbatella podría ser decisivo para alcanzar primero y tal vez superar el 40% en el distrito provincial, que aporta, reiteramos, el 40% de los votos nacionales y define la media nacional de manera incontrastable.
Hugo Antonio Moyano y Néstor Carlos Kirchner lo saben bien, los intendentes bonaerenses, también. Sin embargo, tal vez dependan menos de la suerte del proyecto nacional. Con el 35% de los votos de piso que obtenga la lista nacional, reeligen y chau pinela.
No hay ballottaje en Buenos Aires. La idea de Néstor Kirchner y Hugo Moyano, ya como presidente del PJ bonaerense, es que los intendentes justicialistas acompañen plenamente el despliegue electoral del proyecto nacional y que jueguen más allá de lo que estrictamente marca el tablero de sus territorios. Lograrlo no es fácil. Bueno, pero nada es fácil en la vida.
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