Juliana Di Tullio |
En esta entrevista habla de su nueva función y opina sobre Scioli y Massa.
Por Miguel Jorquera
Juliana Di Tullio arrancó ayer muy temprano concediendo entrevistas y transitando una y mil veces el largo pasillo del tercer piso del Palacio Legislativo que separa su actual despacho del de Agustín Rossi. La flamante presidenta de la bancada del Frente para la Victoria en Diputados se mostró “honrada” por la designación de la presidenta Cristina Kirchner y manifestó sentir la “responsabilidad” que significa el desafío de ocupar el lugar de Rossi –designado ministro de Defensa–, a quien consideró “irreemplazable”. Se reivindica como “peronista y feminista” y sostiene su convicción de que un día el Congreso sancione una ley de “interrupción voluntaria del embarazo”, aunque sabe que la propia CKF no la avala y admite que con la actual composición del Parlamento “no alcanzarían los votos”. Di Tullio afirma que el reproche presidencial para quienes no salieron a defender al Gobierno de las “difamaciones y ataques mediáticos” fue dirigido para “todos los que somos parte del proyecto político” y no sólo hacia el gobernador bonaerense Daniel Scioli, “aunque tampoco lo excluye”. Asegura que le hubiera gustado ver a Scioli defender “desde el punto de vista humano” al fallecido ex presidente Néstor Kirchner.
–¿Cómo va a encarar el desafío de presidir el bloque del oficialismo en Diputados?
–Es un desafío, pero primero es un honor, tienen el mismo tamaño. Lo que nos queda para hacer a este bloque del partido de Gobierno es seguir el mismo camino que hasta ahora. Está compuesto por hombres y mujeres absolutamente convencidos de este proyecto social, político, económico y cultural, y tiene absolutamente claro quién conduce: la Presidenta. El 90 por ciento del trabajo lo hacen los compañeros y compañeras que forman parte del bloque. A veces nos toca tener algún lugar diferente: algunos presiden comisiones y otros, como ahora a mí, presidirlo. Todos con el mismo compromiso que le hemos mostrado no sólo a quien nos conduce, sino al pueblo argentino en su conjunto. Es el bloque oficialista que defiende un proyecto que fue definido en las urnas como el camino a seguir.
–Las disidencias dentro del bloque lo han dejado con una mayoría muy ajustada, ¿habrá algún trato especial para esos diputados díscolos?
–El mismo de siempre. No hemos tenido trato hostil con nadie. Los integrantes del bloque son hombres y mujeres muy comprometidos, que a veces han tenido contradicciones pero que son secundarias. Nosotros tenemos claridad de quién conduce políticamente y fija el rumbo que el pueblo definió con su voto. Todos los que integramos este bloque lo hicimos en las boletas del Frente para la Victoria, nos votaron para representarlo. Si algunos creen que pueden acompañar algunas cosas y otras no, son decisiones personales.
–Quienes plantearon disidencias afirman que la rigidez del bloque no da espacio para discusiones.
–No es mi visión. Ha sido un bloque capaz de albergar todas las dudas. En los casi ocho años que he sido diputada, siempre tuve el espacio para poder plantear mis contradicciones, cuando las tuve. Fui coautora del proyecto de matrimonio igualitario y mi bloque no lo votó completo: tuvo contradicciones y las expresé.
–Usted respaldó el proyecto a favor de despenalizar el aborto. ¿Considera que esa iniciativa puede ser parte de la agenda del bloque oficialista?
–Desde mi primer día como diputada presenté un proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, son mis convicciones. No sólo tengo al peronismo en mi mapa de genoma humano: soy peronista y feminista. En ese sentido tengo diferencias con la Presidenta, ahora eso no me aleja de este proyecto político. Hoy me toca un lugar distinto, de conducción, donde más de la mitad de mi bloque no está de acuerdo. Y cuando hay que conducir la totalidad se está en un lugar diferente y mi función es albergar la posición de todo el bloque. No voy a cambiar lo que pienso, ojalá la Cámara de Diputados algún día salde la deuda que, yo creo, tiene con la sociedad. Me gustaría ser parte de esa discusión y votar. Hay una realidad que es adversa, si uno toma nota de los votos que podría haber en el Congreso sabe que no dan ni por casualidad. En esto soy pragmática, soy peronista, si no están todos los votos no lo someto a nada.
–Durante casi ocho años, Rossi se encargó de defender la postura del Gobierno en el recinto. ¿Qué es lo que más le preocupa de tener que cumplir ahora esa función?
–Primero, entiendo que no estoy reemplazando a nadie: Agustín es irreemplazable, es Maradona. Solo ocupo un lugar que cualquier militante o cuadro político se siente honrado en ocupar, espero estar a la altura de las circunstancias. Mi aspiración más grande es que todos y todas podamos expresar las ideas y convicciones de nuestro gobierno y de nuestro proyecto político. Me importa muchísimo que el pueblo argentino entienda nuestras ideas, esté de acuerdo o no, pero que las entienda sin que esto esté desdibujado o deformado por los medios masivos de comunicación.
–¿Y con el resto de los bloques políticos con los que la relación en un año electoral se ha vuelto muy hostil?
–El clima se ha hostilizado mucho y tiene que ver con lo que pasa con algunos medios de comunicación. Que la Cámara se sumerja en ese contexto mediático me parece muy desafortunado. No veo a los bloques opositores defendiendo posturas históricas, sino otros intereses y no les hace bien a la oposición ni al pueblo que merecen ser defendidos. Pero soy optimista y creo que es un clima coyuntural que tiene que ver con el proceso electoral.
–La Presidenta fue muy dura con quienes siendo parte del proyecto no salieron a defender al Gobierno frente a acusaciones mediáticas. ¿Fue un mensaje al gobernador Daniel Scioli?
–La Presidenta cuando habla se dirige a todos los argentinos. En este caso hubo un discurso dirigido a quienes somos parte de este proceso político. Yo me sentí aludida por la Presidenta, nos habló a todos y todas los que somos parte del proyecto y tenemos responsabilidad institucional. El gobernador estaba presente, creo que no fue directo contra él, pero tampoco está excluido. Lo que yo pienso, y hubiera esperado de quien acompañó a Néstor Kirchner como vicepresidente, es que debiera haber puesto su voz para defenderlo cuando fue difamado e insultado. Sobre todo porque él no se puede defender porque desde hace dos años somos millones quienes lo lloramos. No estoy hablando en términos políticos, sino humanos.
–¿Y en términos políticos?
–Lo mismo, porque si uno es parte de un proyecto político y quien lo conduce es sujeto de descalificaciones, palabras violentas, difamaciones, agresiones, no pongan su voz para defenderla, no me parece correcto en términos humanos y políticos. Porque Cristina pone todo el tiempo su palabra y el cuerpo por todos nosotros.
–¿Considera a Sergio Massa como parte del kirchnerismo o fuera de él?
–Lo que sé es que el intendente de Tigre sigue siendo parte de este proceso, porque lo dice él.
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