"Porque esta no ha sido una revolución, sino una liberación, porque esta ha sido una cruzada, no un cuartelazo, porque ha sido un movimiento de hombres libres y no de mercenarios de una ambición; la insignia nos recordaba a la Cruz que dio a Constantino la victoria, y con la victoria, la paz a los cristianos. Esta misma Cruz fue la que inició la Europa Occidental; la misma Cruz que civilizó a los bárbaros, la misma Cruz que trajo España a América, la misma Cruz que dio a nuestros tiempos y a los tiempos viejos cuanto tienen de hidalguía, de virilidad, de reciedumbre, de fortaleza y de rectitud.
Esta Cruz no estaba mal en los cañones, porque sus brazos estaban abiertos para todos, porque si su vertical se erguía como la decisión que da la victoria, su horizontal contenía a todos en una fraternidad cierta y en un futuro hondo.
Esa Cruz de la Victoria es el símbolo definido de la liberación sin odios, de la unión sin pasiones, del futuro sin rencores, de la inspiración cristiana de esta Patria que acoja a hombres de todos los credos, pero no renuncia ni renunciará al suyo."
[Revista “Nosotros los muchachos” -Número extraordinario- Septiembre 1955, página 21]
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