Aunque su intención de voto es del 34 por ciento, un 93 afirma que podría votarla, el menor rechazo a una figura política nacional. En lo económico y personal, el país es el más optimista de todo el continente.
“La gente puede ser optimista, pero eso no significa que esté orientado su voto. Por ejemplo, puede decir que no vota al peronismo, o que no le gusta tal o cual cosa del Gobierno. Ahora la realidad es que la Presidenta casi no tiene rechazos: se la ve trabajando, superando una situación personal muy difícil, buscando consensos, y el ciudadano común no quiere que le pongan piedras en el camino”, redondea Zuleta. Las conclusiones surgen de una amplia encuesta nacional realizada por OPSM. En total fueron entrevistadas 1100 personas de todo el país, respetándose las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social. También hubo una asignación proporcional de personas que viven en ciudades grandes, medianas y chicas. La investigación fue conducida por Gustavo Di Lorenzo.
–Lo más llamativo del trabajo es que se trata del primero en el que la Presidenta tiene muy pocos rechazos, es decir sólo un siete por ciento dice que no la votaría jamás –apuntó este diario.
–Es cierto. La gente ha pasado a considerar que el rechazo a Cristina no tiene sentido. El encuestado dice que es mejor que tenga autoridad, que no la condicionen, que más allá de todo tiene una línea de coherencia y consistencia. Insisto en que, por otra parte, la Presidenta no ha recurrido a la confrontación en los últimos tiempos. A esto agréguele que la inmensa mayoría piensa que se repuso de la adversidad, que trabaja, que no exhibe rencores. Al mismo tiempo, no significa que la voten. De todas maneras, el cuadro es muy favorable a ella en caso de que sea candidata.
–Pero hoy por hoy está en el 34 por ciento de los votos.
–Eso le pasó también a Dilma Rousseff en Brasil. De entrada, José Serra hasta estuvo por encima de ella y aun en momentos de la campaña, Serra se ubicó a unos cuatro puntos de distancia de Dilma. Pero después empezó a pesar la gobernabilidad, que es lo que se ve en nuestra encuesta. Cuando la gente pone en la balanza la capacidad de gobernar de Cristina, que se ve en varios datos de nuestro trabajo, se le agrega que detrás está gran parte del peronismo y que del otro lado las fuerzas son vacilantes y sin planes alternativos, lo que surge es la conclusión de que Cristina ganaría, creo que en forma nítida, cómoda, en primera vuelta. Uno de los cuadros más llamativos de la encuesta tiene que ver con los índices de rechazo, que surgen de la pregunta sobre a qué candidato no votaría en ninguna circunstancia. El mayor nivel de rechazo lo tiene Elisa Carrió (91 por ciento), Cristina es la de menor rechazo (7 por ciento), pero también se ven elevados los cuestionamientos a Macri y a Duhalde (60 por ciento), mientras que parece más potable Ricardo Alfonsín (30 por ciento de rechazo). Yo diría que hoy la gente está a la caza del agorero. La gente agresiva, suscita agresión, la gente enojada, enoja. En un ambiente en que el ciudadano cree que las cosas no están mal, no encajan los que pronostican catástrofes. Según se ve en el Iberómetro continental, la Argentina es hoy uno de los países más optimistas del mundo.
“Por supuesto que se aprecian problemas –concluyó el consultor–. La inflación, por ejemplo, aunque la mayoría cree que el Gobierno está en mejores condiciones que la oposición para enfrentarla. Respecto de la corrupción, no ve una situación generalizada. Ve casos, no un estado general. Aun así, los datos de la encuesta evidencian que el ciudadano común afronta esta elección con un carácter pragmático. No ve que la oposición plantee alternativas muy notorias y hasta la pelea del campo ha perdido sentido. Ni siquiera se vio a la oposición involucrarse demasiado en el último conflicto, mientras que el Ejecutivo exhibió a un ministro, Julián Domínguez, muy activo. Y la estrategia del Gobierno en general no fue polarizar.”
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