La imagen de la concordia pareció apoderarse del oficialismo en el acto de reinauguración del Estadio Unico de La Plata. Encolumnados detrás de Cristina Fernández de Kirchner, gobernadores, intendentes y funcionarios de todo el espectro justicialista se mostraron con la Presidenta y el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, en un acto que pareció casi de lanzamiento de las candidaturas de ambos. Todo un día antes de la reunión del Partido Justicialista bonaerense y en medio de la discusión por las colectoras en el distrito.
Sin discursos de ningún dirigente político, el acto en el Estadio Unico platense fue una formalidad a primera vista, pero la presencia de gobernadores e intendentes dio empuje y fortaleza a la conducción partidaria y política de Fernández de Kirchner. Casi anticipando la dupla que impulsarán para las presidenciales y para la gobernación bonaerense, CFK y Scioli se mantuvieron uno al lado del otro y compartieron el corte de la cinta que dejó inaugurado el estadio una vez que se cantó el Himno Nacional. La bandera gigante que desplegó la Cámpora un rato después decía: “Cristina 2011”, fue aplaudida un poco más que la de “Scioli 2011” que apareció luego. Comentaban y sonreían en la segunda fila del palco central los gobernadores de Chaco, Jorge Capitanich, y el de Entre Ríos, Sergio Urribarri, con la complicidad de José Luis Gioja, el mandatario sanjuanino. A un lado, el mendocino Celso Jaque compartía la seriedad con el radical K misionero Maurice Closs.
El acto se desarrolló con armonía a pesar de la tensión que produjo en las últimas semanas la discusión por la posibilidad de que listas colectoras acompañen la boleta presidencial en las elecciones de octubre. El debate interno sobre la suma de la lista del ex intendente de Morón y diputado nacional, Martín Sabbatella, en la provincia de Buenos Aires abrió una grieta entre los jefes comunales que ven con recelo la propuesta ante la supuesta fuga de votos que les ocasionaría. Scioli también presentó las quejas correspondientes, aunque a través de sus operadores políticos que salieron a atacar con dureza a Sabbatella. “Es un paracaidista” es el mote más liviano y el más utilizado entre los intendentes, incluso el secretario general de los taxistas, Omar Viviani, lo sacudió diciendo que “tiene un gorilita en su corazón”.
“Se descomprimió la situación. Algunos intendentes se pasaron de rosca con el tema de las colectoras, pero se dieron cuenta de que Cristina tiene muchos más votos que ellos”, aseguró a Página/12 un importante funcionario de la zona sur. En cambio, del lado de los intendentes ofuscados por la idea aseguraron que “a Scioli lo vemos resignado con cierta razón. Las colectoras son un hecho y la reforma electoral de la ley provincial es solamente un paliativo”, aseguró otra fuente del sur del conurbano bonaerense. Sin embargo, el acto fue a estadio lleno, fundamentalmente con los militantes que los jefes comunales acercaron hasta La Plata. Baldomero “Cacho” Alvarez, de Avellaneda; Darío Díaz Pérez, de Lanús; Humberto Zuccaro, de Pilar; Raúl Othacehé, de Merlo; y gran cantidad de banderas del intendente local, Pablo Bruera, se mostraron en las tribunas, entre muchas otras.
A pesar de haber sido armado para que resaltara la gestión de la gobernación bonaerense, los más aplaudidos de la noche fueron el ex presidente Néstor Kirchner y la Presidenta. El santacruceño cuando apareció en un video y se escuchó su voz generó la ovación popular sostenida y enseguida el canto que surgió de la zona donde estaban el Movimiento Evita y la agrupación La Cámpora: “Ooooh, yo soy argentino, soy soldado del pingüino”, que en seguida entonó el Movimiento de Unidad Popular para luego sumarse todo el estadio al unísono.
Cuando finalizó el acto, después de la actuación del grupo de rock La Mosca, y con las arengas del ex arquero de la Selección Nacional Sergio Goycochea, afuera, en la desconcentración del acto, la gente se agolpaba frente a la reja que los separaba del helicóptero que se llevará a CFK. De fondo un camioncito de Marcos Paz, con la imagen del intendente Mario Ishii junto a Fernández de Kirchner, hacía sonar tímidamente la marcha peronista.
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