Daniel Scioli y los intendentes del conurbano bonaerense conocían –desde su realización– el acuerdo que Néstor Kirchner había hecho con Martín Sabbatella. Se selló tiempo después de las elecciones de junio de 2009. Consistía en que el ex intendente de Morón fuera candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y llevara en su boleta al candidato presidencial del kirchnerismo. El acuerdo se basó en tres puntos: las coincidencias del sabbatellismo con el Gobierno Nacional, enviar una señal al progresismo no peronista que adhiere al kirchnerismo y la visión de que los votos de Sabbatella –en ese momento– garantizaban el triunfo en la Provincia.
Esta semana, los medios hegemónicos dijeron que la mayoría de los intendentes estaban molestos por la lista de adhesión de Sabbatella. Lo cierto es que los más incómodos son los que gobiernan municipios que rodean a Morón, donde la honda expansiva del sabbatellismo tiene más fuerza. De hecho, hay varios jefes comunales peronistas que están de acuerdo con las lista de adhesión (ver entrevistas) y una mayoría que se mantiene equidistante, como el grupo de los ocho que responde a Sergio Massa. El enojo de los que se oponen se explica por los números. El respaldo de los que apoyan se sustenta en la visión de que ampliar la participación sumaría al proyecto del Gobierno Nacional.
Las cifras. Hugo Curto, de Tres de Febrero; Alberto Descalzo, de Ituzaingo, y Luis Acuña, de Hurlingham, son tres de los intendentes que más se quejaron por la lista de adhesión. Se sumó –con otros motivos– Jorge Ferraresi, de Avellaneda, y algunos por solidaridad, como Daniel di Sabatino, de San Vicente.
Hay que mirar el mapa electoral de la última elección y las proyecciones actuales para entender, en parte, los lugares donde se origina el malestar. En la contienda electoral de 2009, Sabbatella sacó el 6 por ciento de los votos en toda la Provincia. La cifra, por sí sola, parece inofensiva. Ahora bien, al desglosar el dato se ve que el promedio provincial es muy superior en los distritos que rodean a la patria chica del sabbatellismo. En Morón, Nuevo Encuentro sacó más del 40 por ciento de los votos; en Ituzaingo –territorio de Descalzo–, 20 por ciento; en el Hurlingham de Acuña, 12. Hoy, la intensión de voto del ex intendente ronda el 10 por ciento –son 4 más que en 2009–, pero su crecimiento es en la misma franja del electorado. Es decir que en esos mismos distritos podría multiplicar por dos su último desempeño electoral.
El director de la consultora Equis, Artemio López, lo explicaba del siguiente modo a Miradas al Sur: “El perfil de Sabbatella incide en los sectores medios del primer cordón del conurbano, la mayoría de sus potenciales votantes están allí”. Luego agregó que “está midiendo entre 9 y 11 por ciento” a nivel provincial pero “el modo en que se distribuye su apoyo es similar” al de la última elección. “En el primer cordón puede llegar a sacar alrededor de 20 por ciento, el doble que su promedio provincial.” Lo que hay que saber es si esos votantes, de no estar Sabbatella, irían a los otros intendentes.
Por las dudas. Hay otros elementos que se agregan para que estos jefes comunales salieran con los tapones de punta contra la posibilidad de la lista de adhesión de Sabbatella. En el caso de Curto hay un aspecto netamente ideológico. “Curto fue hombre de la UOM durante la década del ’70 –señaló un operador todo terreno del peronismo bonaerense–. El origen comunista de Sabbatella le resulta indigerible.”
Sobre Ferraresi, el de Avellaneda, hay que señalar que es el delfín del actual ministro de Desarrollo Social de la Provincia, Baldomero Cacho Álvarez. “Ferraresi es la voz de Cacho.” Hubo un hecho, singular por cierto, que tuvo lugar en octubre del año pasado y explica el extremismo de la posición de Ferraresi (o de Álvarez) frente la lista de adhesión. Sucedió durante un acto en el estadio de Arsenal, en Sarandí. Estaba presente el ex presidente Kirchner; se cumplían 115 años del nacimiento de Juan Perón. Álvarez aprovechó el mitin y se lanzó –aquí viene lo singular– como vicegobernador de la provincia. A partir de allí, Ferraresi se transformó en la expresión del sciolismo más duro entre los intendentes para impulsar a Álvarez. “Muchas de las cosas que dijeron estos días son porque quieren ser más sciolistas que Scioli. Creen que de ese modo Daniel los va a poner en la vicegobernación. Me parece que se equivocan”, dijo el mismo referente bonaerense.
En el caso de Descalzo, por las cifras que se mencionaron, es el que gobierna la intendencia donde Sabbatella más votos sacó después de Morón. La posibilidad de que pierda el distrito es una realidad concreta.
Un dirigente del entorno de Sabbatella hizo un análisis de lo sucedido esta semana. Y reconoció: “Nuestra fuerza nunca creció tanto en conocimiento como los últimos días”. Luego, con un dejo de ironía, agregó que “se lo debemos a los intendentes”.
La situación, sin embargo, tiene una dosis de complejidad y de riesgo. El referente del kirchnerismo bonaerense la describía así: “Es un dispositivo político que debe manejarse con mucho cuidado. No sea cosa que una pelea muy fuerte nos lleve al triunfo de lo que fue Unión-PRO”.
El delicado equilibrio. Varios intendentes y dirigentes políticos del FpV bonaerense comparten la idea de que Sabbatella lleve a la Presidenta en su lista pero tienen algunos señalamientos. El presidente del bloque kirchnerista en la legislatura bonaerense, Fernando Chino Navarro, dijo a Miradas al Sur: “El potencial electorado de Martín, entre 5 y 10 por ciento, no es un voto que disputamos desde nuestra fuerza. Es una porción distinta de los votantes, que se suma al proyecto de Cristina. Sabbatella traerá votantes que antes iban al ARI y otras expresiones de ese tipo”. Navarro agregó que “aunque cuestionen a Scioli, están apoyando el mismo proyecto político que él”. Señaló que inflar demasiado esta pelea “es funcional a los grupos económicos que quieren ver fracasar” este modelo. Y remató: “El enemigo no es Scioli”.
El intendente de Lomas de Zamora Martín Insaurralde (ver entrevista) también está de acuerdo con la lista de adhesión. Y tuvo algunas observaciones parecidas a las de Navarro: “Ellos tienen derecho a cuestionar la gestión del gobernador, aunque yo no estoy para nada de acuerdo con su visión. Pero me parece que lo importante es que la prioridad sea la defensa del modelo nacional”.
Con esta inquietud de los que respaldan la lista de adhesión de Sabbatella, Miradas al Sur
Otro dirigente peronista bonaerense, que pidió reserva, dijo, señalando que corría el riesgo de ser reiterativo: “Nadie tiene que olvidarse que por la provincia también ronda Francisco de Narváez y que una pelea muy fuerte por este tema puede ayudarlo mucho”. consultó al ex diputado Carlos Raimundi, que forma parte de Nuevo Encuentro. Primero, Raimundi hizo un análisis del contexto político actual. Dijo que hay disputas muy importantes en la Argentina y en la región: “El conflicto con Clarín, con las entidades rurales, con la Iglesia por los derechos civiles”. Agregó que “tantos años en política me dan la certeza de que las grandes batallas no se pueden encarar sin aceptar contradicciones”. Luego de esta introducción, señaló: “Nosotros seguiremos cuestionando la gestión de Scioli en muchas cosas, como en la política de seguridad”. De todos modos, subrayó que “nuestra prioridad será defender el modelo nacional desde un lugar político de autonomía y apostando a construir una opción política superadora del P.J. pero que lo incluya”.
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