Carlos Bozzi |
IDENTIFICACIÓN DE LOS RESTOS DE UNA PERSONA DESAPARECIDA DURANTE LA ÚLTIMA DICTADURA MILITAR: EL CASO DE LA PLAYA LUNA ROJA
Por Carlos A. Bozzi
Diversos medios periodísticos nacionales, reflejaron sintéticamente la noticia publicada el día 7 de julio en la página oficial del Centro de Información Judicial de la Nación, que bajo el título “Identifican los restos de una persona desaparecida durante la ultima dictadura militar”, daba cuenta del resultado positivo de una parte de la investigación, encaminada a descubrir los secretos de uno de los hechos mas sangrientos del Terrorismo de Estado en la ciudad de Mar del Plat.
Si bien el resumen de la noticia, es bastante inexacto en su contenido general, lo importante y valioso de la misma, es que un ciudadano argentino, víctima de desaparición forzada de personas, ha podido por fin, después de treinta y tres años, recobrar su identidad. Aún falta mucho, pero este primer paso, es una brisa alentadora para la continuación de las investigaciones.
Los hechos a que se refiere la noticia comentada, dieron origen al libro “Luna Roja, Desaparecidos de las Playas Marplatenses”, en el que se cuenta de este trágico episodio, que aún no tiene imputados concretos, pero sí aristas pocas veces vistas en la historia argentina.
Corría el año 1978, más precisamente el primer día del mes de agosto, cuando el país se sacudió con una noticia impactante: una bomba habia estallado en el domicilio del Vicealmirante Armando Lambruschini, causando la muerte de tres personas, entre ellas, la de Paula, hija del marino, de tan solo 15 años de edad.
La reacción no se hizo esperar y en la madrugada del 2 de agosto, cuando Dionisio Emilio Ituarte, enfermero del Cuerpo Médico Regional de la Policía de la Provincia de Buenos y Carlos E. Petry, medico legista-policial, observaban el lento incendio de la antigua Tienda “Los Gallegos”, un símbolo de aquella Mar del Plata de los años 60, escucharon un impresionante estampido similar, al sonido de un trueno. Media hora después, fueron convocados de urgencia a lo que momentos antes había sido una precaria casilla de ma dera y pobre mampostería, ubicada en la bajada del balneario “Luna Roja”, distante a 30 kilómetros del lugar en donde se encontraban.
Al llegar se encontraron frente a una imagen dantesca. A pesar de la oscuridad reinante, era posible observar algunos restos humanos diseminados por el área. Entre el humo y los escombros de la destruida vivienda, un enjambre de bomberos, policías, personal civil y miembros de las Fuerzas Armadas en ropas de combate, se movían, revolviendo todo cuanto encontraban a su paso.
La noticia periodística del día siguiente, explicaba: “.. Mar del Plata, Bs. As. ... El matutino “La Capital” informó en la víspera que cuatro elementos terroristas, aparentemente tres mujeres y un hombre, hallaron horrible muerte en un local abandonado de la zona balnearia ‘Luna Roja' donde los terroristas estaban preparando un artefacto explosivo de alto poder, el que imprevistamente explotó”.
Una persona, privada de su libertad en la Escuela de Mecánica de la Armada y posteriormente liberada, relató años más tarde, haber escuchado comentarios de sus captores, que atribuían el hecho a miembros de la “Fuerza de Tareas 6”, dependiente del Servicio de Informaciones Navales, asentados en la Base Naval de Mar del Plata. El hecho concreto era que se había dinamitado una vivienda, con cinco personas en su interior, las que anteriormente se encontraban privadas de su libertad en la mencionada unidad militar.
Conviene no confundir a este grupo operativo, dependiente del ya conocido “Tigre” Acosta, con aquel que operaba en la ESMA, bajo la sigla de “Grupo de Tareas TT3”, en el que fueron principales protagonistas Masera, Astiz y compañía. Las disputas políticas entre ellos, originó, que a modo de represalias internas, durante todo el año 1978, la “Fuertar 6”, asesinara en las costas marplatenses de Barrancas de Lobos a más de 15 personas, cuyos cuerpos aparecían acribillados en las solitarias playas.
Uno de esos casos, fue el de la joven Liliana Pereyra “Que a Lilianita la había asesinado a una distancia muy corta con una itaka, del cual él tuvo que armar por completo el esqueleto”, dice la madre de la joven, refiriéndose al trabajo realizado por el perito americano Clide Collins Snow. El cuerpo de Liliana Pereyra fue encontrado el 1° de abril del año 1978 en el citado paraje y sus restos fueron exhumados e identificados por el Equipo de Antropología Argentino el día 9 de marzo de 1985. Había sido secuestrada en la ciudad de Mar del Plata, el 5 de octubre de 1977, se encontraba embarazada y posterior mente su hijo pudo ser recuperado hace pocos años.
La noticia del diario La Capital, también era inexacta, porque en realidad los asesinados, fueron cuatro mujeres y un hombre. Y esto se encuentra totalmente probado, pues un excelente trabajo realizado en el año 1999 por ex presos políticos de Mar del Plata, da cuenta que con fecha 2 de agosto de 1978, los restos de esas cinco personas, previa intervención de la Comisaría Tercera de la ciudad, que labró las Actas correspondientes, fueron depositados en el Cementerio Parque de la ciudad balnearia. Allí descansaron, bajo la sigla “NN”, 02-08-78, hasta que el Equipo de Antropología Forense comenzó su investigación.
Determinar la identidad de las cuatro personas restantes, es y será una tarea harto difícil, pues casi todos secuestrados durante el año 1978 por la “FuerTar 6”, han sido individualizados por el Juez Federal Rodolfo Pradas en la llamada “Causa Base Naval II”, pronta a ser elevada a Juicio Oral en la ciudad de Mar del Plata. Muchas de estas personas, como ya se dijo, aparecieron asesinadas en la costas marplatenses y otras fueron localizadas en distintos Centros Clandestinos de Detención, como es el caso de un grupo de jóvenes detenidos en la ciudad de Necochea, que tras previo paso por la Base Naval Mar del Plata, fueron vistos en “La Cacha”. En esta ocasión, el sanguinario grupo operativo, dejó abandonadas en las playas del sur marplatense, a cuatro bebitas, hijas de estos jóvenes, que fueron rescatadas por vecinos de la zona.
Lilia Mabel Venegas, al momento de ser asesinada, contaba con 32 años y era médica veterinaria. Trabajaba en la Veterinaria “Ankar”, situada en la calle Luro 6757 de la ciudad de Mar del Plata, propiedad de Ricardo Alberto Tellez, también veterinario y de su esposa Antonia Margarita García Fernández, de nacionalidad española. Todos fueron secuestrados el 4 de mayo de 1978 y se supo que fueron llevados a la Base Naval de Mar del Pla ta. La identificación de los restos de Venegas, confirma que estuvo en esa unidad militar, por casi tres meses, hasta que tuvo su trágico final en el Balneario “Luna Roja”. Del matrimonio Tellez, aún no se tienen noticias, permaneciendo ambos en calidad de desaparecidos..
La identificación de los restos de la infortunada medica veterinaria, demuestra que la cantidad de secuestrados y personas desaparecidas en esa unidad naval, aun no puede ser confirmada y da cuenta de que existen muchos casos en el más absoluto de los misterios.
La ausencia del Estado Argentino, en este tipo de investigaciones, sigue siendo notoria y llamativa, pues no hay dudas que en diversas agencias administrativas, como ser el Archivo Nacional de la Memoria o en la misma SIDE, existen datos, detalles e informaciones, que o se ocultan a los investigadores, bajo excusa de “estricto secreto” o se impide el libre acceso a los mismos. Por el momento la tarea de identificación de los restos de personas asesinadas durante el periodo 1974-1983, se encuentra a cargo de una ONG, como es el Equipo de Antropología Forense, no habiendo dado el Estado Argentino ninguna señal de que esté dispuesto a investigar seriamente lo que hizo con sus propios ciudadanos.
Estas señales, también se encuentran en la lenta aplicación de la leyes reparatorias argentinas, normas jurídicas que no son consecuencia de una dádiva o una concesión graciosa del Estado Argentino, ni siquiera parte de “un esfuerzo especial de dicho Estado hacia las víctimas”¸ sino originadas en normas del Derecho Internacional de Derechos Humanos, que pese a haber sido suscritas por la Argentina, desde siempre ha sido remisa en cumplir íntegramente, lo que le valió serios llamados de atención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Esta política errática, afecta a miles de ciudadanos afectados por el delito de desaparición forzada de personas, que ven demorados por larguísimos años los expedientes en los cuales reclaman las exiguas reparaciones que fijo el Estado Argentino, frustrándose así sus esperanzas de que a más de un reconocimiento económico, se les brinde el reconocimiento moral correspondiente.
En este sentido, todas las agencias estatales, sean nacionales o provinciales, funcionan con similar criterio, siendo el caso más notorio lo que sucede con la aplicación de la ley 14.042 de la Provincia de Buenos Aires, que determina una pensión para todos aquellos afectados por el Terrorismo de Estado entre 1976 a 1983. En la oportunidad, los afectados son nuevamente investigados, siendo obligados a presentar documentación que no se encuentra en su poder, pues la represión fue esencialmente clandestina o que nunca podrán obtener, porque, también precisamente, se encuentra en manos del propio Estado. Es más, la autoridad de aplicación de las leyes reparatorias de la Provincia de Buenos Aires, cuenta con el triste record de haber otorgado una pensión a un miembro de un grupo parapolicial, colateral de las TRES A, que operó en la década del 70 en Mar del Plata.
La tarea integral en materia del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, no es solo la condena a los represores, sino también, entre otras cosas, la justa reparación a las victimas de los delitos de lesa humanidad y la esencial colaboración para que todas aquellas personas que aún permanecen desaparecidas, puedan ser efectivamente identificadas. Si el Estado Argentino entiende esta mecánica, no hay duda que en breve tiempo, se podrá saber quienes son las otras cuatro personas asesinadas en la playa marplatense de Luna Roja
*Carlos A. Bozzi es abogado. Sobreviviente de la Noche de Las Corbatas.
(especial para ARGENPRESS.info)
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