EL DIPUTADO LEONARDO GROSSO, REFERENTE DEL MOVIMIENTO EVITA, HABLA SOBRE DANIEL SCIOLI
Dice que, aunque bajó la intensidad del conflicto entre el gobierno
nacional y la provincia de Buenos Aires, persisten los problemas
estructurales. Critica la política de seguridad y asegura que Scioli “no
se anima a ir contra algunas corporaciones”.
Por Nicolás Lantos
“Scioli
no se anima a ir contra ciertas corporaciones y ahí es cuando se aleja
de lo que plantea el modelo nacional y popular”, define Leonardo Grosso,
diputado nacional y referente de la juventud del Movimiento Evita, pero
también un conocedor de las cuitas provinciales a partir de muchos años
de militancia conurbana. Parte del grupo de legisladores que responden a
distintos espacios políticos juveniles kirchneristas que accedieron al
Congreso en diciembre del año pasado, Grosso dialogó con Página/12 sobre
la relación entre la Casa Rosada y la gobernación, sobre el nuevo rol
del Poder Legislativo y sobre la continuidad del kirchnerismo: “En el
Movimiento Evita creemos que sería bueno para la historia otro período
de Cristina”, sostuvo el legislador, de 29 años.
–La coyuntura bonaerense abandonó las portadas de los diarios... ¿Ya se superó el conflicto entre Scioli y la Presidenta?–Yo creo que bajó la intensidad del conflicto, pero sigue estando latente, porque los problemas estructurales siguen estando. El conflicto de fondo no pasa por la plata sino por cuestiones políticas: cómo se construye un gobierno, sobre quién cae el peso de las cargas fiscales. Como dijo la Presidenta, la cuestión es que si querés repartir la riqueza es necesario sacarle a algunos. Como se vio en las últimas semanas, con el juego, con el revalúo fiscal de tierras, Scioli no se anima a ir en contra de ciertas corporaciones y ahí es cuando se aleja de lo que plantea el modelo nacional y popular.
–Entonces se trata de diferencias ideológicas...
–No es ideológico: es político, tiene que ver con la discusión de cuál es el modelo de país. Lo que se viene construyendo desde 2003 de la mano de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner tiene que ver con distribuir la riqueza, en definitiva con un rol activo del Estado en la economía, interviniendo en favor de los más desprotegidos. En el modelo que plantea Scioli en la provincia eso es distinto. Para Scioli, el Estado parece que sigue teniendo un rol neutral que en realidad no es tal sino que beneficia a los de siempre.
–¿Y respecto de las políticas de seguridad, donde la diferencia es más notoria?
–A nivel seguridad la provincia de Buenos Aires es un desastre, la política del ministro Casal es un desastre. Si a eso uno le suma la mala actuación de la Justicia, Buenos Aires es un caos. Hace pocos días se presento el informe de la Comisión Provincial por la Memoria, que incluye más de mil denuncias de torturas en las cárceles, además de que se siguen repitiendo los casos de gatillo fácil. Esto tiene que ver con lo anterior: no tiene solución mientras Scioli decida gobernar para la corporación policial y no para el pueblo de la provincia de Buenos Aires.
–Pero hace menos de un año la Presidenta y el gobernador compartieron boleta, ¿lo sorprendió que se precipitara tan rápido el conflicto?
–Sorprender no. La política y la historia son procesos que se van construyendo sobre la marcha. En la época del conflicto con las patronales del campo, Scioli acompañó al modelo y después de eso nosotros esperábamos que profundizara en el mismo sentido, incluso eso fue lo que prometió en su campaña, entre tanta ola naranja. Pero para profundizar hay que tomar decisiones y pagar costos políticos y eso es lo que hoy no está haciendo. Hay momentos de definición y en este corto lapso Scioli no se definió para el lado del pueblo, como sí había hecho en otras ocasiones.
–¿Entonces, para ustedes, hoy en día, Scioli es oficialista, opositor, aliado, crítico?
–Scioli esta acá, tiene que estar acá y nosotros vamos a hacer todo lo que sea para que esté acá, y por estar acá digo gobernar para el pueblo. Yo no creo que exista un Scioli opositor, veo más un Scioli confundido, pero con la lucidez de ver que lo que se para de la vereda de enfrente se termina desgajando. Puede ser que los grupos económicos y mediáticos concentrados tengan la esperanza de construir un liderazgo opositor alrededor suyo. Pero si Scioli ve lo que le pasó a Moyano, que pasó de apoyar al proyecto con 500 mil personas en la 9 de julio a una marcha opositora con la décima parte, lo va a pensar dos veces.
–¿Cómo ve la continuidad del kirchnerismo más allá del 2015?
–Si seguimos profundizando y sentando las bases, este modelo económico vino para quedarse. Nosotros como militantes políticos queremos seguir transformando este país porque, como dijo Cristina, no va a haber victoria mientras haya un pobre en la patria, con lo cual está claro que el proyecto debe seguir más allá de 2015, si es con Cristina mejor, porque es la que nos conduce y tiene la capacidad de llevar adelante este espacio.
–¿Están trabajando en una reforma constitucional al respecto?
–En el Movimiento Evita estamos empezando a discutirlo y seguramente lo vamos a trabajar. Creemos que sería bueno para la historia otro período de CFK.
–Y si no, ¿cuál es la alternativa?
–Nosotros entendemos o planteamos políticamente que hoy, que no existe la posibilidad de que haya reelección, tenemos que construir el poder de CFK suficiente como para que ella pueda decidir cómo va a continuar este proceso. Como hizo Lula con Dilma. Si no es ella porque no quiere o puede, acompañaremos a quien decida Cristina. Esa es la mejor manera para garantizar el proceso político.
–¿Qué balance hace de estos primeros meses en el Congreso Nacional?
–Toda esta batería de leyes que hemos votado estos seis meses tiene que ver con el objetivo político que nos pusimos cuando llegamos: que el Congreso deje de ser un palo en la rueda para que pase a ser una quinta rueda. Y lo logramos: hemos votado proyectos que tienen que ver con los derechos de las mayorías, que tienen que ver con ir institucionalizando este proceso político. Se jugaron cosas fuertes: YPF, Banco Central, ley de tierras. Cada una de ellas significó un avance importante para el pueblo argentino. Estamos encaminados, lo que queda para adelante es seguir votando leyes en ese sentido y transformar el Congreso en algo que se parezca cada vez más al pueblo argentino.
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