Perón crea la Universidad Nacional Obrera que luego se transformará en la Universidad Tecnológica Nacional
La creación de la Universidad Obrera Nacional, por la Ley 13.229 el 19 de Agosto de 1948, por parte del justicialismo, se inserta en el proyecto de Juan Perón de una Nación de neto corte popular y de reivindicación de la clase trabajadora argentina.
El cien por cien del alumnado estaba constituido por trabajadores y técnicos en la especialidad que elegían, que no podían acceder a las universidades tradicionales.
El carácter innovador y revolucionario de dicha fundación y los elementos constitutivos de la nueva realidad educativa son los pilares de la fundación de la Universidad Obrera.
La participación del obrero se daba adscripto a un grupo social previo, encuadrado en una organización sindical y respondía a las crecientes necesidades de mano de obra calificada para acompañar el proceso de industrialización que venía a suplantar al modelo agro-importador y anti-industrialista de carácter oligárquico.
Habían transcurrido sólo 4 meses de la jura del Tte. Gral. Juan Domingo Perón como Presidente de la Nación por segunda vez consecutiva y habían pasado apenas dos meses del día en que una cruel enfermedad se había llevado a Eva Perón, cuando, el 7 de Octubre de 1952, se realiza el acto fundacional efectivo de la Universidad Obrera Nacional.
La fundación de esa Universidad venía a concretar un esfuerzo sistemático por acercar los beneficios de la capacitación profesional y la educación técnica a la clase trabajadora del país.
La Universidad fue creada por la Ley 13.229 el 19 de Agosto de 1948 y su Reglamento de Organización y Funcionamiento fue sancionado por decreto Nº 8014 del 7 de Octubre de 1952.
Era una Universidad para los obreros.
Los alumnos podían ser egresados del 2do Ciclo de la CNAOP (tenían prioridad de ingreso) o de las escuelas industriales de la Nación.
Debían demostrar ser obreros mediante certificación extendida por la C.G.T.
El 17 de marzo de 1953 la Universidad Obrera abrió sus puertas.
Su sede central y también la Facultad Regional Buenos Aires, se hallaban en el amplio edificio de la calle Medrano al 951, que compartían con la Dirección General de Enseñanza Técnica.
Las fotografías que reproduce la Revista de la Universidad Obrera permiten descubrir espacios cómodos, aulas y laboratorios generosamente equipados, un amplio salón de actos y otros detalles reveladores.
En el hall, los bustos de Perón y su esposa, algunas esculturas y, por doquier, leyendas murales breves que testimoniaban el agradecimiento de los obreros argentinos o transcribían frases del conductor.
La Universidad pretendía ofrecer la imagen de una nueva realidad del justicialismo que el gobierno propugnaba.
La tutelar indicación del Presidente orientó su marcha y fue evidente en la gestión de su primer y único rector durante el peronismo, Cecilio Conditi, dirigente sindical, egresado de la Escuela Sindical de la C.G.T; simbolizó en el rectorado el nuevo concepto de universidad abierta al pueblo que sustentaba el oficialismo.
El acto de inauguración del primer ciclo lectivo contó con la asistencia del Gral. Perón, profesor honorario del establecimiento, y adquirió los matices propios de un gran acontecimiento nacional.
Más tarde, en una clase magistral ofrecida al auditorio, el Gral. Perón retomó sus concepciones acerca de la cultura, la ciencia, la instrucción industrial y la virtud ciudadana y rememoró sus sueños como Secretario de Previsión sobre la elevación cultural del pueblo.
Esta universidad concretaba aquellos ideales; preparaba técnicos y a la vez, formaría los ciudadanos de la Nueva Argentina.
Tras ubicar a la universidad Obrera como una respuesta a las necesidades de la industria, Perón definió sus características diciendo: -No queremos universidades para formar charlatanes y generalizadores. No queremos escuelas para formar hombres que les digan a los demás cómo hay que hacer las cosas sino hombres que sepan hacer por sí las cosas (...) y para esto hay que tener manos de trabajador y vivir con olor a aceite de las máquinas.
Al mismo tiempo que estos actos iniciaban los cursos en la Capital Federal, inauguraban el primer ciclo lectivo las Facultades Regionales de Santa Fe, Rosario y Córdoba; unos meses más tarde, el 16 de junio de 1953, lo hacía la de Mendoza.
Su creación había sido prevista por la ley 13229/48 y se incluyó en el Segundo Plan Quinquenal. 20 Posteriormente se crearon las de Bahía Blanca (28/1/54), La Plata (28/154), Tucumán (28/1/54) y Avellaneda (31/3/55).
Las especialidades que las distintas facultades ofrecían eran: Construcciones de obras, Hormigón armado, Obras sanitarias, Construcciones mecánicas, Automotores, Transportes y Mecánica Ferroviaria, Instalaciones eléctricas, Construcciones electromecánicas, Construcciones aeronáuticas, Industrias textiles, Industrias químicas, Construcciones navales, Mecánica rural, Electrotécnica, Construcciones de obras y antisísmicas y Telecomunicaciones.
El plan de estudios original abarcaba cinco años, con cinco o seis materias a cursar en cada uno de ellos.
En los planes de todas las carreras existían ciertas asignaturas comunes: Sindicalismo Justicialista y Legislación Obrera I y II, Legislación del trabajo, Tecnología de fabricación y organización industrial, Administración y contabilidad industrial e Higiene y seguridad industrial.
Los criterios que ordenaron la estructuración de estos planes y programas de estudio fueron de diversa índole.
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