La presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, aseguró que "lo que cambió en Argentina tiene que ver con el modelo económico, con el paradigma, que cambió de cuajo desde el 2003", al referirse a la crisis internacional en una disertación sobre el Proyecto Nacional en la ciudad de Paraná, de la que también participó el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini.
La funcionaria dijo que en el mundo ha habido una autocrítica por las crisis que han ocurrido y "descubrieron lo que vivimos los argentinos durante tantas décadas: que la actividad financiera era lo que más crecía, y la actividad real, de carne y hueso, de la producción, se iba aislando y se iba ampliando esa brecha entre las ganancias del capital financiero, y las ganancias del capital productivo, produciendo que los trabajadores perdieran participación en la distribución del ingreso".
"Hoy lo que se advierte es que cuando se buscan soluciones y recetas, lo único que se atina es a salvar a los bancos, pero no se está mirando lo que pasa con los millones de personas que perdieron sus viviendas, que perdieron sus trabajos", añadió.
Remarcó que "esta especie de encerrona es sostenida por los organismos multilaterales, principalmente por el FMI, que recomiendan permanentes ajustes, achique del gasto público, que bajen salarios, que desmantelen sus sistemas de seguridad social".
"Nosotros sabemos que eso produce más caída y más vulnerabilidad social", aseguró.
Recordó que Argentina, cada vez que hubo crisis, era uno de los países que más sufría, y se preguntó por qué esta última crisis mundial, "una de las más grandes, pudimos transitarla como la transitamos, sin haber tenido que sufrir esas destrucciones masivas de empresas, empleos, mercado interno y el mercado productivo".
Marcó del Pont aseguró que "lo que cambió en la Argentina tiene que ver con el modelo económico, con el paradigma, que cambió de cuajo desde el 2003".
"Tozudamente, cada decisión que se adopta está ambientada a plasmar que en la Argentina nunca más el negocio va a ser el financiero, sino que lo será la actividad productiva. Y la base de crecimiento del país, no es la exportación, sino fundamentalmente el mercado interno. No hay país exitoso que no tenga consolidado el mercado interno, y esto no se puede dar sin recomposición salarial, empleo, y empleo bien pago", recalcó.
Agregó que en la Argentina "hay una recuperación de soberanía enorme, porque nos liberamos e independizamos de las recomendaciones del FMI. Pensemos que nada de lo que se hizo en el país hubiera sido posible bajo la subordinación al FMI", insistió.
"No hubiéramos podido recuperar el régimen de la seguridad, no hubiéramos podido plantear políticas fantásticas como la asignación a la niñez, ni obra pública, ni políticas de mejoras del salario", enumeró.
"Todas estas cosas que ha venido haciendo la Argentina en los últimos años son herejía desde el punto de vista del FMI. Todo lo que ellos nos siguen planteando son recomendaciones que aseguran la perpetuación de la postergación del desarrollo”, completó.
"Hoy lo que se advierte es que cuando se buscan soluciones y recetas, lo único que se atina es a salvar a los bancos, pero no se está mirando lo que pasa con los millones de personas que perdieron sus viviendas, que perdieron sus trabajos", añadió.
Remarcó que "esta especie de encerrona es sostenida por los organismos multilaterales, principalmente por el FMI, que recomiendan permanentes ajustes, achique del gasto público, que bajen salarios, que desmantelen sus sistemas de seguridad social".
"Nosotros sabemos que eso produce más caída y más vulnerabilidad social", aseguró.
Recordó que Argentina, cada vez que hubo crisis, era uno de los países que más sufría, y se preguntó por qué esta última crisis mundial, "una de las más grandes, pudimos transitarla como la transitamos, sin haber tenido que sufrir esas destrucciones masivas de empresas, empleos, mercado interno y el mercado productivo".
Marcó del Pont aseguró que "lo que cambió en la Argentina tiene que ver con el modelo económico, con el paradigma, que cambió de cuajo desde el 2003".
"Tozudamente, cada decisión que se adopta está ambientada a plasmar que en la Argentina nunca más el negocio va a ser el financiero, sino que lo será la actividad productiva. Y la base de crecimiento del país, no es la exportación, sino fundamentalmente el mercado interno. No hay país exitoso que no tenga consolidado el mercado interno, y esto no se puede dar sin recomposición salarial, empleo, y empleo bien pago", recalcó.
Agregó que en la Argentina "hay una recuperación de soberanía enorme, porque nos liberamos e independizamos de las recomendaciones del FMI. Pensemos que nada de lo que se hizo en el país hubiera sido posible bajo la subordinación al FMI", insistió.
"No hubiéramos podido recuperar el régimen de la seguridad, no hubiéramos podido plantear políticas fantásticas como la asignación a la niñez, ni obra pública, ni políticas de mejoras del salario", enumeró.
"Todas estas cosas que ha venido haciendo la Argentina en los últimos años son herejía desde el punto de vista del FMI. Todo lo que ellos nos siguen planteando son recomendaciones que aseguran la perpetuación de la postergación del desarrollo”, completó.
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