Por Nicolás Lantos
“El Frente para la Victoria llevó adelante el gobierno más peronista que tuvo la historia de la Argentina”, define Martín Insaurralde, cuando se lo consulta por la relación entre peronismo y kirchnerismo que volvió a salir a la superficie después de las PASO. El intendente de Lomas de Zamora, cabeza de la boleta oficialista de diputados en la provincia de Buenos Aires, hace una evaluación “más bien positiva” de los resultados de las primarias aunque reconoce que “hay cosas que corregir” en la campaña de cara a octubre. Durante la larga entrevista con Página/12, Insaurralde defiende las últimas medidas tomadas por el gobierno nacional y deja a un lado los proyectos de reforma constitucional. También recuerda sus primeros pasos como militante, su relación con Eduardo Duhalde (“lo conozco más de la cancha de Banfield que de la política”), adhiere al pedido de internas en el peronismo de cara a 2015 y asegura que el kirchnerismo va a subsistir más allá del final del mandato de Cristina Fernández de Kirchner.
–A veinte días de las PASO, ya en frío, ¿qué balance hace de los resultados?
–La evaluación es más bien positiva. Seguramente uno siempre espera más, por lo hecho, por las expectativas que uno tiene como dirigente político y como parte de este proyecto. Pero nosotros comenzamos con un desconocimiento muy grande, los atributos por los que me eligió Cristina, los valores, el trabajo, la forma de gestionar, había que ir transformándolos en realidad día a día. Fue una campaña corta, era la primera vez que se usaban las PASO en una elección legislativa, había que hacer llegar el mensaje a cada rincón de una provincia muy grande... seguramente esperábamos hacer una mejor elección, pero no estoy disconforme con lo que hicimos. Seguramente hay cosas que corregir en la campaña, las estuvimos analizando este tiempo, y el futuro y las expectativas, con cambios y correcciones, son interesantes.
–¿Qué hay que corregir para la campaña por delante?
–Principalmente la forma de comunicar. Puede ser que a mí me haya faltado comunicar las cosas de forma mucho más simple para la gente. También contarles a los bonaerenses cuál es la provincia que queremos, no solamente recordar los grandes logros. Porque hablar de futuro es hablar con la memoria de lo que pasó: no solamente lo hecho sino dónde estábamos, a dónde vinimos y hacia dónde estamos yendo. Mostrar lo que nosotros queremos para esta Argentina dentro de 20 años. Y por supuesto también cambiar y corregir cosas del día a día, porque siempre se cambia. En la gestión cambian las prioridades con el tiempo. No es que cambiamos porque todo lo anterior está mal sino que nosotros mismos hemos sido motor de las expectativas y eso nos obliga: hace diez años en la Argentina no podíamos discutir la movilidad jubilatoria porque había dos millones y medio de jubilados; hoy tenemos seis millones, discutimos otras cosas. Hoy hay cinco millones de nuevos puestos de trabajo; antes discutíamos cómo generar empleo, ahora discutimos ganancias, discutimos cómo sostenerlo, cómo mejorar el trabajo registrado...
–¿Los últimos anuncios son parte de esos cambios? Algunos candidatos opositores los calificaron como “retrocesos del gobierno”...
–Al contrario, se reafirman las políticas de este gobierno. Este gobierno siempre se hizo cargo de su pasado, de su historia, de sus archivos, de lo que endeudaron otros gobiernos, y se tomó la decisión de desendeudar la Argentina y hacer un Estado presente y fuerte. Teníamos que decirle al mundo que no se podía pagar esa deuda inflada, ficticia, mal lograda, que se había quedado con los depósitos de la gente y se había quedado con los sueños de miles y miles de argentinos. En el 2005 se reestructuró la primera parte, después llegamos al 93 por ciento en la segunda parte y abrir esta tercera etapa para el 7 por ciento restante tiene que ver con seguir con esas políticas: a la Argentina le fue muy bien con el desendeudamiento.
–También se dijo que se trataba de medidas electoralistas...
–Si fuera una cuestión electoral la suba del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias se habría anunciado quince días antes de las PASO. Tuvimos tres anuncios sobre ese tema este año, está en la agenda del Gobierno. No olvidemos que en la Argentina antes se discutía cómo reducir o congelar salarios, hoy discutimos cuál es el mínimo no imponible. Por esas cosas yo participo de este proyecto. Porque a veces se dicen cosas desde una visión electoralista y proponen que no hay que cobrar impuestos y a la vez hay que brindar mejores servicios. Eso es una utopía. Me parece que hay que tener criterios claros y actuar con responsabilidad. En la Argentina tenemos por primera vez una Presidenta convencida de que hay que actuar con responsabilidad y apostando al futuro de la Argentina, haciéndola previsible. Sería muy fácil seguir pateando la deuda como ya se hizo y los grandes grupos económicos estarían más contentos con este gobierno. Pero la Presidenta se comprometió a no ajustar ni a endeudarse sino a resolver los problemas industrializando el país. El motor de esta Argentina es la industrialización, el empleo, el estudio. Esa es la Argentina que queremos. Hemos apostado a que cada uno de los argentinos tenga trabajo y decida por sí solo su destino y el de su familia.
–¿Y qué opina de otros candidatos que buscan atribuirse la “autoría intelectual” de estas medidas tomadas por el Gobierno?
–Yo no recuerdo el número, pero en la Cámara de Diputados había cerca de 45 proyectos sobre el tema del mínimo no imponible y ninguno era del Frente Renovador. Esa chicana forma parte de la especulación electoralista. Este gobierno escucha y sabe resolver cada uno de los problemas. Lo demás es picardía. Esta es la agenda que tiene el Gobierno hoy, seguir mejorando el salario de la gente. ¿Cuándo no la tuvo? El tema es ser responsable e ir haciéndolo con criterio.
–El Frente Renovador se nutre principalmente de intendentes del conurbano que hasta hace poco revistaban en el Frente para la Victoria, como usted. ¿A qué atribuye que se hayan “abierto” para competir por afuera?
–Creo que a veces se cree que se puede mejorar desde otro lugar. Yo soy muy respetuoso de lo que hacen otros dirigentes políticos pero yo sé qué concepción tengo y por qué me dediqué a la política. En la política, como en la vida, existen la traición, la mentira, la falta de lealtad. Pero yo vine a la política a hacer lo mismo que hacía en mi vida. Como intendente de Lomas de Zamora tuve éxito, al igual que la mayoría de los intendentes. Y yo creo que en todo caso este proceso exitoso se modifica, se mejora, se cambia, desde adentro. Yo formo parte de esa generación de dirigentes agradecidos que tienen los valores y la concepción de que las cosas se pelean desde adentro para mejorar la calidad de vida de los bonaerenses.
–¿Hubo errores por parte del oficialismo?
–Seguramente siempre hay cosas para rever y analizar. Ahora, cuando uno quiere tomar caminos individuales, cualquier excusa es buena.
–¿Teme que, de repetirse los números de las PASO después de octubre, haya dirigentes que intenten pegar el salto?
–¿Sabés por qué me apasiona a mí la política y por qué estoy acá? Para que eso no pase. Para que haya más dirigentes como yo, que hay muchísimos, que saben que las cosas deben hacerse de determinada manera. Si a mí el voto popular me puso como intendente de Lomas de Zamora representando a un partido, a determinadas ideas, la gente me votó para eso. No puedo decir “yo ahora pienso diferente, no quiero ocuparme de eso”.
–El trabajo legislativo es muy distinto a la gestión de un municipio, ¿cómo se imagina su labor en el Congreso?
–Yo soy un trabajador incansable. Desde el rol que me toque y que me dé la Presidenta, no voy a hacer otra cosa que no sea trabajar, trabajar y trabajar. Me encanta y me apasiona hacerlo, tengo ganas. Y en la Cámara de Diputados, espero que se sigan dando grandes debates y que siga creciendo esta democracia joven que tenemos. Los grandes debates que se dieron en estos diez años en la Argentina, las grandes transformaciones, fueron producto siempre de iniciativas del Frente para la Victoria. Todos los cambios estructurales que se hicieron en la Argentina, la estructuración de la deuda, la estatización de las AFJP, la recuperación de YPF, las leyes de igualdad y equidad, surgieron del Frente para la Victoria. Yo voy a representar ese sector político, voy a formar parte de ese bloque para acompañar políticas que sigan integrando a los argentinos. Ojalá haya buenos debates y las propuestas de los otros partidos no sean solamente electoralistas. Ya nos ha pasado en 2009 que nos llenaron de propuestas de campaña que nunca después llegaron a la Cámara.
–¿Ya tiene algunos proyectos, algunos temas en los que querría trabajar?
–Vamos a trabajar en todas las leyes necesarias para que la provincia de Buenos Aires y el país sigan creciendo. Esta provincia es la más importante y para que el país siga creciendo hay que mejorar la logística, ése es un tema central en el que hay que avanzar. Tenemos seis puertos, los más importantes de la Argentina; hay que mejorar la competitividad para que aumenten las inversiones; hay que seguir fortaleciendo el segundo y tercer cordón del conurbano para darle mayor rentabilidad. Pero ¿en qué forma se trabaja esto? En conjunto con un modelo de país. Si no trabajamos en políticas de proyecto en conjunto en todo el país, es muy difícil que a la provincia le vaya bien también.
–Ahora que la Presidenta dio señales claras de que no irá por un tercer mandato, ¿cree que es momento de discutir una reforma constitucional que abarque otros temas?
–La Constitución tiene muchas asignaciones pendientes y reformas para mejorarla. Hoy, no me parece que la prioridad pase por una reforma. No significa que no haga falta pero hay momentos para cada cosa. Hoy creo que los dirigentes políticos tienen que aportar a la resolución de los problemas cotidianos e inmediatos. En Lomas de Zamora la gente me pide seguir defendiendo lo que hemos conseguido, pero también me pide una agenda hacia el futuro que tiene que ver con que se viaje mejor, que tengamos más seguridad, que se siga apostando por la educación, y ese tiene que ser el desafío. Seguramente habrá momentos en la Argentina que se viene donde tengamos que promover cambios estructurales. Hoy creo que tenemos que trabajar en una agenda cotidiana y en mantener el rumbo económico, ser un país predecible, que discuta con los grandes grupos concentrados de poder para defender al trabajo, promoviendo la industrialización, porque ése es el camino para la Argentina. Cuando se derrumba el mundo, en Latinoamérica los países no crecen más que al 3 por ciento; Perú, Chile, Brasil, con los problemas que lamentablemente está teniendo, cualquier índice te da hoy que acá se está creciendo 4,5. Esto es producto de defender lo nuestro, de no cambiar el rumbo aunque intenten forzar ese cambio. Hoy es mucho más fácil ganar plata en el mundo especulando que fundando una empresa. Bueno, en Argentina se ha ganado muchísima plata en estos diez años abriendo industrias.
–¿Se define como peronista o como kirchnerista?
–Yo soy peronista y me enamoré de ese modelo kirchnerista. Ese 25 de mayo de 2003 que Néstor Kirchner asumió con más desocupados que votos era muy difícil creerle, había nada más que un sueño. Y todos los días fue mostrando que había que creerle un poquito más. Y uno como dirigente político se enamora de los tipos que son firmes, que se la juegan por el país, que se la juegan por un proyecto colectivo, que piensan en el bien común, que trabajan para una enorme mayoría y no para un sector. Eso es lo que hacemos los peronistas.
–¿Con Néstor Kirchner llegó a trabajar?
–Con Néstor tuve mucha relación directa cuando asumí como intendente. Fue un año solamente, pero fue muy intenso. Muchos viernes, mucho teléfono, estaba muy encima... sin compararme, yo laburo parecido y por eso nos entendíamos bien. Néstor era pura convicción, ir para adelante, resolver las cosas...
–¿Y cómo es la relación cotidiana con la Presidenta?
–La cotidiana con Cristina para mí es extraordinaria. Yo hace treinta días conocí a una mujer totalmente generosa conmigo, que escucha, que dice lo que cree, que piensa que a la Argentina le va a ir bien con dirigentes que no tengamos miedo. Que nos podemos equivocar, que todos tenemos virtudes y defectos, pero que cuando un dirigente político tiene miedo es mucho más fácil equivocarse.
–¿Cree que el kirchnerismo podrá proyectarse más allá de 2015?
–Vos recién me preguntabas si yo era peronista, y el apellido Perón ya no aparece más en la boleta hace rato. El kirchnerismo deja un sello muy grande en la Argentina, que tiene que ver con la recuperación de la política como ordenador social, como motor de la producción, de la industria, de la inclusión. Es muy difícil, cuando hay valores y logros, hacer que eso muera.
–¿Coincide con Daniel Scioli en que el peronismo deberá dirimir su liderazgo en internas?
–El peronismo debe darse un gran debate, hay muchos desafíos por delante y muchas conquistas por seguir logrando, así que me parece que el ordenamiento del PJ es necesario y calculo que se va a dar hacia fin de año o el año que viene, siempre a través de internas. Pero me parece que la agenda de la gente hoy pasa por otro lado, así que hay que seguir gobernando.
–¿Sergio Massa debería ser parte de esa interna?
–Eso hay que preguntárselo a él. Yo estoy siempre en el mismo lugar desde el año, ’87 que entré en el centro de estudiantes peronista de Lomas de Zamora y sigo estando en el año 2013 dentro del Frente para la Victoria, que llevó adelante el gobierno más peronista que tuvo la historia de la Argentina.
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